PARASHAT HA´SHAVÚA: «NOAJ»

Parashá: Noaj, Noé, נֹחַ‎, Genesis 6:9–11:32. Hafatará sfaradit:  Isaiah 54:1–10. Darshán: , Ribí David Jananiá Pinto, shlita


“De esta manera, la harás:
de trescientos codos será
la longitud del arca; de
cincuenta codos, su anchura;
y de treinta codos, su altura”
(Bereshit 6:15).

Se puede objetar lo siguiente: si Hakadosh Baruj Hu le dijo a Nóaj que construyera el arca, por lo visto, Nóaj sabía cómo construir un arca; entonces, ¿por qué Hakadosh Baruj Hu tuvo que detallarle con precisión las dimensiones? Si supuestamente Nóaj sabía construir un arca, entonces, ¡que la hiciera como a él mejor le parecía! ¿Por qué Hashem le dio las medidas exactas con las que debía construirla? Además, debemos dilucidar que, en aquel momento, en el mundo, existía un sinfín de animales; pero, en relación con el arca, no era físicamente posible que aquella cantidad de animales entrara en un arca de dimensiones tan pequeñas. Todo ello fue algo maravilloso. ¿Cómo pudo un arca tan pequeña contener a todos aquellos animales, y también a las personas, y los alimentos para todos, y los desperdicios que produjeron todo el año que estuvieron allí encerrados?  Para poder contener todo eso, tendría que haberse construido un arca gigantesca, mucho más grande que la que de hecho se construyó. ¿Cómo pudo un arca de tan solo 300 codos (unos 150 m) de largo, por 50 codos (25 m) de ancho y 30 codos (15 m) de alto contener a todas las parejas de cada una de las especies de animales que existían en el mundo?

Este tema se puede esclarecer a través de lo que encontramos en la Torá acerca del patio de la Tienda de Reunión en el que Moshé Rabenu introdujo a todo el Pueblo de Israel. Es sabido que los Hijos de Israel que salieron deEgipto sumaban más de seiscientos mil, entonces, ¿cómo pudieron entrar todos al patio de la Tienda de Reunión?

Jazal dijeron al respecto que tanto el patio como la Tienda de Reunión tenían la cualidad de poder contener mucho más de lo que físicamente era posible. A pesar de que se trataba de espacios físicamente pequeños, Hashem ordenó que se reunieran todos allí; y, gracias a esa orden, el lugar se ensanchó proporcionalmente a la cantidad que debía entrar, y así todos cupieron. Y así como éste, encontramos, a lo largo de la historia del pueblo judío, otros ejemplos de medidas pequeñas que contuvieron milagrosamente más de lo que la física permite.

Podemos apreciar de aquí que cuando Hakadosh Baruj Hu da medidas precisas, aun cuando fueran pequeñas, basta para contener lo que sea, sin límites. Eso es lo que la Torá viene a contarnos, respecto de que la mano de Hashem no es “corta”, y no está limitada. Por ende, solo gracias a la bendición de Hashem y a la palabra de Hashem, algo pequeño puede albergar algo mucho más grande.

De acuerdo con lo dicho, se puede comprender bien lo que sucedió con el arca que construyó Nóaj. Hakadosh Baruj Huno le permitió a Nóaj construir un arca de acuerdo con las medidas que a él se le ocurrieran según su lógica. De haber sido así, la bendición de Hashem no habría recaído en el arca y, de verdad, no habrían podido entrar todos los animales, ni habrían podido resistir allí todo un año, viviendo todos juntos. Nóaj habría necesitado decenas de arcas para poder contener por todo el año a todos los animales requeridos. Ciertamente, a pesar de que todo el mundo se había llenado de agua, el Nombre de Hakadosh Baruj Hu quedósobre el agua, pues dice el versículo (Bereshit 7:20) que el agua había llegado a cubrir hasta 15 amot (unos 7.5 m) por encima del punto más alto de la tierra. Y como es sabido, uno de los Nombres de Hakadosh Baruj Hu es Y-a (ה-י :yod – he), con una guematriá de 15. Con ese Nombre, Hakadosh Baruj Hu creó el mundo, como dice el versículo (Yeshaiá 26:4):

“Confiad en Hashem por siempre, porque
en Y-a Hashem, está la Roca de la eternidad”.

Es decir, la letra yod permaneció en el cielo mientras que la letra he quedó sobre la tierra, lo que nos enseña que, aun cuando hubo un Diluvio que arrasó la tierra, Hakadosh Baruj Hu se preocupó de darle continuación a la Creación, para que no se perdiera por completo, y que el mundo pudiera renovarse con el Nombre inefable Y-a. Siendo así, vemos de aquí que todo estuvo bajo la supervisión y la providencia Divina de Hashem Yitbaraj, para posar Su Nombre Y-a sobre las aguas y el mundo. Por eso, Él le ordenó a Nóaj construir un arca con las medidas precisas. El poder de aquella orden contenía el milagro de poder recibir dentro del arca a todas las parejas de las especies de animales, a las personas, y los alimentos querequerían para todo un año. El arca misma fue cuidada por todo un año, junto con todo lo que contenía, de los peligros que presentaba el Diluvio. Así, después de todo, el mundo tuvo continuación y pudo renovarse por el poderde la orden de Hashem Yitbaraj.