EL ALCALDE DE SÁLÓNICA EN ISRAEL PARA EL YOM HA´SHOA

El alcalde de Salónica, Yanis Botaris, participará en las ceremonias de  Yad Mordechai  «Los casos en los que nos sentimos orgullosos son muy pocos para lavar la vergüenza»


El kibbutz Yad Mordejai, La Mano de Mardoqueo, en Ashkelon, Israel, se llama así en memoria de Mordejai Anilevich, comandante en jefe de la resistencia judía en el gueto de Varsovia. Durante la guerra de Independencia del Mandato Británico, el kibutz fue bombardeado por Egipto.

Con ocasión de las ceremonias oficiales en memoria de las víctimas del Holocausto, Yom Ha´Shoá, que tendrán lugar en este kibutz con la presencia del presidente de Israel,  mar Reuven Rivlin, además de otras autoridades israelíes, se encenderán las consabidas seis antorchas que representan respetos y honor por cada uno de los seis millones de judíos asesinados por la barbarie nazi. Una de esas antorchas será encendida por el actual alcalde de Salónica, Yanis Botaris, en memoria de todos los judíos sefardíes que habitaron esa ciudad y cuya judería fue asesinada en un 98%.

«Ni siquiera puedo imaginar lo que han pasado los sobrevivientes, lo menos que podemos hacer hoy es respetar a los que aún están con nosotros», afirma el regidor de la antigua Tesalónica a ochenta años del estallido de la Segunda Guerra Mundial.

Botaris es considerado uno de los combatientes más destacados de Grecia en la lucha contra el antisemitismo  (Grecia es uno de los países más  antisemitas fuera del mundo musulmán y dentro de las fronteras de la Unión Europea). Tal es aí que en algunos ámbitos es conocido como  «esclavo de los judíos».  En el pasado, acabó siendo hospitalizado  después de ser atacado físicamente por sus puntos de vista  a manos de los facinerosos de ultraderecha «Amanecer Dorado» y acudió a la primera reunión del consejo municipal  con una insignia amarilla con las palabras «Soy judío».

 «Nos arrodillamos ante ellos, los abrazamos y les pedimos disculpas por no poder protegerlos, hicimos la promesa de que no permitiríamos que eso vuelva a suceder».

«Los casos de Justos entre las naciones de los que estamos orgullosos son muy pocos para eliminar la vergüenza», dijo Botaris. «Lo menos que podemos hacer es respetar a los que todavía están con nosotros, nuestro silencio de hoy ya no es el silencio del pasado que ocultó nuestra culpa y nuestros crímenes; este es el silencio que finalmente nos permitirá escuchar la voz de la ciudad».