Que se sepa poco de la comunidad sefardí en Hungría no significa que tengamos que olvidarnos de ella.
La judería húngara se fue conformando a partir del S XI, con migraciones hebreas de Bohemia y Moravia, viviendo los consabidos períodos de calidad de vida. Por ejemplo, en 1494 en Buda quemaron vivos a seis judíos por un libelo de sangre. Mejoró la tolerancia después, cuando en el S XVI, Hungría debilitada por las guerras civiles entre familias nobles, sucumbe al ataque sarraceno: el entonces emergente y siempre expansionista Imperio Otomano conquistó el reino de Hungría el 29 de agosto de 1526 en la batalla de Mohács. Cuando los austro-húngaros, en su empeño en acabar con los otomanos , destruyeron la judería, muchos judíos se acabaron enrolando en el ejército del Imperio Otomano porque se vivía mejor en todos los sentidos.
Pero sobre la comunidad sefardí en particular quien mejores datos aporta es el doctor en Derecho, Steuer Geza, hispanófilo del Budapest hacia 1904, que sostiene que la comunidad era pequeña no por otra cosa sino porque la sociedad húngara asimila a sus habitantes.
Temesvar, al sur del reino magyar, fue la primera ciudad conquistada por el turco . A fines del XIX era posible encontrar en su cementerio lápidas sefardíes como la de Assael Azriel, fallecido en 1636. Doce familias vivían allí cuando el imperio austrohúngaro expulsó a los otomanos. Luego, en el S XVIII,(1736) el conde Wallis, en reconocimiento a los servicios prestados por los judíos españoles les permitió vivir en el castillo, un gran privilegio por lo que tiene de seguro, y que no disfrutaron los judíos que no eran sefardíes. Poco después se formó la primera comunidad sefardí, que llegaría a tener dos sinagogas, totalmente independientes hasta 1901, en que por debilidad se fundieron con la comunidad tedesca (o no española) Nombra las familias Assael, Amigo, Nisim, Matsar,Lividi, De Herrera,Semi, Alcalay, Ezra.
Para principios del S XX dice que eran unas diez familias las de Temesvar, 4 en Pansova y 5 en Arad, 10 en Zimony, todas emparentadas entre sí porque se casaban , como es tradicional en el mundo sefardí de entonces, entre primos.
La familia más notable erala de Israel De Herrera (Derrera,también)de fortuna considerable y aire caciquil, hasta el extremo de ser ennoblecido. Otra familia muy de notar eran los Magyar, cuyo prestigio social era tal que emparentó con muchos budapestinenses notables.
También cuenta que los mayores hablan ladino todos, con influencias del serbio y el turco,y que entienden todos el castellano de nuestro tiempo, pero perdiendo poco a poco todos los rasgos distintivos de sefardismo.
Budapest, dice, a diferencia de Temesvar, está más sometido al nacionalismo magyar -opuesto al germanismo austríaco- y por tanto, su peso diluye el sefardismo que hubiera. Por eso constan cartas de Efrayim ha-Kohen de Vilna, quien se estableció en Buda en 1666, y quien mantuvo correspondencia con rabinos sefardíes en el Imperio Otomano, entre ellos Moisés Galanté en Jerusalén, que ayudaban a que el culto se hiciera correctamente.
El primer judío sefardí en radicarse en Budapest fue Don Isaac Elías, bisabuelo del escritor Adolfo Agai, y llegó a Budapest en el S XVIII en un barco turco lleno de odaliscas de un harén, en el cual se enamoró de una muchacha de Georgia con la que huyó por territorios de Rumelia hasta radicarse en Budapest, concretamente en la antigua comunidad sefardí de Buda, con los Almoslinos y los Albachany. Y la comunidad la renovó el hijo de D Elías, José Elías, que presidía una kehilá de unos cien miembros. Aunque se acabaron suspendiendo los servicios sinagogales ante la dificultad de conseguir minián, aunque quedaran diez o doce familias, pero no frecuentadoras de sinagogas, sino de comercios y cafés : los Amar, los Ruso, etc.
Tambien informa elmismo de una comunidad en Eslovenia (cuya mitad pertenecía entonces a Hungría) con36 familias sefardíes, los Majo, Kalderon, Matsaras, salidos todos de Salónica y Sarajevo, para radicarse en Zimony, donde sólo usan el ladino para la sinagoga si es día de fiesta mayor. Se llaman a sí mismos judíos francos.
Culmina su informe para el dr. Angel Pulido con una singularidad: todas estas familias contratan sirvientas suevas porque entre ellas es dado que gustan de la cultura de sus patronos y aprenden rápido la lengua ladina.