
El 12 de febrero es una fecha de infausta memoria para los judíos: se recuerdan dos hechos muy trágicos y muy cercanos en el tiempo, preámbulo de la expulsión de la Península Ibérica. Olvidarlo debilita tus argumentos contra los antisemitas de nuestro tiempo.
Tal día como hoy, pero en el año de 1481 se perpetró en Sevilla el primer Auto de Fe del Tribunal de la Santa Inquisición. En la misma fecha, pero del año 1486, se llevó a cabo otro Auto de Fe en Toledo.
En el primero ardieron en la hoguera pública doce conversos. Era un domingo, para que hubiera más público. Los condenados iban desde la Plaza de Abastos del Altozanoel antiguo castillo almohade de Triana, sede del Tribunal de la Inquisición -donde tras prisión, audiencias y tortura se dictaban las sentencias- hasta el Prado de San Sebastián, donde se perpetraba el asesinato bajo las inflamadas prédicas de los clérigos y sus feligreses, que acudían no a oir a los clérigos sino a un espectáculo gratuito que les era anunciado un mes antes de la ejecución.
Atravesando el Arenal, y precedidos por la Cruz Verde, cubierta de un velo negro transparente, entraban en Sevilla por la Puerta de Triana. Giraban a la derecha por la calle Pajería (hoy calle Zaragoza) hasta llegar al arquillo de Atocha (desaparecido). Y tras enfilar por Pintores (hoy Joaquín Guichot) llegaban a la Plaza de San Francisco, donde se habían levantado dos entarimados frente a frente. Uno de ellos ,el de los condenados, se llamaba la media naranja. Allí se leían las sentencias, larguísimas (una vez se leyó una de tres horas)
En Toledo, también ese 12 de febreo de 1486, 750 judeoconversos reconciliados salieron en procesión de la Iglesia de San Pedro Mártir, descalzos en la madrugada de los cruentos inviernos toledanos, en un desfile anunciado que fueron a ver gentes venidas de comarcas lejanas. Los penitentes iban dando alaridos, algunos meándose encima, y fueron caminando así has la catedral, donde lesw leyeron uno por uno todas las causas que se les imputaban por judaizantes -lavarse las manos antes de rezar ya era indicio de ello. El 2 de abril y el 11 de junio, 900 y 750 hombres respectivamente corrieron la misma suerte. Las condenas en un 40% implicaban ejecución, que se efectuaba unos meses más tarde. (Kamen, Henry (2011) [1999]. La Inquisición Española. Una revisión histórica (3ª edición). )