CARLOS SALZEDO

Reseña biográfica de quien dicen es el mejor arpista de la historia.


 En la Edad Media, cuando por diversas razones los hispano-hebreos se convertían, en su mayoría, en cripto-judíos,  adoptaban el nombre de su valedor, que era por lo general un aristócrata. Pues bien, en el caso de la rama judía del apellido Salzedo -lugar en el que hay muchos sauces- tiene que ver con Aragón y en concreto con el conde de Vela, que era un hijo -posiblemente bastardo- de Alfonso VI de Castilla, que le concedió el señorío de Ayala (topónimo homófono del hebreo) en lo que hoy es la provincia vasca de Alava.(No obstante no debemos pasar por alto que este monarca también consta que otorgó privilegios a la localidad asturiana de Salcedo; y también existe la misma en diversos puntos de Cantabria).

Los Salzedo, tras el trauma colectivo de 1492, acabaron refugiándose de la neurastenia inquisitorial en la comunidad judía más cercana a España: Bayonne, en la histórica región de la Aquitania. No sabemos exactamente en qué momento emigraron y retornaron a la fe de sus ancestros, pero los registros más antiguos que hemos podido obtener confirman la existencia de la familia en Bayona ya desde fines del S XVII. Y a partir de las primeras décadas del S XVIII aparece con una gran profusión.

 Carlos Moïse Léon Salzedo fue a nacer en Bayona el seis de abril de 1885. Pero no vino al mundo en Bayona, sino en la no lejana Archacon, donde sus padres habían ido a solazarse con unos días de asueto. Pero la madre, Judith (da Silva) embarazada de siete meses, cayó por una escalera que adelantó el parto. Consiguieron salvar la vida de madre e hijo y el padre, Isaac Gastón Salzedo, tomó a la familia para regresar a Bayona. La familia estaba consagrada a la música: el primogénito de Judith e Isaac, Marcel, sería violinista y director de orquesta de no poca valía; el padre era tenor y la madre, profesora de piano. Este ambiente en la casa familiar debió influir notoriamente en el benjamín ya cuando estaba en el útero de su madre, por lo cual el pequeño Carlos se dedicaría a la música también.

  Carlitos fue un niño prodigio. La reina María Cristina, madre de Alfonso XIII, por aquel entonces escapaba de los calores madrileños refugiándose en la bella San Sebastián. Cuando decimos la reina debemos entender que estaba acompañada por la mayor parte de la corte. Durante aquellas estadías a orillas del Mar Cantábrico, Madame Salzedo -que vivía a pocos kms. de la frontera hispano-gala- les impartía clases de piano. Y esa fue la primera vez que Carlitos, a los tres años de edad, tañó el arpa ante la reina española. Dña. María Cristina quedó prendada del pequeño arpista, a quien dedicó el elogio de llamarle « mon petit Mozart ».

  Dos años después la tragedia sobrecogió a la familia: Mme. Salzedo falleció. Carlitos, huérfano de cinco años, dejará de vivir en Bayonne, pues el padre abandonó la casa familiar y se instaló en la cercana Burdeos. Para cuidar de los dos niños se contrató a una institutriz vasca, lo que quiere decir que el padre era muy consciente de sus orígenes ibéricos -alaveses, como hemos mencionado- y quería que sus hijos también lo fueran estando en contacto con la cultura vascuence.

 Fue así como Carlitos conoció el Zortziko, una forma estrófica de ocho versos de la tradición vasca de la que hablará en edad adulta. Esos ocho versos van a pasar a su primera composición, titulada «Mosquito», que luego será la «Suite de las ocho danzas», una obra que aún es famosa entre los arpistas de todo el mundo y que podemos escuchar a continuación:

El pequeño Carlos fue matriculado a la edad de seis años en el conservatorio de Burdeos. A los ocho recibió el Primer Premio de la institución. Pero al año siguiente, deja el conservatorio, pues el padre decide instalarse en París para dar clases de canto; el niño prosigue sus estudios en el mundo de la cuerda en el conservatorio parisino. No tardan en premiarle allí también por sus aptitudes en piano y en solfeo. Fue allí donde por consejo de su padre y profesores conoció el arpa, mientras que Marcel hacía lo mismo con otra cuerda: el violín.

