LA SINAGOGA DEL SOFER

Nota sobre una desaparecida sinagoga toledana que no hace muchos años pudo saberse en dónde estaba ubicada concretamente.


  Sofer, en hebreo moderno, significa «escritor», es decir, persona que se dedica a la literatura, que escribe. Pero en hebreo clásico «sofer» no se refería a literato, sino a quien  hoy llamamos «sofer stam», la persona capacitada halájicamente para la caligrafía de los 24  Libros -sfarím-  de La Torá, así como los textos sacratísimos del Tfilín, la Mezuzá, de ahí que se haya creado la abreviatura que leemos como «Stam», acróstico de Sefer (Torá) Tefilín y Mezuzá. Es decir, es una profesión antigua, sagrada como la de un mohel, un ejecutor de britot milá (circuncisiones), personas muy involucradas en el desarrollo de la vida comunal entorno a una sinagoga axial.

   Para la nefasta fecha del año de 1391,  según un famoso poema -el de Albeñé- que llora su destrucción, en Toledo  estaban en pleno funcionamiento una decena de sinagogas. Cantera Burgos, hasta hoy máximo catalagador de las sinagogas de la Península Ibérica, añade dos más: la de Caleros -así llamada porque estaba en el barrio de ese nombre- y la del Sofer, que fue construida hacia 1190, reinando Alfonso IX de León.

  ¿Pero en dónde estaba ubicada esta  sinagoga? La respuesta empezó a ver la luz cuando se puso orden en los archivos del monasterio de Sto. Domingo el Real y el hospital de la Misericordia, pues la mencionan a cuenta de la documentación notarial derivada de unos pleitos por unas casas que llamaban de La Higuera y la Atahona. (La Atahona era un molino movido por un animal ) Don Çulemán Jarada, judío toledano, propietario de la casa de La Higuera, al huir de las violencias perpetradas en 1391, dejó sin saldar una deuda de 993 maravedíes. La casa salió en venta judicial en 1402;  los legajos de los archivos  dicen que estaba esta vivienda  en la judería, cerca del barrio de los tintores, y que la casa vecina era la Moshé Israel, por un lado, y la Sinagoga del Sofer, por otro. En 1446 vuelve a registrarse cuando mencionan unos tributos de una tal Mencía Fernández: su casa está junto a la casa de La Higuera, ya en propiedad del mayordomo de Santo Domingo, «y la xinoga del Sofer» en solares que eran de Doña María,  hija del rey D. Pedro. (al que su hermanastro y asesino llamaba fil de puta judeo») A partir de 1480 no aparece documentación alguna que mencione a la sinagoga o la Casa de la Figuera.

A fines del S XVI, la Casa de la Higuera figura con el nombre de Casa del Arquillo, que desciende hasta San Juan de Los Reyes.

La manzana que conformaban la Casa de la Higuera y la Sinagoga se destruyó en 1986, pero se levantaba en las inmediaciones de las actuales calles del Angel y Reyes Católicos. La concejala toledana Ana Isabel Fernández Samper buscó promocionar el espacio como un posible punto de interés para los turistas judíos que acuden a la ciudad y se construyó una polémica plaza, evidentemente llamada del Sofer, que pretende ser símbolo de fraternidad

Bibliografía:

Jean Passini, «La Sinagoga del Sofer», Sefarad64(1), 141–157.