
Una familia sefardí vinculada a la medicina a orillas del río Varta, con cruentos eventos entre algunos de sus miembros.
La diáspora sefardí, de apabullante ubicuidad, tiene en su historia muchos desconocimientos del gran público, como puede ser por ejemplo la comunidad sefardí de Viena. Otro lugar donde hay documentación que atestigue el asentamiento sefardí es, más al norte, Polonia.
Joel Wells, historiador estadounidense especializado en el estudio de los sefardíes en Europa del Este, tiene ejemplos como el de los Calahorra.

El Dr. Solomon Kalahora -evidente patronímico hispánico, de la ciudad de Calahorra, en lo que hoy es la comunidad de La Rioja- fue médico personal del monarca polaco Segismundo II (1520-1572) , hijo del Segismundo El Viejo , a quien Calderón de la Barca llevó a «La Vida es Sueño». Cuando el monarca falleció, también fue el médico de su sucesor, el cuñado de Segismundo, Stephen Bathroy.
Los Kalahora llegaron a Cracovia en el S XVI, vía Italia, es decir, tras el Edicto de Expulsión de los reinos de Castilla y Aragón. El apellido, con el tiempo y los avatares de la lingüística (y hasta del derecho civil) sufrirá alteraciones como Kolhari, Kolchor, Kolchory, Kalifari, Calaforra, Kalvari, entre otras.
Salomón tuvo seis vástagos. Dos de ellos fundarán sendas ramas dinásticas: Moshé, la rama de Cracovia; Israel Samuel, que será rabino de Lenchista, la rama de Poznan -Posnania- a una distancia equidistante entre Berlín y Varsovia. HIjo de este rabino fue Matitiahu Calahora, fue un médico bien conocido , sobre todo por curar a curas. Acabó mal, tras verse involucrado en una disputa religiosa con un fraile dominico llamado Havlin. El historiador ruso-judío Simon Dubnow describe el evento sin obviar la brutalidad:
El dominico invitó a Calahora a una disputa en el claustro, pero el judío declinó la invitación, prometiendo exponer sus puntos de vista por escrito. Unos días más tarde, el sacerdote encontró en su asiento del coro, una declaración, en alemán, acusando de violento sacrilegio del culto a la Virgen Inmaculada. El dominico, sin pruebas, concluyó que Calahora era el autor y le acusó de blasfemia. El Tribunal del Castillo Real interrogó al acusado bajo tortura, sin poder obtener una confesión. Los testigos atestiguaron que Calahora no sabía escribir ni hablar en alemán; de hecho, como el dominico era italiano, italiano fue la lengua de sus conversaciones con el clérigo. A pesar de toda esta evidencia, el desafortunado Calahora fue sentenciado a ser quemado en la hoguera. La alarmada comunidad judía levantó una protesta y el caso fue transferido al mayor tribunal de Piotrkov. El acusado fue enviado encadenado a Piotrkov, junto con el demandante y los testigos. Pero el tribunal católico confirmó el veredicto del tribunal inferior, ordenando que la sentencia se ejecutara en la siguiente secuencia : primero cortar los labios del «blasfemo»; luego, su mano , quemada; la lengua, que había hablado en contra de la religión cristiana, extirpada; finalmente, el cuerpo quemado en la hoguera; y las cenizas de la víctima cargadas en en un cañón y disparadas al aire. La sentencia se ejecutó fielmente el 13 de diciembre de 1663, en el mercado de Piotrkov. Durante dos siglos, los judíos de Cracovia siguieron la costumbre de recitar, el día catorce de Kislev, en la antigua sinagoga de esa ciudad, una oración conmemorativa por el alma del mártir Calahora.
Tanto el hijo de Matitiahu, Michael, como los dos hijos de éste, también se dedicaron a la medicina en Polonia. El hermano de Matitiahu, Solomon, casó con la hija de médico de Posen, que era Yehudá de Lima, también sefardí. El matrimonio trajo al mundo a Yosef, conocido como Joseph Darshán (predicador, en hebreo) autor de una obra moral publicada en Frankfurt en 1679. El hijo de Yosef, Arye Leib Kalifari, será el segundo miembro de la familia en ser martirizado por el catolicismo polaco en 1735 por un libelo de sangre. H. Graetz, en su monumental y famosísima Historia de los Judíos, relata el caso:

Adalbert Yablonowitz, hijo de un ciudadano prominente, desapareció de su hogar; su cuerpo, mutilado, fue encontrado en un pueblo cerca de Posen. La población cristiana de Posen … de inmediato acusó a los judíos del crimen. Muchos judíos huyeron de la zona. El predicador Aryeh Leib, el representante comunal Jacob Ben Pinhas y otros dos judíos, Isaac y Hertz , fueron capturados y encarcelados. El predicador y el representante fueron torturados y murieron en prisión.
El bisnieto de Arye, Solomon Posner, escribió la crónica familiar bajo el título «Toar Pninei Shlomo» . Su nieto, Stanislaw Posner, con el seudónimo Henryk Bezmaski, fallecido en 1930, fue un conocido político socialista, senador y abogado.