La Torá: significado, composición, macro- estructura, finalidad y trascendencia de la obra que vertebra el judaísmo.
¿Qué es la Torá?
La Torá –en hebreo תורה- etimológicamente es un término derivado de la raíz hebrea י.ר.ה (Y.R.H.) que da verbos como לראות lir´ot, ver, o להראות , leharot, enseñar, mostrar, esto es, ilustrar, aleccionar. De esta misma raíz procede el término אור, Or, luz, o moré y morá, maestro y maestra (mostradores, enseñadores, iluminadores) y también horé ascendente (padre, madre). Por lo tanto, tenemos que entender la Torá -en sentido amplio- como enseñanza.
Básicamente , se compone de La Torá escrita: los cinco primeros libros del cánon hebreo –el Jumash, de jamesh, cinco- que son los Libros atribuidos a Moshé Rabenu –Moisés- aunque se hayan recopilado hacia los ss. X-VII a.e.c. Estos libros son Génesis (Be´Reshit), Éxodo (Shemot), Levítico (Vayikrá), Números (Ba´Midbar) y Deuteronomio (Devarím).
La Torá , en español, se denomina Pentateuco. Esta palabra griega significa “cinco rollos”, pues cada pergamino separado estaba en un estuche cilíndrico. En hebreo jamishá sfarím “cinco libros (o pergaminos)
Originalmente, sin embargo, La Torá era entendida como unidad; es decir, que la separación en cinco libros es posterior a su composición. Esto se debe a que un pergamino con el texto completo no era fácil de manejar para su estudio. Los nombres que cada libro tiene en español se deben a aquellos que recibieron en la traducción griega -llamada Septuaginta. Sus títulos en hebreo están tomados de la primera palabra con la que empieza cada uno.
¿Por qué, sin embargo, siendo «Enseñanza» existe la noción de que Torá es “Ley”? En realidad, el texto no contiene específicamente leyes, sino enseñanzas, conceptos religiosos, muchos de estos últimos enfocados al comportamiento (ética) así como narraciones históricas que a su vez no pretenden servir como crónica del pasado del pueblo de Israel sino como moraleja para la transmisión de ideas religiosas . Fue en la época helenística cuando se popularizó la traducción del término Torá como nomos (νόμος) que en griego significa “ley”.
¿Cuáles son las distintas partes de la Torá?
Como dijimos antes, la división en cinco libros tiene un origen práctico: facilitar su estudio en la antigüedad mediante rollos o pergaminos manejables.
Aunque en la actualidad nos hemos habituado a esta división en libros y capítulos (estos últimos tomados en fecha muy posterior de la Vulgata latina), lo cierto es que el texto de La Torá se divide del siguiente modo:
- 669 parashot (de parashá, que es “porción”, “parte”), de las cuales 290 son ptujot “abiertas” y 379 stumot “cerradas”,
- 54 parashot o sidrot (de sidrá que en arameo significa “orden”), que son las partes en que se divide el texto para su lectura y estudio cada Shabat en la sinagoga.
- a su vez, cada parashá está dividida en siete aliyot -de la´alot, subir, subir al estrado donde se lee La Torá (para cada olé – quien sube a leer La Torá en Shabat) más un maftir, -de lehaftir, cloncluir- que son los versículos finales de cada parashá , los cuales cantará aquél a quien se otorgue el honor de leer esa semana la haftará -conclusión- o texto extraído de los libros de los Profetas que acompaña a cada parashá;
- contiene 5.845 versículos, sin marcas en el rollo que los separen.
El “Séfer Torá” o “Rollo de La Torá”
En la tradición judía, la Torá se lee en un rollo de piel (pergamino de piel) de un animal kasher, “apto” o “adecuado” según los preceptos rituales del judaísmo. Debe escribirlo un sofer o “escriba”, aunque sofer más que escriba es aquel que cuenta las letras. Los sofrím son “contadores de letras” (Talmud de Babilonia, Kidushín 30a).
El pergamino debe prepararse especialmente para su uso como tal, con productos que ayudan a que sea duradero, y se caligrafía con tinta negra también kasher, ayudándose de una pluma y utilizando la grafía hebrea llamada ashurit “asiria” (también llamada “cuadrada”).
A lo largo del pergamino, el texto se divide en columnas, de derecha a izquierda, tal y como se escribe en hebreo. Cada columna tendrá 42 líneas, debiendo haber entre cada línea el mismo espacio que ocuparía una línea escrita, es decir, el mismo ancho que equivale al tamaño de la letra. Cada piel o parte del pergamino (yeriá en hebreo) no tendrá menos de tres columnas ni más de ocho. Todas las columnas comienzan con la letra vav (ו), a las que se llama vavéi ha-amudim, excepto la primera, que comienza con la palabra be reshit (בראשית) “en el principio”. Cada línea debe tener el largo necesario para 30 letras, es decir, 3 veces la palabra hebrea lemishpejotejem “para vuestras familias” (למשפחותיכם). La última columna será más estrecha y debe concluir en el medio de la última línea con las últimas palabras de la Torá, es decir, le-enéy kol Yisrael “a ojos de todo Israel” (לעיני כל ישראל).
