ESTHER, POETISA SEFARDÍ DE ORIENTE

Una de las voces indispensables de la literatura en judeo-español y sin embargo caída en el injusto olvido.


 El 19 de marzo de 1916 -en plena Primera Guerra Mundial y dos años antes del desmantelamiento del Imperio Otomano- nacía en Esmirna una hija para el matrimonio formado por Yaakov Algranate (el de Granada) y Bejora Malka Rosanes. No debió ser fácil sacar adelante a una criatura recién nacida cuando no había en la ciudad ni leche ni pan; y además  cuando lo peor -el incendio de 1922-  estaba por venir.

Familia judía de Esmirna a principios de S XX

Los Algranate eran judíos religiosos. Fue por eso por lo que la pequeña Esther fue criada en una atmósfera luminosa donde resplandecían La Torá y El Talmud; y a pesar de ser mujer, se le ofreció una notable instrucción religiosa que será uno de los mayores rasgos distintivos de su personalidad. Y no estamos hablando de que en ratos libres el padre le enseñara la sabiduría de los hebreos y la madre los vericuetos de la kashrut y otros asuntos propios del mundo femenino, sino que de forma bastante inaudita su sabiduría rabínica era tal que llegó a estar en igualdad de consideración que muchos grandes rabinos: incluso fue darshanit, femenino de darshán, el que hace los sermones en función de la parashá de la semana. Esas drashot suyas serán el primer peldaño de la escalera de su arte literario. Luego vinieron los comentarios de textos sagrados, la prosa de sus artículos periodísticos y, como corona, la poesía, el culmen del arte de la palabra. Pero que nadie se confunda: a pesar de que su arte hereda las formas de la ortodoxia judía, con un marcado tono conservador, su creación artística también presenta notables ideas de reivindicación y compromiso con los nuevos aires. Sus artículos periodísticos no sólo se publicaban en revistas turcas como La Vera Luz, Shalom, Atikva (sic) L’ Étoile, sino que su valía traspasó fronteras y también publicaba en el diario egipcio Image, o en el israelí El Tiempo. 

Ma dime mi Dio? Porke tanta amargura?

  Paralelamente a su actividad intelectual, en 1940 se casó con un conocido comerciante de Esmirna, Leon Morgez. Y pronto fue madre de una niña a la que llamó Regina. Pero la criatura vino al mundo con una discapacidad psíquica, de la que sabemos por algún poema que le dedicó.

  Sólo publicó un poemario – 9 Eylül (9 de septiembre, en turco). ¿Por qué este título? Las tropas griegas evacuaron Esmirna el 9 de septiembre de 1922 y a la vez  una pequeña fuerza aliada de británicos entró en la ciudad para evitar los saqueos y la violencia. Al día siguiente, Mustafá Kemal, al frente de varias tropas, entró en la ciudad y fue recibido por entusiastas multitudes turcas. De todos modos, la poesía de Morguez-Algranati no es política, se cree que en aquella época debía hacer ciertas concesiones al nacionalismo turco, pero ella juega más bien con los poemas litúrgicos, para reinterpretarlos, como es el caso de uno de Yehudá Ha´Levý.

Esmirna 1910

El puevlo Judyo flako i povre no puede
obtener su rezgate,
El se prezenta delantre de su Dyo kon su
orasyon amargante,
Puevlo distingydo i persegydo i su

lamentasyon muy empresyonante,
Reunidos en sus Sinagogas alavan Dyo
kon ermozo kante,
Por santifikar i glorifikar a el Dyo Yisrael.
Le-hakdish et kedosh Yaakov ve et Elohe
Ysrael

El título en turco, tan significativo para los esmirniotas, en realidad es un juego sonoro para los judíos, ya que el mes de Eylül (septiembre) se parece mucho al mes hebreo de Elul, precisamente el mes en el que los sefardíes comienzan a cantar las Selijot, los poemas litúrgicos en mitad de la noche hasta que llega Yom Kipur. En algunos sitios de presunto prestigio y profesionalidad creen que el mes turco en realidad es como se dice elul en turco. Así están las cosas del desconocimiento.

La obra, que por supuesto fue toda ella concebida en judeo-español,  salió a la luz en Constantinopla en el año 1975; está compuesta por 41 poemas religiosos, más otros de índole lírica, histórica, sionista y filosófica; pero no olvidemos que en los periódicos en los que colaboraba también publicó también numerosos poemas además de otros siete textos que quedaron manuscritos e inéditos tras su muerte. Su valía literaria es de tal alcance que  Isaac Jack Lévy la incluye en su antología de poetas sefardíes tras el Holocausto. Armin Eidhher, profesora de literatura en la Universidad de Salzburgo,  la incluyó en Los kaminos s’incheron de arena: Antolojia de la poezia sefardi kontemporanea. Viena, 2000, edición en judeo-español, alemán y turco. El título de la antología hace referencia a una  antigua canción popular de los sefardíes de Estambul, Los caminos de Sirkedji … (Sirkedji es un barrio de Estambul).

Aunque ni ella ni su familia fueron  víctima directa de las atrocidades de La Shoá, este tema no fue desterrado de su pluma, aunque siempre desde una perspectiva religiosa y con el propósito de nunca abandonar la memoria de los asesinados en las cámaras de gas o muertos por las pésimas condiciones vitales de los campos. Estos poemas, aparte de los recogidos en su antología, eran publicados en periódicos sefardíes unos días antes del 28 de nisán, fecha elegida para la conmemoración de las víctimas del Holocausto Nazi. Todos los poemas, durante todos los años, tienen como tema central el gueto de Varsovia.

Anjelos de los sielos, por estos heroes siempre azed orasion
Porke sus almas repozen en Olam Aba.
Viktimas inosentes siempre gravadas en nuestro korason.
Por vozotros dizimos: Ytgadal ve Yitkadaş şeme rabba.
(«A las viktimas del Ghetto de Varsovia»)

Esther -alea ha´shalóm- se reunió con sus padres en la misma ciudad en que vivió toda su vida, el 26 de febrero de 1984.

Bibliografía: 

  • Algranati, Rafael (ed.) (2010), Diyalog. Revista digital de los judíos turkanos de Izmir.