Parashá: כִּי תִשָּׂא, Ki Tisá, Cuando tomes. Exodo 30:11–34:35. Haftará sfaradit : Reyes, 1, 18:20–39. Darshán: Morenu Verabenu, el Admor, Ribí David Jananiá Pinto, shlita
“Esto dará todo aquel que
sea censado: medio shékel,
conforme al shékel del
Santuario. El shékel es de veinte
guerá. La mitad de un shékel
será la ofrenda reservada a
Hashem” (Shemot 30:13).
Cuando meditamos acerca de la esencia del majatzit hashékel (‘medio siclo’), encontramos que lo principal es dedicarlo como expiación para el Pueblo de Israel, por el pecado del becerro de oro. Así dice el versículo, más adelante: “Ni el rico dará más ni el pobre dará menos del medio shékel, cuando den la ofrenda a Hashem para hacer expiación por vuestras almas”. La Torá nos enseña que aquellos shekalim eran donados para el mantenimiento del Mishcán y del Bet Hamikdash, y el servicio que en ellos se realizaba, a saber, las ofrendas de la congregación. De esta forma, se lograba la expiación por el pecado del becerro de oro. Y más adelante, el versículo dice: “Tomarás el dinero de las expiaciones de los Hijos de Israel y lo darás para el servicio de la Tienda de Reunión; y será para los Hijos de Israel como un memorial delante de Hashem, para hacer expiación por vuestras almas”. Rashí explicó al respecto que, gracias a que los Hijos de Israel donaban el majatzit hashékel para el mantenimiento de la Casa en la que se posaba la Shejiná, Hakadosh Baruj Hu expiaba al pueblo por el pecado del becerro de oro.
Hakadosh Baruj Hu dijo: “Si el rico diera de acuerdo con sus recursos y el pobre también, entonces, el pobre vería las donaciones del rico con ojos desesperanzados, y así se introduciría los celos entre ellos; y el dinero que donaren los Hijos de Israel no sería dinero de expiación, ya que ese dinero solo fomentaría los celos. Entonces, ¿cómo se podría cumplir la frase ‘para hacer expiación por vuestras almas’?, ¿y cuándo acabarían de expiar el pecado del becerro de oro?”.
Por eso, Hashem Yitbaraj ordenó que cada persona, ya sea rica o pobre, diera únicamente el majatzit hashékel, lo cual nos indica que cada uno de ellos no debía dar más de la mitad; y un shékel no era completo hasta que el rico diera la mitad y el pobre diera la otra mitad. Por lo tanto, la donación de uno completaba la del otro.
Así como Yom Kipur no expía sino solo cuando todosestán en armonía —como aprendimos (Tratado de Yomá 85b): “Las transgresiones entre el hombre y Hashem, Yom Kipur las expía. Las transgresiones entre el hombre y su compañero, Yom Kipur no las expía hasta que el hombre se reconcilie con su compañero”—, de esa misma forma, el majatzit hashékel no expía hasta que todos estén en armonía. Cuando los hombres se reconcilian, la fraternidad se posa entre ellos, y también Hakadosh Baruj Hu se reconcilia con todos ellos y les perdona todos sus pecados. Y el Mishcán y los korbanot no podrían existir ni tendrían el poder de expiar si éstos no fueran establecidos gracias a las donaciones de los Hijos de Israel que son dadas en medio de la fraternidad.
No solo eso, sino que cuando cada miembro de Israel donaba su majatzit hashékel para el mantenimiento del Bet Hamikdash y para los korbanot, hacían que la Shejiná se posara en el Mishcán; así, los korbanotelevaban su aroma agradable delante de Hashem. Y la Escritura considera el cumplimiento de dicha mitzvá como si los que la llevaron a cabo hubieran sido socios en la unicidad de Hashem. Porque de esta forma los Hijos de Israel se encuentran inmersos en la unidad, y la Shejiná no se posa sino en medio de la unidad, y por medio de que ellos mantienen el Mishcán en medio de la unidad, posibilitan que Hashem pose Su Shejiná en Israel.
Es posible que a esto se deba que la Torá haya escrito “conforme al shékel del Santuario”, en que la expresión en hebreo beshékel (בשקל’ :conforme al shékel’) se puede dividir en bet = shékel (שקל-ב’ :dos = shékel’), lo que indica que cuando dos individuos dan su majatzit hashékel, éstos se complementan y forman un shékel completo. Con esto, el versículo “todo aquel que sea censado: medio shékel, conforme al shékel del Santuario” quiere decir que cuando todos los que son censados dan el majatzit hashékel —el rico da su majatzit hashékel y el pobre, el suyo—, resulta que de la donación de ambos surge un shékel completo que es “del Santuario”, o sea, sagrado.
Esta santidad tiene dos faces. Una es que el Pueblo de Israel, el pueblo sagrado, se une; y la segunda es que Hakadosh Baruj Hu, que es sagrado, posa Su Shejiná en medio del Mishcán, erigido gracias a las donaciones de los Hijos de Israel.