Historia de un diplomático español por el cual se salvaron 500 niños judíos del Holocausto.
Miguel Angel de Muguiro y Muguiro nació el tercer día de julio de 1880 en Madrid, reinando Alfonso XII. Su familia procedía de Navarra, y de la nobleza: el conde Fermín Muguiro y Azcárate Iribarren y Suescun, nacido en Olite, casó con Benita Cerragería y Gallo-Alcántara, natural de Santander. M.A. de Muguiro fue hijo de Juan de Muguiro y Casi y María Francisca de Muguiro y Cerragería. Juan, el padre de Miguel Angel, nacido en San Sebastián a mediados del S XIX, fue banquero y desde 1892, Gentilhombre de la Cámara” de Alfonso XIII. Vivian en el Palacio de Isla, Burgos (cuartel general y residencia de Franco entre 1937 y 1939 y en donde se firmó el 1 de abril de 1939 el último parte de guerra, dando por finalizada la guerra civil española).
Miguel Angel, casado con la hija del Duque de Sotomayor, entró a formar parte del cuerpo diplomático en 1907, con un primer destino en Tánger, que dejó en 1910. Durante este tiempo tuvo conocimiento de la comunidad judía de la ciudad. Además, luego, en 1924, dirigió la Oficina en Marruecos de la Presidencia del Directorio Militar de Primo de Rivera. De allí pasó a Berlín, donde asistió al nacimiento del nazismo. De Alemania pasó a Italia, donde conoció el fascismo de Musolini. Y de allí, en 1931, pasó a Bucarest. Es en esta ciudad donde empieza a tener contacto profundo con los judíos, pues gestiona la solicitud de la nacionalidad española que gran parte de la colonia sefardí local demanda con la intención de beneficiarse del denominado Decreto de Primo de Rivera de 1924. Por ejemplo, fue quien tramitó los expedientes de los Saporta. Franco lo nombró ministro de asuntos exteriores, pero lo cesó a los nueve meses y en recompensa le destinó como ministro en Budapest. Por ese entonces, los judíos húngaros están comenzando a sentir el peso del antisemitismo nazi. Y Miguel Angel no duda en expresar su malestar por esta situación: entre 1938 y 1944, el preámbulo del Holocausto en Hungría, remite a Madrid más de veinte despachos no solo informando sobre la promulgación de una legislación racial manifiestamente contra los judíos, sino también denunciando la dureza de las medidas y advirtiendo sobre que algunos de sus puntos emanan de las leyes nazis de Núremberg de 1935. En marzo del ´44, Alemania invade Hungría y 850.000 judíos tiemblan de miedo con la estrella amarilla en las solapas de sus abrigos a la puerta de casas saqueadas por la Gestapo. También va informando a Madrid del aumento de la violencia y el comienzo de envío de convoyes a campos en Alemania. Y luego a Polonia. Muguiro entonces decide pasar a la acción.
Una comisión de notables de las Comunidades Israelitas de Tánger y Tetuán, encabezada por Jacob de J. Salama, Isaac Salama y Aaron Cohen, con la firma de Jaime Delmar, Simy Marqués, Amram Penmanán y Moisés A. Hassan, le solicitan por carta que intervenga par extender un visado colectivo español para sacar de Hungría a 500 niños judíos de entre cinco y quince años y a 70 adultos. El 22 de mayo de 1944, el alto comisario español en Marruecos, Luis Orgaz, recibe la solicitud para acogerlos. La comisión judía antes mencionada se hará cargo del coste del transporte desde Hungría. Orgaz tramita la petición a Madrid, que es casi seguro que será atendida. Sin embargo, pese a las autorizaciones conseguidas por Muguiro para la salida del país el 13 de junio de 1944, finalmente la operación de rescate fracasa al negar el Tercer Reich el permiso. Permanecerán en Budapest a salvo en campamentos para refugiados bajo la beneficencia de la Cruz Roja Internacional.
El subsecretario húngaro de Negocios Extranjeros, Mihály Jungerth-Arnóthy acusó a Muguiro de hacerse eco de la propaganda y falsedades que difunden la radio y la prensa aliadas. El conflicto acaba con la salida de Muguiro de Budapest el 18 de junio de 1944. Le sustituye el encargado de negocios Ángel Sanz-Briz, empleado de Muguiro durante dos años y que continuará la labor de salvar a todos los judíos que se pueda.
Muguiro se jubila como cónsul general en Zúrich en julio de 1950. Fallece en Madrid cuatro años más tarde, el 4 de octubre de 1954, sin descendecia.