PARASHAT HA ´SHAVÚA: «VA´YIGASH»

Parashá: וַיִּגַּשׁ‎ , Va´Yigash, Se acercó a. Génesis, 44:18–47:27. Haftará sefaradit,  Ezekiel 37:15–28. Darshán:  Morenu veRabenu HaGaón HaTzadik Rabí David Janania Pinto shlita.


“Cuando los llame el faraón y
les pregunte cuál es vuestro
oficio, le dirán: ‘Somos
personas que nos hemos
dedicado al ganado desde
nuestra juventud hasta la
fecha, tanto nosotros como
nuestros ancestros’, con el
fin de que se establezcan en
la tierra de Goshen, ya que es
una abominación para Egipto
todo el que sea pastor de rebaño”
(Bereshit 46:33-34).

Yosef Hatzadik se dirigió a sus hermanos y les dijo que ahora que han bajado a Egipto, sin duda, el faraón enviará a llamarlos para que vayan delante de él, con el fin de verlos y de impresionarse de la fuerza de ellos, pues el faraón conoce la fuerza y el poder de Yosef, razón por la cual lo puso de virrey sobre Egipto. Y con el fin de reforzar su posición de rey, pedirá ver a los hermanos de Yosef, para ver si su fuerza es como la de Yosef. Luego de examinar la gran fuerza de los hermanos de Yosef, el faraón no dudará en tenerlos en su cercanía para reforzar aún más su estadía en el poder. Yosef Hatzadik no esperó la invitación del faraón, sino que decidió enviar a sus hermanos por iniciativa propia, porque sabía que el faraón no iba a dejar pasar la oportunidad de llamarlos. Por lo tanto, Yosef se adelantó y los llevó delante del faraón, como dice el versículo (Bereshit 47:1): “Vino Yosef y le habló
al faraón, diciéndole:

‘Mi padre y mis hermanos,
y sus rebaños y ganados y todo lo que tienen han
venido desde la tierra de Kenaan, y he aquí que se
encuentran en la tierra de Goshen”.

 

Así encontramos que Yosef dirigió a sus hermanos, y les instruyó cómo debían conducirse y qué debían decir delante del faraón, pues Yosef sabía que el faraón solicitaría para sí a sus hermanos. Les instruyó que cuando les pregunten acerca del oficio al que se dedican, que digan que son personas dedicadas al ganado, y que no se les ocurra decir que son personas fuertes y sabias, personas de poder. Cabe destacar que el hecho de que Yosef gobernara sobre todo Egipto fue sólo una resolución del momento y para un solo individuo; sin duda, esto no es lo mejorque se debe hacer para un número de personas. La labor de los hermanos era la de establecer centros de estudio y difundir la Torá de su padre, Yaakov, que es la Torá que habrá de proteger a los Hijos de Israel en el exilio de Egipto.

Léon Pierre Urbain Bourgeois, 1863

Yaakov Avinu quería suavizar la extrema dureza que involucraba el exilio de Egipto, por lo que envió a Yehudá en vanguardia “para instruir”, y también le ordenó al resto de sus hijos establecer centros de estudio en la tierra de Goshen, con el fin de difundir la voz de la Torá. Por este motivo, aquella tierra fue llamada Goshen, porque en hebreo este nombre proviene de la palabra lehitgoshesh (‘pelear, discutir’), que indica que debían discutir unos con otros en la aclaración de los temas de la Torá. Y se puede apreciar el gran poder de la Torá en los miembros de la tribu de Leví, quienes, por estar dedicados a la Torá en los centros de estudio, quedaron exentos de la esclavitud (Shemot Rabá, cap. 5, 16); no como las demás tribus, la cuales, al no dedicarse a la Torá, fueron sometidas a la labor ardua.

Yosef les dijo a sus hermanos que el mensaje principal que debían transmitir al faraón era que “nosotros somos personas de ganado”, es decir, ocupados en el estudio de la Torá. A pesar de que somos personas poderosas y triunfadoras, eso no es nuestra ocupación principal; más bien, la Torá es nuestra ocupación primordial. Así envió Yosef a “algunos de sus hermanos” delante del faraón; envió, de entre sus hermanos, a los que eran menos poderosos. Sobre esto explicó Rashí: “Pues si [el faraón] los viere poderosos, los tomaría como guerreros. Por ello, envió a Reuvén, Shimón, Leví, Isajar y Biniamín”. Con esto le mostró al faraón que no es el poder físico lo que les interesa, más bien, la sagrada Torá es lo principal. Prueba de ello es que no se veían como hombres fuertes o poderosos. Según lo que explicamos, esto es lo que le dijeron los hermanos al faraón: “Nosotros no somos personas poderosas;más bien, la Torá es nuestra fuerza; y ya que tenemos Torá, de ella absorbemos nuestro poder. Cuando necesitamos protegernos, el poder de la Torá se inviste en nosotros y nos provee poderes sobrehumanos para vencer al enemigo. Y, de hecho, el verdadero poder es el poder de vencer la Inclinación al Mal, el poder de subyugar a la Inclinación al Mal y gobernar sobre ella, como está escrito (Avot 4:1): ‘¿Quién es poderoso? El que gobierna sobre su Inclinación al Mal’”.