Lo que sabemos de los dos primeros nombres de conversos documentados en la Hispania del S VIII dec.
Después del año de 476, con la llamada Caída del Imperio Romano (de Occidente, pues persiste en Oriente hasta 1453, con la toma de Constantinopla por los otomanos) la próspera provincia de Hispania es invadida por pueblos germanos: suevos, vándalos y alanos. En agradecimiento a que los romanos permitieron a los visigodos asentarse en el reino de Tolosa, se envían a Hispania efectivos para echarlos de la Península Ibérica. Acaban formando el Reino Visigodo de Toledo. Como sabemos, perdurará hasta que en 711 los musulmanes omeyas y bereberes crucen el Estrecho de Gibraltar. Entonces, la monarquía toledana huye despavorida a refugiarse tras las montañas de los Picos de Europa, que separan Asturias de León. Tras la Batalla de Covadonga, 722, la monarquía visigoda tiene como nueva capital Cangas de Onís, con el rey Pelayo. Y luego por su hijo, el malogrado rey Favila, que sólo gobernó «dos años, siete meses y diez días» (desde 737 hasta 739) Lo mató un oso en el pueblo de LLueve, junto a Cangas, y el trono pasó al yerno de Pelayo y cuñado de Favila, Alfonso, hijo del Dux Cantabriae, el Duque de Cantabria, D. Pedro. A Alfonso le sucede Fruela I, a quien asesinaron en Cangas de Onís, para subir al trono Aurelio, a quien sucedió Sila. Este monarca es el que traslada la capital a la localidad asturiana de Pravia.
De la época del rey Silo es el pergamino completo más antiguo que conoce la Historia de España. Es del año 775, en letra visigótica, y se le conoce como Diploma del Rey Silo. El texto del documento está escrito con una mezcla de latín tardío -el de la Iglesia- y proto-romance (lo que ya no es latín pero aún no es castellano) El contenido del texto trata de una donación de terrenos de un abad; estos terrenos estaban en el actual concejo de Barreiros, provincia de Lugo, para que en ese lugar se funde un monasterio. El documento, conservado hoy en el Archivo Eclesiástico de la Catedral de León, es a favor de tres presbíteros, pero no sólo: también es donación para -así lo especifican- dos conversos llamados Alante y Lubino. Por desgracia no sabemos de ellos sino su nombre y su condición y que presuntamente habrían pertenecido a la comunidad judía de la cercana Mondoñedo, aunque lo que sabemos de ella es del S XV.
Hasta que alguien pueda demostrar lo contrario, estos dos nombres de judíos convertidos al cristianismo son los más antiguos que conocemos en la Península Ibérica. Probablemente tengan como origen el reinado de Sisebuto, rey que forzó a las conversiones forzadas en gran número. No obstante, este rey muere en 621, por lo cual podemos inferir que a finales del el S VIII hubo una continuación de conversos en la zona, y cuya existencia sería la enlace con el posterior monasterio de Corias, en Cangas de Narcea, de principios del S XI, que donó unos terrenos para un cementerio judío. Todo ello pone de relieve que la comunidad judía en la zona del antiguo reino suevo de Galleacia no era testimonial sino relativamente abundante.
Imagen principal: estatua del Rey Silo en Pravia.
Bibliografía: «Diploma del Rey Silo,. Alfondo García Leal, Fundación Conde de Fenosa. La Coruña, 2008