LOS MONSANTO

Nota sobre el devenir de una familia de sefardíes que fueron pioneros en la comunidad judía de Luisiana.


El mundo del Antiguo Régimen, que se supone cambió con las consecuencias internacionales derivadas de la Revolución Francesa, era muy distinto al nuestro y no podemos juzgarlo desde nuestros parámetros de valores, sino entenderlo desde el punto de vista crítico para poder entender nuestro presente.

En 1800, cuando las Guerras Napoleónicas, Francia y España firmaron el Tratado de San Ildefonso, por el cual la Luisiana, en EE.UU, pasaba a ser territorio francés y la Toscana, en Italia, española. Es entonces cuando se crea la comunidad judía de la Luisiana, con sefardíes  que emirgraron de Amsterdam a Curaçao y  que, obviamente primero habían vivido en la Península Ibérica. Estos sefardíes eran los Monsanto.

Su nombre proviene de una localidad portuguesa, pero en el S. XVII -cuando Portugal y España eran el mismo reino-  la familia se asentó como criptojudíos en  España probablemente por motivos comerciales.

 En 1645, en Sevilla, nació Isaac Rodriguez Monsanto, que era segundo hijo -pero primer varón-  de Abraham Israel Simón Rodríguez Monsanto, que ese mismo año había abandonado Málaga, donde ya le había nacido una hija llamada Rivka. Abraham, casado con la viuda Leonor Judith Orobio de Castro, que trajo al mundo cuatro hijos, decidió abandonar Sevilla -probablemente por levantar sospechas inquisitoriales-  y fueron a radicarse en la localidad aquitana de Port Saint Marie, desde donde tras nacerle otra hija pasaron a Amsterdam.

 Isaac conoció allí el esplendor de la Compaía Holandesa de las Indias Occidentales, en la que tantos judíos se enrolaron para buscar fortuna en las Américas. Poco después de que los sefardíes de Recife huyeran del Brasil para dispersarse por el Caribe, se había creado la emergente comunidad de Curaçao. Isaac fue parte de esa comunidad. Pero no se quedó allí mucho tiempo.

Después de la Guerra de los Siete Años, que fue una Guerra Mundial a mediados del S XVIII, se firmó el el Tratado de Fontainebleau, por el cual la Luisiana, hasta entonces parte de Nueva Francia, fuera transferida a Nueva España. La transferencia fue en realidad gradual y en un estado de flujo durante el tiempo que llegaron Isaac Monsanto, su esposa Abigail Yael bat Febos, y su hija Judith. Les acompañaban dos socios de Monsanto, Isaac Henriques Fastio y Manuel de Britto. El motivo por el cual se asentaron todos  en Nueva Orleans era que la ciudad pasó a ser el epicentro del comercio esclavista entre el Caribe y los territorios costeros del Golfo de México. No porque ellos mismos se dedicaran a la trata de negros sino porque ese negocio generaba de forma indirecta mucha riqueza en la zona: Monsanto tenía buenas relaciones con el gobernador francés, Louis Billouart, y a través de él podía comerciara con Abraham Gradis, responsable desde Burdeos de la Compañía Francesa de las Indias Occidentales, copia de la holandesa.

Paralelamente, Monsanto, junto a otros sefardíes, como  David Mendes France, Samuel Israel, Joseph Palacios y Alexander Solomons, se convirtieron en fundadores  de la comunidad judía de Luisiana en la década de 1760. Monsanto, además, no estaba solo, pues también llegaron desde Amsterdam sus hermanos, Manuel, Benjamin y Jacob Monsanto, así como a las hermanas Angélica, Leonora y Gracia Monsanto. Todos vivían en el Barrio Francés, en la calle Chartres.

