PARASHAT HA´SHAVÚA: «KORAJ»

Parashá: Koraj, קֹרַח, Koraj,  Números  16:1–18:32 . Haftarat Ha´Jodesh: Isaías 66:1–24. Darshán :  Morenu Verabenu, Ribí David Jananiá Pinto, shlita


“Y tomó Kóraj, hijo de Yitzhar, hijo de Kehat, hijo de
Leví.” (Bamidbar 16:1)

La Guemará (Tratado de Sanhedrín 109b) pregunta: ¿Qué quiere decir con “y tomó”, y Resh Lakish dice:
“Tomó un mal negocio para sí”. Rashí explica que “se tomó a sí mismo hacia un lado para discrepar en medio de la congregación y quejarse acerca de la kehuná”, es decir, se separó de la congregación. Y así es como tradujo Onkelós: “y se separó Kóraj”, se separó del resto de la congregación para mantener la disputa.

Esa fue la aflicción de Kóraj. A pesar de que él era de los que portaban el Arón Hakódesh y él mismo era profeta, de todas formas, “se tomó” a sí mismo hacia un lado y se separó de la congregación. De esta forma, el mérito de la congregación no pudo estar de su lado, lo que lo llevó a ser arrancado de este mundo y perderlo todo. En verdad, esto es de sorprender. Kóraj no era una persona cualquiera. Nuestros Sabios, de bendita memoria, dijeron en el Midrash (Tanjumá) que él era un gran sabio, de los que transportaban el Arón [Hakódesh]. Siendo así, ¿cómo pudo ser que llegara a cometer una tontería tan grande como la que hizo, de reunir adeptos en contra de Hashem y de Su elegido, e incitar a toda la congregación de Israel en contra de Moshé y Aharón? ¡A él no le hacía falta nada! Él tenía riquezas y honor, como dice la Guemará (Tratado de Pesajim 119a) que dijo Ribí Leví: “Trescientas mulas blancas estaban cargadas hasta su máxima capacidad solo con las llaves de los depósitos de los tesoros de Kóraj”.

¿Por qué, entonces, él habló mal acerca de Moshé y Aharón, calumniándolos? También debemos comprender que si Kóraj fue tan malvado, ¿por qué, de todas formas, Hakadosh Baruj Hu le dio el mérito de poseer tan enorme riqueza? ¿A qué se debió que fuera tan adinerado?

Para poder comprender esto, debemos meditar acerca del origen de la grandiosa riqueza de Kóraj. La Guemará dice (Tratado de Pesajim 119a): Ribí Jamá bar Janiná dijo: “Tres tesoros ocultó Yosef en Egipto: uno de ellos lo descubrió Kóraj”. Besiatá Dishmaiá, de esta forma, podemos responder que Hakadosh Baruj Hu sabía que en Kóraj había arraigada una mala cualidad, la cualidad de la envidia. Y para desarraigar esa cualidad de él y ayudarlo a corregir sus malas cualidades, Hakadosh Baruj Hu le dio uno de los tesoros de Yosef Hatzadik; la intención detrás de ello era que, al apreciar Kóraj su extraordinaria riqueza, recordara de dónde provino esta y a quién le había pertenecido originalmente, a Yosef Hatzadik, y se percatara de la rectitud de este, y sus buenas y correctas cualidades.

Por ello, Hakadosh Baruj Hu se apiadó de Kóraj, y le dio parte de los tesoros inmensurables de Yosef Hatzadik para que tuviera presente la rectitud de este y aprendiera de sus buenas cualidades, y borrara de su corazón la mala cualidad de la envidia que llevaba en su seno, y así pudiera corregir sus propias cualidades. Pero, lamentablemente, Kóraj no fue lo suficientemente sabio como para percatarse de ello y aprender la moraleja de tal riqueza; de modo que la envidia solo logró sacarlo de este mundo.

Ya dijeron nuestros Sabios, de bendita memoria (Tratado de Avot 4:21): “La envidia, el deseo y el honor sacan alhombre del mundo”. Y, además, nuestros Sabios dijeron (Tratado de Sanhedrín 119a): “La riqueza conduce al detrimento de la persona”; y Ribí Shimón ben Lakish dijo: “Se trata de la riqueza de Kóraj, pues él no fue sabio y no meditó acerca de la vida de Yosef Hatzadik, para aprender de él la cualidad de la humildad , y así alejarse de la altanería y la envidia. Por eso, cayó a lo más bajo, e incitó al pueblo a pelear contra Moshé y Aharón. ¿Y qué resultó al final de cuentas de Kóraj y de sus adeptos? Y cayeron ellos, y todo lo que tenían, vivos al abismo, y la tierra los cubrió, y se perdieron de en medio de la
congregación” (Bamidbar 16:33).

Por lo tanto, dijeron nuestros Sabios, de bendita memoria, que Kóraj hizo un mal negocio, por así decirlo: tomó y robó dinero que no le correspondía. Pues el propósito principal de la riqueza que le había sido otorgada era el de mejorarse y corregir sus cualidades al apreciar el elevado nivel de Yosef Hatzadik; si así lo hubiera hecho, entonces, ese dinero le habría correspondido con todo derecho. No obstante, al tener envidia de Moshé y de Aharón, y al no haber corregido sus malas cualidades —particularmente, la cualidad de la envidia—, la riqueza que tenía era, más bien, como dinero robado en sus manos, como si hubiera tomado dinero que no le correspondía. Por esto, nuestros Sabios dicen que hizo un mal negocio, un trato torcido, en el que tomó lo que no le correspondía, de forma incorrecta.

Que sea Su voluntad que podamos corregir nuestras cualidades, enderezar nuestros senderos, y alejarnos de las cualidades malas y menospreciables, como la envidia, el deseo y el honor, y pongamos sobre nuestra cabeza la corona de las cualidades buenas y correctas.
Amén veamén.