Nota sobre una sefardí londinense que fue pionera como filóloga.
Los Lindo -según The Jewish Encyclopedia– provienen de la ciudad de Badajoz, Extremadura: el neocristiano Lorenzo Rodríguez, en 1638 sufrió acoso inquisitorial en las Islas Canarias -donde hubo un tribunal durísimo-pero huyó a Venecia, y al poco tiempo, cuando en 1656 se permitió el retorno judío a Inglaterra, tanto él como su esposa Perpetua y su hijo Alexander se instalaron en Londres. Con el nombre de Isaac Lindo, fue uno de los firmantes de los estatutos de la fundación de la sinagoga de la calle Bevis Marks. Un nieto suyo, Eliahu Jaím Lindo, tras una temporada en el Caribe con los negocios de su suegro Dacosta con la caña de azúcar, fue el autor de «Historia de los judíos de España y Portugal desde los primeros tiempos hasta la expulsión de aquellos reinos y su consiguiente dispersión», publicada en Londres en 1848.
Ese mismo año había muerto en el mismo Londres victoriano, Abigail Lindo.
Abigail había nacido el 3 de agosto de 1803, junto al Támesis. Era la tercer hija habida del matrimonio entre David Abarvanel Lindo y Sarah Moccata, ambos notables miembros de la comunidad sefardí londinense. Tuvieron otros 17 hijos más. El padre era hijo del financiero Elías Lindo y Grace Lumbroso de Mattos, lo que le hacía tío del político Benajamin Disraeli y tío político de sir Moshe Montefiore. Durante años fue el parnás de Bevis Marks.
Abigail tuvo la suerte de poder ser educada -algo no muy habitual para las señoritas nacidas en 1803- por su tío materno, Moses Mocatta. Cuando llegó a su mocedad, se había convertido en una gran especialista en Tanaj y poseía unos conocimientos profundos de la lengua hebrea.
Por aquel entonces, en el ámbito de la lingüística triunfaban las ideas del movimiento romántico, que como sabemos crea la corriente del nacionalismo político recuperando lo auténtico, lo que está en el principio de las civilizaciones. En lingüística esto se traduce en la Escuela de los Neogramáticos, un círculo alemán de lingüistas que que constituyeron una escuela de pensamiento lingüístico que procuró introducir en la lingüística histórica los principios positivistas que triunfaban en la ciencia y la filosofía. es decir, aplicaban el método científico del comparativismo a las lenguas y crearon el sistema darwiniano del árbol de las lenguas, comparando el sánscrito y lenguas europeas que compartían raíces.
Abigail Lindo no era una académica oficialmente hablando pero vivía bajo las corrientes neogramáticas, así que aprovechó la coyuntura para dedicarse a la lexicografía -la tarea de confeccionar diccionarios. Así que se convirtió en la primera persona en confeccionar un diccionario inglés-hebreo, además de ser también la única mujer dedicada a labores filológicas en el S XIX y por si fuera poco la primera mujer en firmar un libro con su propio nombre. Y eso fue en 1837. El éxito de la obra fue, sobre todo, que pronto fue un diccionario obligatorio en las escuelas judías de Inglaterra. Incluso en 1842 y 1846 salieron a la luz ediciones aumentadas, pues no sólo estudiantes de hebreo se beneficiaban de su ayuda, sino que filólogos de primera línea lo tomaron en cuenta en sus aparatos bibliográficos.
Como decíamos antes, falleció el 28 de agosto de 1848 -es decir a la temprana edad de 45 años- y sin haberse casado ni por supuesto haber tenido descendencia otra que su diccionario.
Bibliografía:
- Miriam Rodrigues-Pereira, ‘Lindo, Abigail (1803-1848)’, Diccionario Oxford de biografía nacional, Oxford University Press, 2004;