
Agreda, en la provincia de Soria, recupera con fines turísticos una tradición de la Noche de Difuntos nada diplomática con los judíos.
Las medievales tradiciones de la Noche de Difuntos en localidades sorianas no tienen todas que ver con la catarsis de la muerte. Muestra de ello es la tradicional procesión macabra del Rompe Rompe de las Cadenas , en la localidad de Ägreda.
Agreda, villa de Soria pero perteneciente a la diócesis de Osma (Burgos) se encuentra a unos 20 kms de Tarazona , Aragón, y cuenta con unos tres mil habitantes. Conocida como la villa de las tres culturas, pues desde un fuero de Alfonso X habitaron en Agreda cristianos aragoneses y franceses, moriscos y judíos. También se conoce al lugar por ser cuna de Sor Mª Jesús , monja mística del S XVII, una de las mejores confidentes de Felipe IV, que disfrutó del placer místico de la bilocalización, por lo cual podía estar en dos continentes al mismo tiempo y por eso se le atribuye la evangelización de Nuevo México sin moverse de su convento en los páramos de Soria.
En cuanto a lo hebreo, la sinagoga fue convertida en ermita ya en el S XII. La aljama, hoy llamada barrio moro, celebra fiestas en honor a la Virgen de los Desamparados a comienzos de marzo, con una hoguera en mitad de la plaza…
El ayuntamiento agredense, regido por los designios del PSOE, por segundo año consecutivo ha recuperado una antigua tradición para la Noche de Difuntos, la del 31 de octubre : el Rompe Rompe de las Cadenas. Esta tradición consiste en formular un diálogo entre el alma de un difunto (representado por un ataúd) y un hijo o familiar que contesta a los cánticos de muerte.

La comitiva, una vez terminado el diálogo, recorre el cementerio musulmán , donde se interpreta la Muerte en el Islam y se recuerda el papel de la Inquisición y las hogueras del Santo Oficio en el Medievo. Pero después es el turno del cementerio judío : aquí es donde tras una procesión en la oscuridad se llega hasta la orilla del río Queiles, donde estaba el cementerio (todos los cementerios sefardíes están al otro lado de un río, como metáfora) y allí se interpreta la leyenda hebrea del alma condenada a errar por el mundo y el tiempo por no haber ayudado a Jesucristo de camino al Calvario.
Seguidamente parten de regreso al punto de inicio, la PLaza Mayor, para hacer una queimada.

En el archivo histórico de la villa se conserva un documento firmado por los Reyes Católicos en donde se detalla la donación de la sinagoga al concejo de Ágreda, así como una piel con caracteres hebreos perteneciente a un rollo de la Torá, quizás la misma que se leía en la sinagoga.
La calle donde se levanta esa iglesia , anterior sinagoga, en otro tiempo se llamaba de Santo Domingo, porque no olvidemos que la Santa Inquisición era un tribunal de la orden de los dominicos, discípulos de este santo.