MARDOKEO

 Apreciaciones sobre la figura tanájica de Mordejai.


Muchas veces, cuando hablamos de Purim, hablamos de forma insoslayable de la protagonista de la Meguilá -Esther (nombre no hebreo, sino babilonio, de la misma raíz que Astarté y origen de palabras como estrella, star, etc. Ella, en hebreo, se llamaba Hadasa, que significa «mirto») ¿Pero acaso su tío Mordejai (Mardokeo, en español) no es una figura importante dentro de esa narrativa?

  Mordejai tampoco es un nombre hebreo, sino que deriva de Marduk, la deidad principal del panteón babilonio y aparece en lengua acadia -semítica y una de las fuentes del hebreo- en tablillas de la ciudad-estado cananea de Ugarit en el primer milenio a.e.c. Su escriba principal -el responsable de los mensajes- se llamaba Nabu, que precisamente es de donde proviene la palabra hebrea «Nabí» (profeta, el que mebí, trae, el mensaje divino)

  En el segundo capítulo del Libro de Esther,  Mardokeo aparece como «Mordejai ben Yair, ben Shamai, ben Kish, yemini». Yeminí quiere decir, de la tribu de Benyamím, el último hijo que procreó Yaakov Avinu con su esposa Rajel Imenu. Según un midrash talmúdico, Mordejai sería descendiente del primer monarca que reinó sobre el Pueblo de Israel: el Rey Saúl. Shamai, el abuelo de Mordejai, según este midrash, sería Shami ben Guera, de la Casa de Saúl, el cual maldijo y apedreó al Rey David por haber matado a Avner, el comandante de las fuerzas armadas de Saúl. En el Tratado de Brajot dicen que ben Guera fue el preceptor del rey Salomón. Según Rashi dedujo, también era el presidente del Sanhedrín. Abisai ben Tsuryá, sobrino y comandante del Rey David, pidió la cabeza de ben Guera, pero David lo impidió.  Fue así como su hijo Yair  pudo concebir a Mordejai.

  Once años antes de destruir el Templo de Salomón en Jerusalén, Nabucodonosor II, rey del Imperio Neo-Babilónico, cargó contra los reyes de Judea por insumisión fiscal. Como sabemos, el rey Yehoyajím y su noble parentela, junto a otros aristócratas y sabios, fueron deportados de Babilonia. En ese contigente de expatriados estaba Mordejai. Pero su deportación tiene un papel particular: mientras que los otros fueron obligados al cautiverio, Mordejai lo hizo voluntariamente para no abandonar a sus compatriotas en horas tan funestas. Luego volvió a Jerusalén, dice EL Talmud, pero en la segunda oleada de deportación, retornó obligatoriamente a Babilonia.

  Setenta años después -cuando Ciro el persa aniquiló el Imperio Neo-Babilónico y decretó que los judíos podían regresar a Jerusalén y reconstruir el Templo- Mordejai fue de los que decidieron regresar a Sión. Pero las labores de reconstrucción de La Casa implicó muchos obstáculos y muchos de los retornados tomaron la decisión de regresar a Babilonia, donde a la sazón sabían que vivirían bien. No obstante, Mordejai se asentó no en Babilonia, sino en Susa, en la altiplanicie irania, ya capital de los aqueménidas (o persas, para los griegos). En Susa es en donde acontecen los eventos que relata la Meguilá de Esther.

 Aclamado como uno de los mayores sabios de la época de la Gran Asamblea, Mordejai fue el líder de los judíos de su época. Le comparaban con Moshé Rabenu. A pesar de su edad provecta y  de su elevada posición social, se dedicó a la enseñanza del judaísmo entre los niños, alegando que de ellos dependía el futuro de los Hijos de Israel. Mordejai, dicen nuestros sabios de bendita memoria, Jazal, sabía 70 idiomas.

 Hamán, que era descendiente de Amalek -el mayor enemigo de los israelitas cuando salieron de Egipto y se dirigían a la Tierra Prometida- era el primer ministro del rey Asuero (Ajashverrosh) Este monarca exigía de todos sus súbditos que se postraran reverencialmente ante él. Pero Mordejai  se negó a hacerlo. Hamán, poseído por la iracundia, extendió su animadversión a todos los judíos.

Mordejai tenía un tío llamado Abijail, que junto a su esposa había fallecido, dejando huérfana a una hija llamada Hadasa. Mordejai la había adoptado y hay sabios que sostienen que incluso llegó a casarse con ella. Para dañar a Mordejai, ella fue llevada en contra de su voluntad al palacio del rey. Allí, y puesto que dominaba las lenguas, pudo conocer el complot para asesinar al rey, que él comunicó al monarca. Días después, cuando Hamán mandaba construir el patíbulo donde ahorcar a Mordejai, el rey se acordó de la lealtad del judío y entonces ordenó a Hamán pedirle perdón. El patíbulo sirvió para colgar a Hamán.

 En la localidad iraní de Hamadán existe un edificio venerado por los hebreos en el que tradicionalmente se cree está la tumba tanto de Mardokeo como de Esther, pero no es la única. Existe otra en La Galilea, y esta es su imagen