Isaac se hizo rico  -uno de los más ricos de la ciudad- y entonces decidió comprar una plantación de esclavos en Trianon más allá de los límites de la ciudad de Nueva Orleans. Coo tenía tanto dinero, fundó un banco, y mediante ese banco, financió una expedición hacia Illinois Missisipi arriba. Pero esto fue error: la legislación española lo prohibía y la población criolla de religión católica estallo en protestas. En consecuencia, el gobernador español, Alejandro O’Reilly, expulsó a los Monsanto y a otros judíos de Nueva Orleans por su comercio ilegal en 1769 (aunque no fueron completamente expulsados ​​​​de Luisiana, pues se asentaron en  Manchac, cerca del lago Pontchartrain. entonces parte de la América del Norte británica, donde fueron socios comerciales de John Fitzpatrick. No obstante tenían mucha relación con Nueva Orleans: el gobernador Luis de Unzaga Amézaga, alias ‘le Conciliateur’, también de origen sefardí, firmó las visas  de Isaac Monsanto y su hijo Jacob, quienes tenían negocios entre Manchac, Mobile y Pensacola y desde 1774 también  en Nueva Orleans.

Las hermanas Monsanto se establecieron -muy bien casadas- en Pensacola, en la Florida ya no española sino británica. Eleanora se casó con Pierre Tessier de  Villauchamps. Gracia, con  Thomas Topham; y  Angélica con George Urquhart, un escocés de las tierras bajas, aunque luego, ya viuda,  se casó con otro escocés de las tierras bajas, el Dr. Robert Dow, y regresó a Nueva Orleans.

Durante la Revolución Americana, Manchac fue capturada por los españoles  y esto fue el fin de la influencia de Monsanto allí. Tras la muerte de Isaac, los hermanos Manuel, Benjamín y Jacob Monsanto continuaron con sus actividades mercantiles. Además de la anterior plantación de esclavos en Trianon, Benjamin Monsanto y su esposa Clara poseían una plantación de esclavos de 500 acres en St Catherine’s Creek, cerca de Natchez, Mississippi, desde 1787 en adelante (más tarde conocida como Glenfield Plantation). Durante este tiempo, los Monsantos mantuvieron a 51 africanos como esclavos para uso personal (Benjamin tenía 17, Angélica tenía 8, Eleanora tenía 4 y Manuel tenía 12) y vendió a otros negros esclavizados a dueños de plantaciones de esclavos en Luisiana. Una de las mayores transacciones de esclavos en las que participó Benjamin Monsanto ocurrió en 1785, cuando intercambió trece «negros» por tres mil libras de índigo. Además de esclavos y añil, también comerciaban con licor, ropa, platería, madera, telas, té, tabaco, jabón, pieles de animales y caballos. Como una familia cosmopolita y multilingüe que podía hablar francés, español e inglés, los Monsanto fueron operadores efectivos entre los diferentes colonos europeos en el área e incluso después de su expulsión «oficial» de Nueva Orleans todavía tenían fuertes contactos con el establecimiento local.

Manuel y Jacob Monsanto volvieron a vivir en Toulouse Street, Nueva Orleans,  a mediados de la década de 1780. Benjamin Monsanto (fallecido el 10 de octubre de 1794) fue designado por Manuel Gayoso de Lemos, gobernador de la Luisiana española, para formar parte de equipos de ciudadanos que se ocupaban de los inventarios y tasaciones de las plantaciones de esclavos de los vecinos fallecidos. Benjamin Monsanto tenía un hermano, Manuel Jacob Monsanto, que también se destacó en Luisiana. Era conocido por su participación en el comercio de esclavos donde traficaba con esclavos africanos (participó en doce contratos de este tipo entre 1787 y 1789).

Un descendiente de la familia Monsanto fue Mauricio Méndez Monsanto (1835-1891), quien mantenía operaciones comerciales en St. Thomas, en las Indias Occidentales danesas ( luego parte de las Islas Vírgenes de EE. UU.) Su hija, Olga Méndez Monsanto (1871–1938), estaba casada con John Francis Queeny (1859–1933) de St. Louis, Missouri, quien fundó Monsanto Chemical Company, nombrando esta empresa química  en honor a su esposa. Su abuelo, Manuel Méndez Monsanto (fallecido en 1863), era un comerciante y financiero azucarero con participaciones tanto en St. Thomas como en Vieques,  en Puerto Rico, y fue ennoblecido por los españoles por su papel en la comercialización de Vieques.

Este artículo, en parte, está basado en el documental Pushcarts and Plantations: Jewish Life in Louisiana, del premiado cineasta  Brian Cohen. 

Algunos esclavos de la familia, como es tradición, adquirieron el apellido Monsanto cuando fueron liberados.