MANUSCRITOS HEBREOS EN LA BIBLIOTECA NACIONAL DE ESPAÑA

 Revisión de los fondos hebreos de  la Biblioteca Nacional


 La Biblioteca Nacional de España (BNE, de ahora en adelante) fue creada en 1711 por Felipe V -el primero de la Casa de Borbón en España. Su objetivo era fomentar la cultura entre sus súbditos y reunir las bibliotecas de los nobles emigrados que luchaban en la Guerra  de Sucesión en apoyo de Carlos de Austria.

  A diferencia de otras grandes bibliotecas europeas, sus fondos hebreos son escasos: sólo custodia 46 manuscritos. En su mayor parte, entraron a formar parte de los fondos bibliotecarios en el S XIX, como consecuencia de llamada Desamortización de Mendizabal: sacar a la venta,  previa expropiación forzosa y mediante subasta pública, las tierras y bienes que hasta entonces no se podían enajenar (vender, hipotecar o ceder) y que se encontraban en poder de las llamadas «manos muertas», es decir, la Iglesia católica y las órdenes religiosas —que los habían acumulado como habituales beneficiarias de donaciones, testamentos y diversas formas de apropiaciones indebidas.

 Es así que la mayor parte de los documentos hebreos de la BNE -21 códices-  proceden de la Catedral de Toledo. La mayor parte de ellos pertenecían a la  colección personal del cardenal Francisco Javier Zelada, quien hasta su muerte, en 1801,  fuera bibliotecario de la Biblioteca Vaticana; es decir,  la mayoría de los documentos hebreos de esta colección son de factura italiana y no toledana. Cuando el responsable de la expulsión de los jesuitas falleció, sus libros pasaron a la Biblioteca Vaticana, mientras que la colección de  sus manuscritos  fueron custodiados en  la biblioteca capitular de Toledo.

 Le sigue,  en cuanto a procedencia, el desaparecido convento de San Martín, de Madrid, fundado en el S XI. Martín Sarmiento, también conocido como Padre Sarmiento -creador del Jardín Botánico de Madrid- fue un monje benedictino con intereses filológicos que murió en el convento de San Martín de Madrid el 7 de diciembre de 1772, a los 77 años. Poseía en su colección bibliográfica 19 códices hebreos, la BNE custodia 8 de ellos (aunque uno genera dudas). El resto de documentos «se perdió» en las sucesivas mudanzas de los fondos bibliotecarios hasta su actual sede en la calle Recoletos.

 Una de las joyas de la colección es una Biblia iluminada -con ilustraciones medievales- procedente del monasterio de Santo Tomás de Avila (que por orden de Torquemada usó en su construcción las confiscaciones a judíos del caso del libelo de sangre del Niño de la Guardia)

 Hay un Tanaj competo -y otros dos incompletos-  con masoras parva y magna ( comentarios gramaticales que clarifican el significado del texto) Su datación se ha determinado entre fines del S XIV y principios del S XV y es obra realizada en la Península Ibérica, con caligrafía sefardí cuadrada a dos columnas.

 Procedentes de Toledo son dos tanajím estructurados según perícopas (parashot ha´shavúa y haftarot para la lectura sinagogal) y que también contienen las cinco Meguilot (rollos) de las lecturas de las fiestas judías.

 También hay una copia de la Biblia de Ferrara -la primer edición del texto tanájico en judeo-español, sufragado por la Doña Gracia Nasi cuando se refugió en Ferrara.

 Obras de nombres propios incluyen los de Yonah ben Yanaḥ, Qimḥi, Ibn Ezra o Yosef ben Yehudah Zarḳa, como el «Sefer Jobot ha-levabot» de Yosef b. Paquda o el «Moré Nebujím»,  del Rambám (mal traducido como «Guía de los Perplejos»)

Para mayor ilustración se puede consultar el catálogo completo en el enlace de la propia BNE, que se encuentra en pleno proceso de digitalización. (Pinchar AQUI )