Historia del linaje rabínico de los Mazuz y su gran yeshivá entre Túnez y Bnei Brak.
El s. XVI, para la Historia del Mediterráneo, tiene dos comienzos:1453, cuando termina el Imperio Bizantino de Oriente, conquistando los otomanos Constantinopla; y 1492, cuando los RRCC culminan el proceso reconquistador tomando Granada. En el mar de la época de los descubrimientos, el Mediterráneo se puebla de corsarios abordando naves cristianas. El más famoso, Barbarroja, desde sus cuarteles en Túnez, es el más temible: apresó dos galeras del papa Julio II, repletas de riquezas, y después ofreció al Imperio Otomano un cuarto de todo lo que capturara, declarándose vasallo del sultán. Túnez, y luego Argel, con sus piratas berberiscos, se convirtieron en el epicentro del odio islámico hacia los cristianos del Imperio Español en tiempos de Carlos I de España y V de Alemania. Luego, en 1573, Túnez es tomada por los otomanos; en el S XVIII, los intereses comerciales de franceses e ingleses sacan a los otomanos del norte de Africa para ponerse ellos mismos. El Protectorado francés de Túnez durará desde 1881 hasta 1956.
Túnez siempre tuvo dos centros hebreos sobre los que giraban los demás: Kairuan y Djerba. Y en este segundo lugar proliferaron grandes exégetas rabínicos en los pupitres de las yeshivot, importantes jueces de sus cortes hebreas y mekubalím de las sagradas esferas del misticismo. Con la llegada de los franceses, incluso les fue mejor y rápidamente se adaptaron al afrancesamiento. Al menos, hasta 1940, cuando por unos 100.000 judíos tunecinos, por ser franceses, tuvieron que soportar la invasión nazi en sus calles, con todo lo que eso conllevaba: campos de trabajos forzados, asesinatos, inhabilitación para cargo público, estrictos numerus clausus en centros académicos, estrellas amarillas en las solapas…
En este contexto aparece Rajamím Mazuz, comerciante ambulante entre los zocos de Túnez y Trípoli. Uno de sus hijos, Menajem bar Rajamím, se reveló como un gran estudiante de las yeshivot -además de suceder a su padre en el negocio de las ventas. Aprovechaba el ir de judería en judería para rezar y estudiar en sus sinagogas. Pero murió joven, en 1867, dejando tras de si una serie de hijos y una viuda. Uno de ellos, nacido en Djerba en 1859, se llamó como el abuelo, Rajamím, que heredó de su padre la piedad. Tenía ocho años cuando se quedó huérfano y la madre trasladó a todos los niños a la ciudad de Túnez para trabajar como empleada doméstica de una rica familia. Rajamím allí se formó en las yeshivot, aprendió árabe clásico y francés moderno, y luego retornó a la isla de Djerba y se casó con la nieta de r. Hadad. Trabajaba como costurero para alimentar a sus ocho hijos y para comprar vestidos a su esposa (era conocido por esto) Pero a la vez, de su padre no sólo heredó un amplio sentido de la piedad y el culto, sino también inteligencia para escribir una obra titulada «Kisé Rajamím», El asiento de la Misericordia. Falleció -alav ha´shalóm- el 13 de kislev del año 1909.
Un sobrino suyo, hijo de su hermano de ribí Rephael Masuz, fue Matsliaj (exitoso), nacido el 26 de jeshván de 1911. A su vez, por parte de madre, era sobrino del rabino mayor de Djerba. Se casó con una pariente suya, hija del anteriormente mentado Menajem Mazuz. Pero no se quedó en Djarba, sino que pasó a Túnez como juez del rabinato y como profesor de la yeshivá de Jevrat Ha´Talmud.
Pero las cosas empezaron a torcerse para los judíos tunecinos. En 1952, un poco después de la re-fundación del Estado de Israel, el antisemitismo empezó a ser cada vez más peligroso y generó la primera oleada de migrantes hacia Francia o Israel mismo. En 1956, el violento movimiento de nacionalismo árabe logró la independencia de los franceses y llega al poder de la república el presidente Habib Bourguiba; si bien se le ha considerado siempre como el más benévolo de los mandatarios árabes para con los judíos, en 1958 se decretó la abolición del Consistorio Hebreo, el mayor órgano representativo de la judería. Hubo destrucciones de sinagogas y de cementerios, provocando otra oleada de éxodo hebreo. Pero Mazuz no se fue. De hecho pasó a ser juez en la corte civil, aunque dimitió de su cargo en 1961, porque se había impedido que los judíos fueran juzgados por el Derecho Hebreo, como había sido siempre. Sin trabajo, acabó dedicándose a ser agente inmobiliario para tener sustento. Y mientras tanto, se dedicó al estudio intensivo de la Kabalá y ayudar al movimiento Jabad a establecer una yeshivá en Túnez. El mismo fue profesor durante dos años en esa institución, pero abandonó el cargo por su propia decisión cuando empezaron a dar clases de francés: él se oponía no a que los alumnos estudiaran materias profanas, sino a que esas materias profanas se impartieran en las yeshivot, que consideraba santos lugares del hebraísmo. Así que decidió crear su propia yeshivá. Y la nombró en recuerdo de su abuelo. Kisé Rajamím. Un lugar donde se estudió la cantilación de los textos sagrados según la tradición sefardí, así como , por supesto, Gmará, Halajá, etc.
El 18 de enero de 1971, de regreso a su casa tras la oración de Shajarit en la sinagoga, fue asesinado por un musulmán incapaz de tolerar la existencia de judíos en Túnez. Fue primeramente enterrado en Túnez, pero al mes y medio se consiguió trasladar el cadáver al cementerio del Monte de los Olivos.
El cadáver no viajó solo. Toda la familia Mazuz abandonó para siempre Túnez. Con uno de sus hijos al frente de la familia, Meir Mazuz, construyeron la yeshivá de Kisé Rajamím en la localidad de Bnei Brak, además de crear en el mismo marco académico el Instituto del rabi Matsliaj, que dirigido por Tsemaj Mazuz, funciona como editorial de toda la literatura usada en Kisé Rajamím, cuya línea educativa tiene como eje principal toda la obra publicada del marán Yosef Caro, el autor del Shulján Aruj, la pieza clave que sella la era rabínica de los rishoním y abre -en 1570- la que nosotros vivimos aún hoy en día. Para explicarlo brevemente: nada que ver con los movimientos reformistas y masortí. Con una gran dosis de sionismo, eso sí: por ejemplo, una ordenanza suya de amplio cumplimiento fue rezar el Halel el Día de YOm Hatzmaut y no recitar ese día Tajanún en la sinagoga, como si fuera una fiesta mayor del ciclo anual. El nivel de jarediut -penetración en la ortodoxia de su hijo, Meir Mezuz, actual director general de la yeshiva, le hace ser un rabino muy polémico por sus posturas ultraortodoxas dentro del jasidismo sefardí, con no poca oposición de la izquierda laica israelí. En Djerba , su yerno es el rabino principal actualmente. Su tío, el rabino sefardí de París. Varios yernos presiden importantes yeshivot en Israel.