
Parashá: נִצָּבִים , Nitsabím, Estando. Deuteronomio 29:9–30:20. Haftará: 7ª y última de Consolación. Isaiah 61:10–63:9. Darshán: Morenu Verabenu, Ribí David Jananiá Pinto, shlita
Toda persona que en verdad quiere volver en teshuvá debe conocer un fundamento importante e interiorizarlo en el corazón. Nuestros Sabios, de bendita memoria (Tratado de Rosh Hashaná 18a), dijeron que el versículo (Yeshaiá 55:6):
“¡Buscad a Hashem mientras
puede ser hallado, llamadle en
tanto que está cercano!”
se refiere a los Aséret Yemé Teshuvá (‘Diez Días de Arrepentimiento’) que hay entre Rosh Hashaná y Yom Kipur. Y son sabidas las palabras de Jazal que se refieren al hecho de que las personas que se encuentran en el nivel intermedio no son firmadas y selladas de inmediato en Rosh Hashaná (en contraste con los Tzadikim, que son firmados y sellados al instante para bien; y con los malvados, que son firmados y sellados para mal de inmediato). Más bien, los “intermedios” quedan pendientes todos esos Diez Días de Arrepentimiento; y solo si hacen teshuvá completa, son firmados y sellados de inmediato parauna vida buena y para paz.
Marán, el Gaón, el Rishón Letzión, Ribí Ovadia Yosef, ziaa (Maor Israel, Derushim, p. 48), objetó sobre este concepto y dijo que cuando aquellos “intermedios” cumplen tan solo una mitzvá en los Diez Días de
Arrepentimiento incrementan sus méritos en la balanza de su juicio particular, y ya pueden ser considerados Tzadikim, pues tienen una mayoría de méritos contra sus transgresiones. Siendo así, ¿para qué tienen que hacer todavía teshuvá?, ¡si basta con que cumplan tan solo una simple mitzvá y, al hacerlo, se convierten en Tzadikim; y los Tzadikim son firmados y sellados de inmediato para bien!
Respondió Ribí Ovadia, ziaa, de acuerdo con lo que escribió el sagrado Marán Jidushé Harim, ziaa, acerca del versículo en que Hashem se dispone a juzgar los actos de la gente de Sodoma (Bereshit 18:21):
“Descenderé ahora
y veré si, según el clamor que ha llegado hasta Mí, han
consumado su obra”
cuando Hakadosh Baruj Hu se aproxima a la humanidad, entonces, se incrementa la santidad en la tierra; en el mismo grado, también los seres humanos, por su parte, se acercan más a Hashem Yitbaraj y despiertan en teshuvá. Pero si una persona no hace teshuvá a pesar de la circunstancia particular de esta cercanía, entonces, dicha persona es apta para exterminación —jas Veshalom—. Siendo así, se aplica lo mismo en este caso. Ciertamente,toda persona está próxima a Hashem Yitbaraj en los Diez Días de Arrepentimiento, pero si solo confía en su cumplimiento de las mitzvot para ya ser considerado Tzadik, y no se aproxima más a Hashem Yitbaraj por medio de hacer teshuvá, entonces, sus mitzvot no son importantes en absoluto. Y el solo hecho de que dicha persona no vuelve en teshuvá con todo el corazón ni se arrepiente de sus transgresiones, eso mismo inclina la balanza hacia la culpabilidad, y sus mitzvot no le sirven de ayuda en absoluto. Por lo tanto, no basta con que la persona incremente el cumplimiento de mitzvot durante los Diez Días de Arrepentimiento, sino que también tiene que volver en teshuvá desde lo profundo de su corazón. Entonces, ameritará ser firmada y sellada de inmediato para una vida buena y para paz.
Sucedió una vez que, después de Rosh Hashaná, los alumnos me preguntaron cómo había pasado aquel día solemne y qué había sentido. Les dije que, para mí, Rosh Hashaná aún no había terminado, y continuaba hasta Yom Kipur… ¡del año siguiente! Les expliqué lo que había querido decir: cuando nos deseamos buenas bendiciones y “Shaná tová” los unos a los otros, debemos destacar que decimos “Shaná tová” (‘año bueno’). Es decir, cada uno de los días del año está relacionado con Rosh Hashaná, pues, aquello que uno le deseó al otro a la víspera del nuevo año influye para todo el año. Siendo así, la raíz de cada uno de los días de todo un año se remonta al primer día del año: Rosh Hashaná. Por lo tanto, las peticiones, las plegarias y la teshuvá que hacemos en Rosh Hashaná no se corresponden solo a los dos días de Rosh Hashaná, sino que continúan para el resto del año; y es por eso por lo que ello tiene el poder de influir en todos y cada uno de los días del año que sigue. Y esto es lo que tiene que pedir la persona: tenerun buen año, que todos los días del año sean buenos.
Si en verdad cada persona se condujera de esta forma de todo corazón, las buenas peticiones y las tefilot que cada uno hace para el prójimo se enraizarán y adherirán al primer día del año. Así, cada día del año tendrá la influencia de Rosh Hashaná. Ya dijeron Jazal (Tratado de Macot 10b): “Por el camino por el que el hombre quiere ir, [desde el Cielo] lo llevan”. Y si el hombre quiere ir por el buen camino, entonces, también desde el Cielo lo llevarán por el buen camino a lo largo de todo el año.