JUAN ABRAHAM BERNAL

Historia de un mártir del cripto-judaísmo quemado en Córdoba y loado en Amsterdam


El tres de mayo de 1655 (el mismo año en el que estalló la guerra anglo-española entre la Commonwealth de Oliver Cromwell y España bajo el reinado de Felipe IV) en el maldito Campo de Marrubial, en la ciudad de Córdoba, se perpetró un Auto de Fe en el que fueron quemados vivos, atados a una estaca, diecisiete conversos.

Uno de ellos se llamaba Juan Abraham Bernal, natural de Medina del Campo y vecino de Córdoba, de unos cincuenta y cinco años de edad. Líder de una comunidad de cripto-judíos de Ecija.  Fue  muy llorado en la comunidad judía de los sefardíes de Amsterdam, donde se habían refugiado sus familiares, o al menos los que conocemos: su hermano, Elihau  Bernal y el hijo de éste, Jacob Bernal.

Jacob Bernal publicó en memoria de su tío Juan Abraham , ese mismo año de 1655, una obra titulada  «Elogios que Zelozos Dedicaron á la Felice Memoria de Abraham Nuñez Bernal que fue Quemado Vivo, Santificando el Nombre de su Criador,» dedicado a su primo Jacobo, primogénito de Juan Abraham Bernal.

Participaron del elogioso libro in memoriam numerosas autoridades del mundo de las letras de entonces: epigramas de  Daniel de Ribera,  sonetos de Eliakim Castriel, Joseph Frances de Hamburgo, Jonah Abravanel, Samuel de Castro,  Jacob de Pina y a la cabeza de todos, Isaac Aboab, importante rabino de la comunidad sefardí de la «snooga»  de Bet Israel, uno de los que expulsaron de la comunidad a Baruj Spinoza, y que tras haber sido rabino en la emblemática comunidad de Recife, regresó a Amsterdam para ser Rabino Mayor de la Comunidad Sefardí de Amsterdam.

Los descendientes de Bernal serían con los años parte de los judíos Holandeses que se instalaron en Londres, y su hijo fue uno de los mayores benefactores y posterior presidente de la sinagoga sefardí  de Bevis Marks. Jacob israel bernal, comerciante de las Indias Occidentales, se desempeñó como gabay de la comunidad judía española y portuguesa de Londres en 1745, pero renunció al cargo en 1752,  en protesta  porque  las autoridades de la sinagoga se opusieron a su matrimonio con una mujer ashkenazi. Su hijo Jacob (muerto en 1811) se desvinculó de la comunidad, pero previamente denunció sus métodos calificándolos como inquisitoriales por no  lograr ser elegido para el cargo al que había renunciado su padre; no abandonó formalmente el judaísmo, pero con el transcurso del tiempo, sin embargo, la familia abandonó la comunidad judía. Su hijo Ralph (1783–1854) ya fue criado como cristiano, fue político y miembro del parlamento de 1820 a 1853. En 1853 fue presidente de la Sociedad Arqueológica Británica y un renombrado coleccionista de arte. Su hijo Ralph Bernal-Osborne (1808–1882) fue un notable ingenio y político liberal, que fue secretario del almirantazgo entre 1852–58.

 El Elogio, se puede leer en línea en este enlace