Reseña biográfica del rabino salmantino que se dedicaba a la astronomía y creó los almanaques por los cuales Vasgo de Gama llegó a ser virrey de La India.
A mediados del S XV, concretamente en 1452, Salamanca -cuyos orígenes se remontan a la Edad del Hierro- ya llevaba doscientos años siendo la sede la Primera Universidad de Europa, dando lo que Natura no otorga (su lema universitario) a personajes tan altos como Colón, Fernando de Rojas, Fray Luis de León, etc.. Y también a Abraham Ben Shmuel Zacuto, astrónomo judío y matemático hebreo a cuyo nombre se dedicó la Biblioteca de Ciencias de la Universidad de Salamanca. Por cierto, la Biblioteca de esta universidad está levantada junto a la facultad de Matemáticas, construida sobre una de las tres sinagogas que tuvo la ciudad . En su memoria , a la entrada, hay una placa que reconoce los aportes de Zacuto a la ciencia salmantina y explica, así, el porqué del nombre de esa biblioteca en dicha facultad.
No es el único vínculo que la universidad charra tiene con el judaísmo.
En 1413 , reinando en Castilla Juan II, la Universidad consigue la cesión del Beit Midrash – la academia talmúdica- para ubicar allí el Hospital del Estudio. Muchas casas y edificios comunitarios judíos en las calles de Serranos, Traviesa o la Rúa Nueva, en este momento pasan a ser propiedad de la institución universitaria, bien por compra, bien por cesión o bien por permuta: comienza así su expansión sobre espacios judíos, hasta desalojar y disminuir tanto su número como su influencia. Hoy, ese Hospital de Estudio es el Rectorado de la universidad, y su aspecto actual concluyó precisamente el mismo año del Edicto de Granada: 1492.
Abraham Zacuto -su apellido proviene del término hebreo Zjút, זכות, derecho- nació un doce de agosto de 1452, a orillas de ese río Tormes, en la judería salmantina (entre la Catedral y el Alcázar) , centro de una aljama protegidísima por el cabildo catedralicio , pues la judería charra siempre fue leal y espléndida con la realeza, obteniendo así , en el fuero de 1170, los mismos derechos que los incircuncisos. Aunque luego esto fuera revocado. Pero esa es la causa de que en Salamanca no todos los judíos vivieran en la aljama, sino que, los más adinerados, lo hacían también, si les placía, entre los cristianos. Y viceversa. Los judíos salmantinos estaban protegidos por la aristocracia porque les sufragaron muchas empresas bélicas
De todos modos, los ancestros de Abraham Zacuto no enraízaban con la judería mesetaria, sino que provenían de más allá de los Pirineos, de cuando en 1306 los judíos galos fueron expulsados por Felipe El Hermoso. Muchos de aquellos judíos del Reino de los Francos emigraron al Reino de Castilla , entrando por Navarra, concretamente por el tradicional puerto de Roncesvalles. Lo cuenta él mismo en su obra Sefer Ha´Yajasín, Libro de Genealogía, donde dice que el que se vino a Salamanca fue su abuelo.
Su padre, Rabí Samuel Zacuto, fue rabino de una de las tres sinagogas que hubo en la calle principal de la judería ( lo que hoy es la famosa calle Libreros): la Sinagoga Vieja -aledaña a la iglesia de S. Millán y, en esta calle, también el Beit Midrásh que dirigía r. Ben JABIB; después. estaba la Sinagoga Menor, sita en el Postigo Ciego -hoy facultad de Matemáticas- y, por último, la Sinagoga Nueva, por la zona del Parque de La Merced. Del número de sinagogas entendemos la cantidad de feligreses.
Zacuto, en tanto que hijo de rabino, estudió lo que todos los judíos de su tiempo estudiaban: Torá, Talmud y Kabalá, tanto con su propio padre como con otro rabino, Isaac Aboab, hasta ordenarse en la Ley de Moisés; y como la familia vivía bajo el manto protector del obispo de Salamanca, Monseñor Gonzalo de Viveiro, pudo cursar en la universidad Astronomía; pero no ejercer la docencia de tal ciencia, pues su nombre , el de Zacuto, no aparece en ningún libro claustral y además el Derecho Canónico prohibía a los judíos el ejercicio de la docencia en las universidades eclesiásticas. ( Las predicaciones del fraile Vicente Ferrer , uno de los grandes nombres del antisemitismo hispánico, marcaron un antes y un después en la aljama salmantina: en 1411, las predicaciones de dicho sujeto, elevado a santo, enardecieron el ya precario equilibrio de convivencia en la ciudad, favorecieron el brote de violencia antisemita, con el consiguiente proceso de conversiones forzosas. Los judíos que quedaron en Salamanca tras las predicaciones de Vicente Ferrer no gozaron ya de las ventajas y privilegios previamente otorgados por el fuero real del S XI.)