A los dieciséis años, Salzedo ganó -el mismo día-  el primer premio en arpa y el de  piano; una hazaña sin igual hasta el día de hoy, y que le valió poseer en casa  un piano de cola Steinway. Cuando aún era estudiante, Salzedo fue segundo arpista de la orquesta de los Concerts Lamoureux y de la orquesta Olympia del Folies Bergère. Luego, al terminar sus estudios,  fue contratado como primer arpista del Nouveau Casino de Biarritz. Fue así como dio conciertos por todo Europa. Y a los 18 años en París decidió cambiar su nombre y llamarse Carlos. Este año fue importante para él: su padre sufrió un accidente cardio-vascular y tuvo que abandonar sus funciones como jasán en la sinagoga; Carlos fue quien le sustituyó. 

En 1909, Arturo Toscanini invitó a Salzedo a tocar en la orquesta de la Metropolitan Opera de Nueva York. Así es como Carlos deja Francia rumbo a América, sin saber una palabra de inglés. Salzedo se convierte en miembro de la sociedad musical y actúa con Viola Gramm, una respetada pianista y cantante con la que mantuvo una relación sentimental: él le enseñó todos los castillos del Loira y el 30 de abril de 1914, en Nueva York, contrajeron nupcias mientras sus amigos interpretaban una cantata nupcial compuesta por el novio ex profeso.

Salzedo renunció a su cargo en la  Metropolitan y  formó  el “Trio de Lutèce” (Trío de Lutecia, el antiguo nombre de París)  Los otros dos integrantes eran el flautista  Georges Barrère  y el violenchelista Paul Kefer . Tuvieron éxito internacional y estando en Inglaterra los Salzedo  fueron presentados a la princesa de Battenberg, que a la sazón sería la esposa del hijo de la reina María Cristina, que él conoció a los 3 años de edad.

Sin embargo, Europa aquel año se partió en dos y Salzedo tuvo que dejar de acariciar las cuerdas del arpa para formar parte del regimiento de infantería  por Francia en La Gran Guerra. Tuvo suerte y sus manos, hechas a las cuerdas del arpa, no tomaron un fusil, sino que le hicieron jefe de cocina. Cantó para muchos soldados heridos tendidos en camastros de hospitales de campaña. Pero hubo cambio en capitanía y se le prohibió cantar. Salzedo entonces enfermó hasta el punto de tener que pasar varios meses hospitalizado. Cuando se recuperó, le eximieron de seguir sirviendo a la República de Francia. Y los Salzedo regresan a Estados Unidos en 1916. Fue entonces cuando comienza su amistad con el gran bailarín ruso V. Nijinsky.

 En 1926, la pareja, de mutuo acuerdo, y para mantener una amistad de por vida, se divorcia. Salzedo se casó dos años después con una alumna suya, Lucile Laurent, quien además se convertirá en la solista del Harp Ensemble.  Debussy, Ravel, Alfredo, Stravinsky y el propio Nijinsky y la bailarina Martha Graham  son sus amistades cercanas. Diaghilev compuso un ballet de seis arpas para él.  Y Ravel una sonatina.

 Para tocar como un ángel debes trabajar como un diablo. Carlos Salzedo.

Salzedo fue particularmente conocido por sus interpretaciones con la Filarmónica de Filadelfia durante los magníficos años ´20. No era extraño que hablaran de él en los principales periódicos del mundo entero.

Pero todo tiene su cadencia, incluso la vida, y Salzedo murió el 17 de agosto de 1961 en Waterville, Maine, a la edad de 76 años. Alav Ha´Shalóm.

Leopold Stokowski “Salzedo hizo por el arpa lo que Bach hizo por el órgano, Paganini por el violín, Chopin, Liszt y Debussy por el piano… es decir aumentó el potencial técnico y expresivo de su instrumento. »