PARASHAT HA´SHAVÚA: «MISHPATIM»

Parashá: Mishpatim, מִּשְׁפָּטִים, Sentencias.  Exodo 21:1–24:18. Haftará:  Jeremiah 34:8–22 y  33:25–26. Darshán: Morenu Verabenu, Ribí David Jananiá Pinto, shlita


“Y estas son las leyes que pondrás delante de ellos:
cuando compres un siervo hebreo, seis años trabajará,
y en el séptimo saldrá libre” (Shemot 21:1-2).

Sobre la frase “que pondrás delante de ellos” del versículo, Rashí explica que fue dicho así con el fin de que se dispongan las leyes de forma tal que queden como una mesa preparada delante de la persona. Hakadosh Baruj Hu le ordena a Moshé que les enseñe a los Hijos de Israel todas las leyes y los estatutos que son preceptos de la Torá, y le recalcó que aquellos estatutos tienen que estar bien preparados y claros delante del Pueblo de Israel, así como una persona prepara la mesa delante de ella para no tener que esforzarse en buscar lo que quiere comer. Similar a esto, Hashem le ordenó a Moshé que no le presente al pueblo las leyes hasta que estén claras y relucientes, tal como aquello que se sirve en una mesa preparada y ordenada.

Ante esta exposición, surge la pregunta: ¿por qué Hashem no le dijo a Moshé: “Esta es la Torá que pondrás delante de ellos”? ¡Si todos saben que sin el estudio de la Torá no cabe la posibilidad de cumplir las mitzvot! ¡Al contrario!, es la Torá la que lleva al cumplimiento, y todos aquellos que cumplan las mitzvot sin estudiar la Torá, a fin de cuentas, cumplirán sólo parte de las mitzvot, pues aquellas mitzvot que les son difíciles o incomprensibles las dejarán de costado, sin cumplirlas con deseo y entusiasmo. Esto se debe a que la Torá es la que inculca en la persona el temor al Cielo; hace penetrar en ella el mensaje de que se deben cumplir las mitzvot de la Torá sin hacer diferencia entre ellas, cumpliéndolas sólo porque Hashem así lo ordenó. Si una persona no estudia la Torá, ¿cómo puede adquirir tal nivel? Y si, en efecto, fuera difícil, ¿por qué la Torá les ordenó a los Hijos de Israel las leyes que deben cumplir antes de ordenarles que deben estudiar la Torá? Primero debió ordenarles que estudiaran la Torá y sólo luego decirles cuáles son las leyes.

Asimismo, cabe preguntar: ¿por qué al empezar a mencionar las leyes, la Torá escogió como primera mitzvá la del siervo hebreo? ¡Esta no es una mitzvá práctica para todas las generaciones, pues en nuestros días no es factible llevarla a cabo! Siendo así, ¿por qué la Torá escogió precisamente dicha mitzvá y no una más general que se practique en todas las generaciones, como las leyes de separación entre carne y leche, las leyes de tzitzit, tefilín o similares?

Podríamos explicar que, así como la persona va a la sinagoga con el fin de rezar —y ese es claramente su propósito—, y así como un invitado en Shabat va donde su anfitrión con la intención de participar de su cena, así mismo, los Hijos de Israel tenían claro que el propósito de su existencia en el mundo era recibir la Torá. Por lo tanto, cuando Hashem se dirigió a los Hijos de Israel y les preguntó si querían recibir la Torá, le respondieron de inmediato, sin vacilar, “Haremos y escucharemos”, anteponiendo el cumplimiento (“haremos”) al estudio (“escucharemos”), y no como lo harían las personas de carne y hueso. Esto es debido a que muy en su interior, ellos sabían que ese era su propósito en el mundo. Aún antes de que el alma descienda al cuerpo, le hacen jurar que va a estudiar Torá, ya que sin este estudio ella no tiene el mérito de existir en el mundo. Se entiende que todo el fundamento de la creación del hombre y su existencia en el mundo es con el fin de que estudie Torá y llegue a cumplir las mitzvot.

Así como algo que es sabido no es necesario verlo, así mismo en este tema, a Hashem no le pareció necesario ordenar a los Hijos de Israel una vez más acerca del estudio de Torá, pues esto ya les estaba bien claro. Y así dice (Mejiltá, Beshalaj, vaisá 2): “La Torá no fue dada sino sólo a los que comen el man”, lo que quiere decir que el nivel elevado en el que se encontraba Israel fue el mérito por el cual recibieron el man desde el cielo, y fue ello lo que grabó en sus corazones la obligación de recibir la Torá, estudiarla y cumplir sus preceptos.

Por esto la Torá comienza con “Y estas son las leyes que pondrás delante de ellos”, sin mencionar la Torá al principio, ya que el estudio de la Torá es algo sabido y aceptado por Israel sin reclamación alguna, pues con esa intención salieron de Egipto. Por lo tanto, sólo queda estudiarla y disponer las leyes además de las mitzvot escritas en la Torá. La Torá comienza intencionalmente con el precepto del siervo hebreo, que es un precepto que no depende del tiempo, y no se cumple en todas las generaciones, y no recalcó ninguna otra mitzvá que sí se puede cumplir en todas las generaciones, ya que, al mencionar al siervo, se le acentúa a Israel el mensaje de que ellos son los siervos de Hakadosh Baruj Hu, y que el propósito de ellos en la creación es servir a Hashem. Y cuando la persona es Su siervo, y no está sometido al dominio del tiempo y los placeres, de hecho, está libre, como dice el versículo: “No hay hombre libre sino quien se dedica a la Torá