PARASHAT HA´SHAVÚA: «JUKAT»

Parashá: «Jukat» חֻקַּת‎, Constitución.  Numeros 19:1–22:1. Haftará sefaradit: Jueces 11:1–33. Darshán: Morenu veRabenu HaGaón HaTzadik Rabí David Janania Pinto shlita


No son pocas las veces en las que hemos visto que un hombre fallece en medio del cumplimiento de una mitzvá —por ejemplo, en un accidentede tránsito—, a pesar de que está dicho que “un enviado de mitzvá no es dañado” (Tratado de Pesajim 8b). Asimismo,existen personas que cumplen la mitzvá de honrar a los padres con abnegación, y, aun así, se los ve morir a temprana edad, a pesar de que está escrito que el que cumple dicha mitzvá tiene asegurada vida larga, como dice el versículo (Shemot 20:12):

“Honra a tu padre y a tu madre para que se prolonguen tus días”.

Hace muchos años, el sagrado Ribí Refael Pinto, zatzal —que Hashem vengue su sangre—, fue asesinado en Marruecos por árabes revoltosos. Su trágica muerte los tomó a todos por sorpresa, por cuanto el sagrado Ribí Refael era conocido por su extrema rectitud y sus profundos conocimientos de Torá, a tal punto que estaba prácticamente recluso en su casa y no salía en absoluto. El asombro se acrecentó ante el hecho de que Ribí Refael era también conocido en el seno de la comunidad árabe y extendía su mano generosa igualmente a los indigentes árabes, apoyándolos en hora de necesidad.

שיעור פרשת שבוע חקת תשע"ט - ידידי ישיבת נהר שלוםAsimismo, toda la historia del pueblo judío está pavimentada con sucesos difíciles en los que grandes y elevados Tzadikim atravesaron terribles sufrimientos. En los días del malvado imperio griego, los siete hijos de Janá fueron asesinados ante los ojos de su madre, desde el más grande hasta el más pequeño. Luego de haber presenciado tan terrible escena, Jana se arrojó desde la azotea. Así también aparece en la Guemará acerca deRibí Yojanán, a quien le fallecieron todos sus hijos estando él en vida (v. Tratado de Berajot 5b, y Rashí allí).

Siglos después, en la época del terrible Holocausto, los judíos de las congregaciones de Europa sufrieron tribulaciones indescriptibles,y, así, fallecieron, en esa terrible página de la historia, la esposa y los hijos de Admor de Satmer, junto con otros muchos millones de judíos. Normalmente, esta dura realidad podría provocar una debilitación de la fe del judío al punto de llegar a renegar de Hashem —jas veshalom—. Pero con el fin de que el Pueblo de Israel permanezca fiel a Hashem Yitbaraj, a pesar de las dificultades y los sufrimientos inconcebibles por la mente humana, Hakadosh Baruj Hu ordenó el cumplimiento de estatutos que se encuentran en condición de decreto, que el hombre no tiene derecho a reclamar.

Y como consecuencia de la costumbre de cumplir las mitzvot, aun ante el cumplimiento de aquellas que no le son comprensibles, el hombre llega a una fe absoluta en Hashem Yitbaraj, a pesar de las numerosas preguntas que pudieran surgir ocasionalmente como resultado de los diversos acontecimientos duros en la vida.

La parashá comienza con el versículo:

“Éste es el estatuto de la Torá…” (Bamidbar 19:1)

y más adelante, dice:

“Ésta es la ley del hombre que muere en la tienda” (Bamidbar 19:14).

Se puede explicar la relación que existe entre el versículo con el que comienza la parashá y el tema que le sigue del “hombre que muere en la tienda”. Todo hombre tiene que saber que recibe las fuerzas para enfrentar todas las angustias que pudieran presentársele en su “tienda” —a saber, su casa—, aun en los acontecimientos más difíciles, como cuando el Ángel de la Muerte realiza su indeseada visita al ámbito particular del hombre. Con este conocimiento, el hombre cumple los estatutos de la Torá. Cuando el hombre se educa a sí mismo a no hacer preguntas y cumplir los estatutos que no comprende, sino solo porque así lo ordenó Hashem Yitbaraj, absorbe de esa forma las fuerzas para enfrentar las angustias, sin despertar dudas e incertidumbres acerca del Atributo de la Justicia de la providencia Divina en el mundo, y todo lo que ello implica.

Encontramos en la parashá de Behaalotejá (Bamidbar 10:35):

“Y fue cuando viajaba el Arca, Moshé decía: ‘Levántate, Hashem, y que se dispersen Tus enemigos, y escapen los que Te odian de delante de Ti”.

Allí, Rashí esclarece: “Por cuanto [el Arca] se adelantaba la distancia de tres jornadas, Moshé decía:‘Levántate y espéranos, y no te alejes más’ ”. Es posible dilucidar, de acuerdo con las palabras de Rashí, que el Arca viajaba delante del campamento de los Hijos de Israel una distancia de tres jornadas para indicarles el camino por el cual andar. Tratemos de imaginarnos cómo era aquella escena maravillosa: todos los Hijos de Israel iban por el desierto, siguiendo la columna de nube, y ésta les aplanaba el camino, mientras que la columna de fuego iba delante de ellos por las noches, iluminándolosen la oscuridad. Aparte de todo esto,el Pueblo de Israel se alimentaba con el man y saciaba su sed con el agua de la fuente de Miryam, la cual los acompañó todo el camino por el desierto. El Arca iba al frente del Pueblo de Israel, ya que de esa forma les mostraba el camino. Pero Moshé Rabenu decía: “Levántate, Hashem, y que se dispersen Tus enemigos, etc.”. Esto da a entender que Moshé le pedía al Arca que esperara al Pueblo de Israel y no se adelantara más de la distancia de tres jornadas para que los Hijos de Israel se sintieran seguros y protegidos en la cercanía del Arca. Pues si se alejaba más que eso, los Hijos de Israel no iban a sentir su presencia, y sesentirían abandonados. Se puede agregar y decir que el Arca,como es sabido, era el símbolo de la Torá, por cuanto las Tablas de la Ley descansaban en su interior. Asimismo, todo miembro del Pueblo de Israel tiene una chispa del alma de Moshé Rabenu.

De modo que es como si cada hombre clamara a Hashem, diciéndole: “No te alejes de mí demasiado. Necesito sentir Tu proximidad”. Hakadosh Baruj Hu, por Su parte, se dirige al hombre y le dice: “Yo permanezco en Mi lugar. Pero si tú te llegares a sentir perdido y alejado, eso solo quiere decir que fuiste tú quien se alejó”. ¿Cómo puede el hombre sentir la cercanía constante de Hashem, su Dios? Por medio de su apego a la Torá y a las mitzvot, también a aquellas que son consideradas “estatuto”, que no tienen motivo de ser o explicación. Cuando el hombre cumple todas las mitzvot, sin dejar ninguna mitzvá fuera, tiene el mérito de sentir la cercanía constante de Hakadosh Baruj Hu, aun en los casos en los que el Ángel de la Muerte haga notar su fúnebre presencia en el hogar del hombre. Una vez que el hombre se acostumbra a cumplir con la palabra de Hashem, sin reclamos, entonces, la muerte súbita e inexplicable de un ser querido no saca al hombre de su serenidad, por cuanto éste siente el amor yla cercanía de Hashem Yitbaraj.