¿Por qué esa protección eclesiástica hacia Zacuto? Los que ponen enduda su estudio obvian que el obispo de Salamanca , (Cantera dixir) Monseñor D. Gonzalo de Viveiro (su nombre hace referencia a una encantadora población medieval de la costa lucense que aún hoy muestra arquitecturas de la época de Carlos I de España y V de Alemania) era de familia conversa -en Vivero perduran, llenos de moho por el paso del tiempo y por la cercanía húmeda del Cántabrico, vagos recuerdos materiales de su judería, junto a otras más renombradas como la de Rivadabia. Monseñor Gonzalo era hijo de de Gonzalo Pérez de Vaamonde , habido de católico ayuntamiento con Dña. Mayor Pérez de Viveiro, conversa a efectos de matrimonio. Gonzalo, que empezó carrera eclesiástica como deán en Lugo, en cuya catedral era prelado un pariente, fue nombrado obispo salmantino en 1446; en Salamanca, además de su alto cargo eclesiástico, fue catedrático de su universidad y algo así como director de tesis doctoral de los estudios superiores de Abraham Zacuto, a quien alentó en su obra “Compilación Magna” (Ha´Jibur Ha´Gadol) Los de Viveiro , para cuando nació Abraham, a pesar de su origen como cristianos nuevos, tuvieron el favor de un rey dado a lo judío, Juan II -padre de Isabel I de Castilla, no obstante; Alonso Pérez de Viveiro, muerto tres años antes nacer Abraham, participó en una intriga para derribar a D.Álvaro de Luna, privado del rey, que mandó provocar una reyerta callejera para vengarse asesinándole, pero el rey, en recompensa, al primogénito, Juan de Viveiro, lo nombró Primer Marqués de Viveiro. El Palacio de los Viveiro en Valladolid, corte castellana entonces, era Sede la real Audiencia y Cancillería. Hoy alberga el Archivo Histórico de Valladolid.
Ha´Jibur ha´Gadol, de 1478, fue escrito en hebreo; a partir del orginal, José Vizinho elaboró dos versiones resumidas de carácter práctico a las que llamó Almanach Perpetuum ( Portugal, 1496) Una de esas ediciones lleva los cánones en latín, mientras la otra es en castellano, pero en ambas, los cabezales de las tablas astronómicas aparecen en latín. El almanaque de Zacuto fue traducido al árabe, al menos en dos ocasiones: la primera fue elaborada por Mūsā Ŷālīnūs en 1505-06 en Oriente, probablemente en Estambul, es una versión resumida; se conserva únicamente en el manuscrito nº 966 de la biblioteca de El Escorial; la otra traducción la realizó al-Ḥaŷarī hacia 1624, en Marruecos. Tres años más tarde de la edición princeps, el tratado fue traducido al castellano por Juan de Salaya, que había sido catedrático de Astrología de Salamanca, con la ayuda del propio Zacut (así se le llama en hebreo)
Abraham, así pues, tenía el favor real por solidaridad de conversos con la fe de la que apostataron. Pero el obispo falleció y, entonces, Zacuto, raudo y veloz, se radicó en Gata, provincia de Cáceres, al servicio de Juan de Zúñiga y Pimentel, último maestre de la Orden de Alcántara (la que re-tomó Granada ) Era éste un mecenas que apuntalaba a personalidades como Antonio de Nebrija. Bajo su protección escribió Abraham Zacuto el “Tratado de las influencias del cielo” , que dicen redactó de memoria, porque en Gata no había biblioteca.
Llegado el infausto año de 1492, como muchos judíos extremeños, obligados a la conversión o el destierro, Zacuto pasa a Portugal -de donde se infiere que era un hombre religioso y no estaba dispuesto a abjurar de la fe mosaica; en el país luso , Zacuto se desempeñará como astrónomo de la corte de Juan II de Portugal ; y, después, de Manuel I. De ahí su ascendencia sobre Vasco de Gama, el navegante que pasa a la Historia como el primero en viajar directamente de Europa a La India, lugar del que llegó a ser virrey. Algunos estudiosos , con cierto carácter antisemita, con afán de no reconocer que Vasco de Gama llevó su empresa a buen puerto por los almanaques confeccionados por Abraham Zacuto, han estado por ahí difundiendo improbables ideas sobre el desconocimiento del judío sobre el astrolabio, etc….
No obstante, en Portugal, al poco tiempo, en 1498, también se puso la cosa negra, y ante el hecho de las conversiones forzosas -la diáspora sefardí desde Lisboa a Marruecos, los Países Bajos, Italia o el Imperio Otomano- Zacuto optó por emigrar a Túnez, donde se acabó por radicar tras dos cárceles. Ante el presumible advenimiento de los ejércitos imperiales de Carlos I de España y V de Alemania sobre Túnez, Zacuto huyó de las tierras bereberes y marchó a Siria.
Murió, según unos, en Damasco, en 1515; en Jerusalén, en 1521, según otros.
Los que sostienen la versión Jerusalén dicen que allí vivió sus últimos años, en una yeshivá, escribiendo y estudiando.
En Portugal, donde lo recuerdan más que en España, incluso hay una sinagoga que recuerda su nombre en la localidad de Tomar. El templo fue mandado erigir por el Infante D. Henrique, el Navegante, a quien la comunidad judía financió parte de la empresa de los viajes de los descubrimientos trasatlánticos. En el barrio de Ramot, de Jerusalén, una calle. Y en la luna, un cráter.