PARASHAT HA´SHAVÚA: «BAMIDBAR»

Parashá: בְּמִדְבַּר‎, bamidbar. En el desierto. Números 1:1–4:20. Haftará: 1 Samuel 20:18–42.  Darshán: Morenu Verabenu, Ribí David Jananiá Pinto, shlita


“Y fueron registrados por sus linajes, por las
casas de sus padres…” (Bamidbar 1:18)

Rashí escribe: “Cada cual trajo sus actas de linaje y testigos de la autenticidad de sus nacimientos que comprobaba su afiliación a la tribu a la que pertenecía”. Nuestros Sabios, de bendita memoria, dijeron que las naciones del mundo estaban celosas de Israel y dijeron: “¿Qué tiene Israel de especial para que se agrupen según congregaciones y banderas y no como nosotros?”. Hakadosh Baruj Hu les respondió: “Traed vosotros vuestras actas de linaje”, y las naciones no pudieron, porque se dieron cuenta de que no sabían de qué mujer, sierva o concubina provenían precisamente; no tenían un linaje puro como el de los Hijos de Israel.

En esta parashá, se destaca el recato y la santidad del cuidado de la pureza del linaje del Pueblo de Israel,
quienes se abstienen de incurrir en relaciones ilícitas, en contraposición a las demás naciones del mundo, que no cuidan la pureza del linaje. El Midrash Rabá dice, acerca del versículo (Vaikrá 13:4): “Éste es el animal que no comerán”, que Hakadosh Baruj Hu sopesó a todas las naciones y no encontró una que fuera apta para recibir la Torá, sino solo el Pueblo de Israel. En este respecto, en el libro Divré Yoel, se hace una objeción:

“Hace falta explicar por qué el Midrash comparó el recibimiento de la Torá con la porción de la Torá ‘Éste es el animal’, que habla de los animales que están permitidos para el consumo y los que no. ”Con ayuda del Cielo, pienso que la respuesta se encuentra en lo que dijeron nuestros Sabios, de bendita memoria (Yalkut, parashat Bamidbar, rémez 684): ‘Cuando los Hijos de Israel aceptaron recibir la Torá, las naciones tuvieron celos de ellos. Dijeron: «¿Qué tienen ellos de particular para que los acerques más que a cualquier otra nación del mundo?». De inmediato, Hakadosh Baruj Hu los calló, y les dijo: «Traed vuestras actas de linaje asícomo los Hijos de Israel lo hicieron», como dice el versículo: «y fueron registrados por sus linajes»’. Por eso, la Torá los nombró al principio de esta parashá, justo después de ‘Éstas son las mitzvot…’, y después escribió: ‘Habló Hashem con Moshé en el desierto de Sinai: «Haz un censo…»’. Las naciones no tuvieron el mérito de recibir la Torá debido a su linaje”.

De estas palabras de nuestros Sabios, de bendita memoria, se puede entender que el motivo por el cual los Hijos de Israel tuvieron el mérito de recibir la Torá más que cualquier otra nación fue debido a su linaje, lo cual es una prueba de su recato. No se puede decir lo mismo de las demás naciones, las cuales no cuidan de su linaje. De esta forma, se puede entender por qué el Midrash relaciona el hecho de que los Hijos de Israel tuvieron el mérito de recibir la Torá con lo que ordenó Hakadosh Baruj Hu de no comer alimentos prohibidos, pues los Hijos de Israel retienen sus impulsos y no se conducen como animales. Éste es el motivo por el que no es apto que los Hijos de Israel consuman animales impuros.

Aprendemos de esto que el sendero del Pueblo Elegido no es como el de las naciones del mundo, porque el Pueblo de Israel dijo “Haremos y escucharemos”, y cumplen la Torá con la boca y con el corazón, y la Torá se encuentra plantada en sus corazones. No se puede decir lo mismo acerca de las naciones del mundo —incluso de aquellas que con altivez hablan con arrogancia acerca del Creador del Mundo—, porque sus actos se contradicen con sus palabras, y se comportan como individuos bajos, inferiores a las bestias.

Esta parashá está próxima a la Festividad de Shavuot, la festividad de la entrega de la Torá, y, obviamente, en estos días se debe aumentar cada vez más en el servicio a Hashem, a la vez que cada cual se prepara para recibir la Torá a lo largo de siete semanas, en los días de la Cuenta del Ómer, los cuales, son, de hecho, días de preparación para recibir la Torá. Y no se debe menospreciar siquiera los últimos días de la cuenta, ya quehace falta continuar en el servicio a Hashem y en la preparación previa a la Festividad de Shavuot. Si el hombre menospreciare estos días, y redujere su servicio a Hashem, se puede asemejar a una pareja que se comprometió y se está preparando para la boda por meses y semanas.

En la última semana, el novio descuida los preparativos, y llega a su palio nupcial vistiendo ropas nadaagradables, no apropiadas para el gran evento. Esto no es correcto. Lo mismo ocurre con nosotros en esta época. Con todos los preparativos a lo largo de todos los días de la Cuenta del Ómer, nos hace falta continuarcon los preparativos espirituales hasta la festividad, santificándonos y purificando nuestros p e n s a m i e n t o s , particularmente en los Shelóshet Yemé Hagbalá, los Tres Días de Limitación, que preceden a la festividad, cuyas virtudes son muy elevadas, como escribió el Jidá extensamente en el libro Lev David, acerca de la gran Importancia de los Tres Días de Limitación. Incluso las mujeres tienen que prepararse espiritualmente, por medio de cuidar su recato y de observar las leyes del cuidado de la lengua y reforzando el resto de las mitzvot. Y la grandeza principal de las mujeres yace en la ayuda que les proveen a sus hijos al enviarlos a estudiar Torá, y en esperar a sus esposos. Por esta labor, les espera una gran recompensa, por todo esfuerzo que hacen y por las mitzvot que ellas les permiten a sus esposos
cumplir gracias a esa ayuda. Que sea Su voluntad que lleguemos al sagrado día de la Festividad de Shavuot con santidad y con pureza, con la debida preparación. Amén.