Historia de la correspondencia entre Angel Pulido y Lazar Ascher
El doctor, senador y académico Angel Pulido, en 1905, publicó en Madrid la obra titulada «Españoles sin patria y la raza sefardí», en la que se ponía al alcance del público toda la documentación que reunió mediante muchos testimonios escritos de contactos sefardíes en muchos países. Ya en la introducción a ese libro, Pulido comienza hablando de los sefardíes de Bucarest; la sefardofilia del autor, según él mismo, comenzó a fluir al amanecer del 24 de agosto de 1903, zarpando del puerto de Belgrado en un barco surcando el Danubio, cuando casualmente, en cubierta, oyó a un señor que hablaba en ladino con su esposa. Este señor era el r. Enrique Bejerano, entonces director de la escuela sefardita de Bucarest, que pronto se convirtió en el primer académico correspondiente de la Real Academia de la Lengua Española. Y años más tarde, en jajám bashi -rabino mayor- de Constaninopla.
En el libro se aporta la correspondencia con un amigo y colega de Bejerano, Lazar Ascher, que se desempeñaba como presidente de la comunidad sefardí de Bucarest. En carta del martes 16 de febrero de 1904 -último día del mes de Shvat- le cuenta que la sinagoga sefardí llamada del Kahal Grande había sido consagrada en el año de 1817 -y reformada en 1857- en el número 12 de la calle Negru Vodă Street. Su capacidad era de 350 bancos para hombres y 150 en la galería de las mujeres.
El sr. Ascher no podía sospechar que la sinagoga sería profanada con el pogromo de 1941, a manos de un grupo de extrema derecha -Los legionarios- poco antes de la deportación de los nazis. Reconstruida después de la guerra, en 1985, sin embargo, fue demolida para dejar espacio a uno de los grandes boulevards de la ciudad…
Lazar Ascher, nacido el ocho de marzo de 1839, también contó de sí mismo que su padre había nacido en Bucarest en 1797, y su madre en 1808. En 1813 el padre había heredado el negocio del abuelo, que se dedicaba al comercio de importación de productos ingleses vía Constantinopla. El padre había pasado a importar directamente desde Londres y por eso él había sido enviado a estudiar Comercio en Dresde
Ascher también contó que la comunidad, que como en El Quijote comía lentejas los viernes, contaba con un colegio para niños, el clásico Talmud Torá, desde 1730, pero que el emplazamiento actual de la escuela había cambiado de lugar en el mimso 1817, pasando a ocupar un edificio funto a la sinagoga.. Luego, en 1897, el edificio había tomado la forma actual, que es la que vemos en la foto. También, desde 1878, había otro colegio para niñas, que estudiaban totalmente gratis por la cuantiosa donación y tsdaká de la fundación de la sra. Halfon, dirigida por Nisim y Lea Halfon. Además de estudiar en rumano, había materias que se estudiaban en español: religión judía y Biblia. Su esposa, Tamara, además de profesora, formaba parte de la comisión escolar femenina, que conformaban otras cuatro personas. Thamara, que hablaba cinco lenguas y tocaba el piano, era hija de Lázaro de Mayo. La pareja tuvo tres hijos, y el primogénito, ya de 24 años, estudiaba ingienería en la Universidad de Lieja; Lucía, otra hija, llamada así en recuerdo de su abuela paterna, tenía 18 años, y además de pintar tocaba el piano. El benjamín, de 13 años, se llamaba Angel, y ya había empezado a estudiar en la Escuela de Negocios. También tocaba el piano y como todos los demás, hablaba español, que era la lengua de la casa, el rumano, que era la lengua de la calle y, además, el francés, inglés y alemán.