Entre cada libro de La Torá, como recordatorio de que en su día estaban en pergaminos separados, se deja el espacio que habrían ocupado cuatro líneas de texto.
¿Qué significa que algunas porciones o párrafos de la Torá son ptujot “abiertas” y stumot “cerradas”?
La porción de texto está ptujá, “abierta”, es cuando va precedida de una línea entre el final de la cual y el margen izquierdo queda un espacio de nueve letras, comenzando pues en la línea siguiente. Estos son algunos ejemplos:
Sin embargo, decimos que es stumá “cerrada” cuando está precedida por una línea que se cierra en el borde de la columna y por lo tanto comienza en el medio de la siguiente línea, dejando un espacio intermedio de nueve letras. Aquí siguen algunos ejemplos:
¿Cuándo comenzó a leerse la Torá en la sinagoga?
Fue el Rey Josías el primero en leer el “libro del pacto” (La Torá) a todo el pueblo reunido, según se nos relata en los Profetas (2 Reyes 23:2). Al volver del exilio en Babilonia, también se nos dice que Ezra leyó La Torá al pueblo de Israel (Nehemías 8:1-18). En la propia Torá (Deut. 31:10-13) se dice que cada séptimo año se leerá la ley a todo Israel en la fiesta de Sukot.
A pesar de estas menciones en la Biblia Hebrea, se desconoce cuándo la lectura de la Torá se convirtió en práctica habitual y rutinaria en la sinagoga, especialmente la lectura de porciones determinadas cada Shabat. Según los historiadores, al principio se habría leído cada Shabat una porción de la Torá hasta completar la lectura de la misma al final del séptimo año en un ciclo de siete años. Más tarde, en la tierra de Israel, se instauró la costumbre de comenzar la lectura de la Torá en el mes de Nisán, y en un ciclo de tres años y medio concluirla, de tal modo que al final del séptimo año se habría completado su lectura dos veces. Posteriormente, el ciclo se redujo a tres años (ciclo trienal), práctica que se mantuvo en la tierra de Israel y en las comunidades judías de rito jerosolimitano (por ejemplo, en Egipto) hasta entrado el siglo XIII. En este ciclo trienal, mencionado en el Talmud, existían entre 153 y 167 porciones o parashot.
Fue en Babilonia, en los primeros siglos de la era común, en donde se instaura la costumbre de completar la lectura de la Torá en el año, es decir, en la fiesta de Simjat Torá, dividida en 54 parashot.
Las lecturas se reservaban para la mañana del Shabat y de las festividades, porque el pueblo se reunía en la sinagoga. También los lunes y los jueves porque eran días de feria y de juicios. En la tarde de Shabat, y el lunes y el jueves a la mañana, se lee la primera parashá de la sidrá del Shabat que sigue.
¿Qué es la “parashá”?
En el mundo sefardí, parashá es la porción semanal de la Torá que se lee cada mañana de Shabat; y también cada una de las siete partes en que se divide esta porción (siete partes, parashot, para siete lecturas, aliyot). En el mundo ashkenazí, la porción semanal era conocida como sidrá, y se llamaba parashá a las de menor tamaño que se leen en las fiestas, así como a las siete subdivisiones de cada sidrá. Cada parashá o porción de lecturas semanal suele tomar su nombre de la primera o primeras palabras de la sección.
Es un precepto estudiar durante la semana la porción de Torá que se leerá en el Shabat.
¿Cómo se lee/canta la Torá en la sinagoga?
- En Shabat se hacen siete lecturas más el maftir (últimos versos que canta quien ha recibido el honor de leer la “Haftará”).
- En Yom Kipur se hacen seis y el maftir.
- En las tres Pascuas (Pésaj, Shabuot, Sukot) se hacen cinco y el maftir.
- En novilunios (Rosh Jódesh) y ochavas de Pésaj y Sukot (es decir, días intermedios o jol ha-moed) se hacen cuatro.
- El Shabat a la tarde, los lunes y jueves a la mañana (llamados “días de Séfer” porque se lee la Torá), y las mañanas de los días de Januká, Purim y ayunos, suben tres lectores.
En las sinagogas ortodoxas, las dos primeras partes de la lectura se reservan a los kohanim y a los leviím. En las sinagogas progresistas no aplica esta limitación, pues no creen en la continuidad de la institución de dichas castas sacerdotales. También se debe reseñar que en las sinagogas ortodoxas solamente los hombres suben a leer La Torá, sin embargo en las demás comunidades judías pueden hacerlo tanto los hombres como las mujeres por igual.
