LEVY IBN JAVIV

Apunte biográfico de un rabino zamorano,  sefardí de primera generación en Jerusalén


Los Ibn Javiv son, en origen, un conocido linaje rabínico de Castilla (aunque por el «ibn», que es árabe,  podemos deducir que fueron también de aquellos judíos del Al Alandalus que se refugiaron en los reinos cristianos cuando la violencia de la invasión almohade. Algunos relacionan a la familia con r Yosef Javiva, del cual se saben pocas cosas: por ejemplo, que vivió en Barcelona en 1340, donde se formó, y que luego pasó a Zaragoza y que vivió cierto tiempo en Castellón. )

R. Yaakov ben Shlomo ibn Javiv, uno de los más famosos miembros de la familia, nació en Zamora hacia 1445 y fue discípulo de la lumbrera talmúdica del momento: r Yitzjak Campantón; es decir, Ibn Javiv vivió la expulsión de 1492. Se refugió en Portugal, y, después de que allí se implementara la misma disyuntiva de la conversión o el exilio, se fue a Tesalónica, a casa de Yehudá Benveniste, donde funda el linaje rabínico sefardí (ya no hispano-hebreo) de los Ibn Javiv. Muere allí en 1516, después de haber aprovechado la gran biblioteca de los Benveniste para escribir un gran tratado exegético destinado a que la comunidad judía no corriera el riesgo de olvidar su eje espiritual en la nueva coyuntura diaspórica de los judíos entre los musulmanes. Su hijo, Levy ben Javiv, nacido en 1480 -esto es, nacido en Zamora también- y trasladado a Tesalónica tras los pasos de su padre, no se quedó en Tesalónica: desde 1525 estuvo al frente de la comunidad emergente de Jerusalén.

¿Comunidad emergente? Un año después de la muerte de R. Yaakov ben Shlomo ibn Javiv -esto es, en 1517- el muy expansionista Imperio Otomano se enfrentó al sultanato mameluco, que desde 1250 habían tomado desde Egipto a Siria todo el Levante. Los otomanos derrotaron a los mamelucos en ese 1517. Y ese mismo año se perpetraron unos disturbios muy violentos contra las pequeñas comunidades judías de Jebrón y Tsfat (que siempre habían vivido en paz bajo los mamelucos) Sobre las violencias sufridas por los  300 judíos galileos -asesinatos y saqueos- hay fuentes de Elías Capsali de Creta. Los otomanos también atacaron a los judíos de Jebrón, que huyeron a Beirut (via maris, desde el puerto de Gaza) Los sobrevivientes a la matanza de Tsfat se vieron obligados a huir de la localidad y se instalaron en Jerusalén. Ahora bien, los otomanos no querían judíos en Jerusalén y para conseguirlo elevaron muchísimo el impuesto de capacitación que los judíos debían abonar, por lo que en pocos años, ante las dificultades para vivir en Judea, los judíos decidieron ir volviendo a La Galilea. Pero no todos se fueron. Levy ben Javiv lideró la comunidad jerosolomitana en tan difícil coyuntura política.

R. Yaakov Berab fue de los que regresó a Tsfat, convirtiéndose en su rabino principal. En Jerusalén, había conocido a Ben Javiv y entre ambos surgieron notables disensiones sobre la aplicación del Derecho Hebreo. La principal diferencia de opiniones estribaba en que Berab decidió adoptar la antigua forma de ordenación rabínica -la shmijá. Berab hasta dijo que Ibn Javiv era más cristiano que judío. Y resultó que no mentía: Ben Javiv admitió que, durante un año, había abandonado el judaísmo por la sencilla razón de haber vivido bajo la presión monárquica anti-judía de la Península Ibérica, pero que en Salónica había retornado al judaísmo. El mismo Berab había nacido en Maqueda, Toledo, en 1474, pero no se refugió en Portugal, sino en Fez, por lo cual no vivió episodios de cripto-judaísmo: nunca me cambié de nombre, le decía con orgullo. Berab, después de unos tiempos por Damasco y El Cairo, se instaló finalmente en Tsfat, donde pretendió re-establecer el Sanhedrin. Y ordenó rabino, entre otros, a r Yosef Caro.

Entre sus escritos, Ben Javiv dejó un gran número de responsa y una obra de interpretación según el Rambám sobre las halajot preceptivas en Rosh Jodesh. Por los escritos de las responsa deducimos que se dedicaba también a La Kabalá y la Astronomía.

Falleció en 1541 y con su desaparición la situación de la comunidad judía en Jerusalén -al contrario que la de Tsfat- fue en claro declive. De hecho, la situación llegó a ser tan precaria que no había ni Beit Din y para dirimir asuntos judiciales tenían que recurrir al tribunal rabínico de Tsfat. No obstante, la misma familia será la que revitalice la situación rabínica en Jerusalén tiempo después, pero de ello hablaremos en otro artículo.