Los lectores son llamados por el orden en que subirán a la Torá (ha-rishón “el primero”, ha-shení “el segundo”,…). Al penúltimo lector de cada Shabat se le llama samuj “próximo” o “cercano” porque lee justo antes que el último, al que se llama mashlim “el que completa” (pues es el séptimo). Aunque quien realmente concluye la lectura es el maftir, que lee los últimos versos y después continúa con la “Haftará”, o sección de los libros de los Profetas que corresponde leer después de cada “Parashá”.
El “Shelíaj Tsibur”, que dirige la oración, llama a cada persona que va a leer la Torá, quien procurará estar lo más cerca posible de la “Tebá” y llegar a ella haciendo el camino más breve. No debe retrasarse cuando ha sido llamado. El público le saluda diciendo bejábod! (¡con honor!) y la persona responde la-Torá! (¡para la Torá!), porque el honor corresponde a la Torá.
La persona que va a leer se pone a la derecha del “Shelíaj Tsibur”, quien le muestra el inicio de la porción y el lector lo toca con una esquina de su talit, la cual besa después. El llamado a leer debe aferrarse al rollo de la Torá con la mano derecha al menos. Es falta de respeto apoyarse en la “Tebá”. El lector dice ha-Shem imajem “el Nombre (esté) con ustedes” antes de comenzar la bendición anterior a la lectura, y el “Shelíaj Tsibur” le responde yebarejejá ha-Shem “que el Nombre te bendiga”. El “Shelíaj Tsibur” comienza a cantilar la Torá, pues hace la lectura para aquel que ha sido llamado a leer. El llamado toca de nuevo con su talit el rollo de la Torá en el lugar donde termina su porción y besa esa esquina del talit, y dice Emet Toratenu Ha-Kedoshá “verdad (es) nuestra Torá santa”, y recita la bendición posterior a la lectura.
Se llama al siguiente; pero el anterior debe esperar detrás hasta que el siguiente termine la primera bendición. En ese instante puede volver a su sitio recorriendo esta vez el camino más largo posible. Los demás le dan la mano y le dicen jazak “fuerte” y él contestará jazak u-baruj tihié “(que) seas fuerte y bendecido”.
¿En dónde está la Torá en la sinagoga?
Los rollos de Torá se guardan en un armario especial, en el Arca, que está en la pared en dirección a Jerusalén. En el mundo sefardí, y entre judíos italianos y romaniotas, este lugar se llama “Hejal”, היכל , es decir, “palacete”, pues antiguamente era toda una sección en la que, en algunas sinagogas, incluso se podía entrar. El origen es sustituir el lugar del Templo de Jerusalén donde se guardaba El Arca, donde sólo podía entrar el Sumo Sacerdote, Ha´Kohén Ha´Gadol, en Yom Kipur.
En el mundo ashkenazí se conoce como “Arón ha-Kódesh” (Armario del Santo)
Cuando la Torá se prepara para su lectura, se apoya en un púlpito para ello, que debe estar en el centro de la sala (sabemos que así era en Alejandría según el Talmud de Babilonia, Suká 51b) o bien en el extremo opuesto al “Hejal” (ocurre así en las sinagogas de rito italiano y romaniota, y algunas sefardíes). En los templos reformistas está al frente, junto al “Arón ha-Kódesh” por una cuestión de decoro, para que quien dirige la oración y el que sube a leer no den la espalda a los demás.
En el mundo ashkenazí se llama a este púlpito almemar, del árabe al-minbar, “el púlpito”, plataforma elevada en la que habrá una mesa para la lectura de la Torá y los libros de los Profetas, o bien bimá (del griego vima βῆμα, la tribuna del orador). Ezra usó también una (Nehemías 8:4). En este verso se describe como migdal ets “una torre de madera”, y la Septuaginta traduce como bimá (βῆμα). En el mundo sefardí se la llama tebá.
¿Qué es la “Haftará”?
A cada “Parashá” de la Torá le corresponde una “Haftará”, conclusión, o selección determinada de los libros de los Profetas; se lee después de la “Parashá”. Existen tradiciones muy dispares en cuanto a qué “Haftará” corresponde a cada “Parashá”.
Sabemos con seguridad que esta costumbre se originó antes de la era común; al principio, se leía los días de fiesta, o en Shabatot especiales; más tarde la práctica se extendió a todo Shabat. En el s. I a. e.c. ya existía la costumbre de leer una “Haftará”, aunque no existían secciones fijas sino que el lector (el maftir) escogía qué versos de los Profetas leería ese Shabat (Mishná, Meguilá 4:5). En la actualidad las comunidades judías tienen haftarot fijas para cada parashá según su costumbre.