Parashá: Shelaj Lejá, Envíate, שְׁלַח-לְךָ . Numeros 13:2. Haftará: Yehoshua, 2:1–24. Darshán: Morenu Verabenu, Ribí David Jananiá Pinto, shlita
La Torá se explaya al escribir los nombres completos de los doce espías que envió Moshé Rabenu para inspeccionar la Tierra de Israel. No obstante, cuando Yehoshúa Bin Nun envió a sus dos espías, los nombres de éstos no fueron ni siquiera mencionados. Solo nuestros Sabios, de bendita memoria, nos revelaron que dichos espías fueron Pinjás y Caleb. Esto resulta difícil de entender, pues, ¿para qué tuvo la Torá que mencionar en nuestra parashá los nombres completos de los doce espías?
A mi humilde parecer, en nuestra parashá, los espías, al principio, eran individuos tan importantes y rectos —como el versículo habla explícitamente de ellos— que eran considerados de los más aptos. Por lo tanto, la Torá se tomó la molestia de mencionarlos uno por uno, para que por el mérito de que dichos nombres estuvieran escritos en la Torá, ellos fueran protegidos de todo mal. A pesar de esto, hace falta esclarecer un poco más el tema. Son conocidas las palabras del Zóhar Hakadosh que dicen que los espías, a pesar de que al principio se mostraron como individuos aptos, hablaron mal de la Tierra de Israel premeditadamente, porque sabían que cuando los Hijos de Israel entraran a la Tierra de Israel, ellos perderían el elevado estatus ministerial que tenían.
Solo mientras estuvieran en el desierto, ellos seguirían siendo dirigentes y líderes de las masas en medio del Pueblo de Israel, pero una vez que los Hijos de Israel entraran a la Tierra de Israel, Moshé Rabenu nombraría a otros dirigentes sobre el pueblo. Y como los espías no querían perder esa posición de liderazgo, buscaron la forma de conservarla. Quisieron mantenerse en condición de “líderes de los Hijos de Israel”. Por ello, con premeditación, hablaron mal de la Tierra de Israel, para que los Hijos de Israel no quisieran entrar allí, y permanecieran en el desierto. De esa forma, ellos continuarían siendo líderes entre el pueblo. No obstante, se puede objetar: ¿cómo puede ser que los espías se hubieran enceguecido tanto, y persiguieran tanto el honor a tal punto que decidieron hablar lashón hará sobre la Tierra Sagrada? Todo, con tal de permanecer líderes del pueblo en el desierto.
Pienso que, de aquí, aprendemos cuánto el honor y el hecho de ir detrás de éste enceguece a la persona, a tal punto que no la deja ver correctamente; a tal punto que la persona piensa que se está dedicando a hacer una mitzvá, cuando en realidad está buscando su propio honor. Quizá la persona tenga la intención de cumplir una mitzvá, pero, la verdad es que lo que está haciendo es una transgresión.
Así sucedió también con los espías. Ellos maquinaron diversas formas para lograr permanecer en el desierto desolado, sin materialismo, con el fin de no entrar a la sagrada Tierra de Israel. Allí, en la Tierra de Israel, ellos habrían podido recibir la influencia de la tierra de la que mana leche y miel. Por el hecho de que iban detrás del honor, ellos querían continuar siendo los dirigentes del Pueblo de Israel en el desierto. Siendo así, sus ojos los llevaron a desviarse del camino, y ellos se enceguecieron por completo, deslumbrados por el honor; y, por lo tanto, no vieron la verdad en absoluto, prefiriendo hablar mal de la Tierra de Israel, la tierra sagrada. En vista de lo dicho, se puede entender por qué Moshé Rabenu les dijo “y os reforzaréis”. La intención de Moshé Rabenu era decirles: “No deben ir en busca del honor, como ustedes piensan, porque así se enceguecerían por completo. Más bien, ustedes tienen que reforzarse en concepto de lo que dicen Jazal (Pirké Avot 4:1): «¿Quién es un héroe? El que logra dominar su Inclinación al Mal»”. Moshé Rabenu les dijo que debían ser fuertes para no caer en las redes del deseo de la Inclinación al Mal, ya que ésta le hace pensar al hombre que el hecho de ver las cualidades de la tierra desde un punto de vista negativo se considera una mitzvá.
No solo eso, sino que Moshé Rabenu les dijo, además: “Refuércense y no hablen mal de la tierra. Más bien, «tomarán del fruto de la tierra»”, lo cual alude a las mitzvot. Con ello, Moshé Rabenu les quiso decir que en la Tierra de Israel se pueden cumplir muchas mitzvot que dependen de la tierra misma. Estas mitzvot se encuentran en condición de “el fruto de la tierra”, porque solo en la Tierra de Israel se pueden cumplir y “tomar” dichas mitzvot. Esa es la virtud de la Tierra de Israel, por cuanto en ningún otro país encontramos que exista una mitzvá relacionada con la propia tierra del país. Moshé Rabenu quiso que los espías se reforzaran en ese aspecto, y se elevaran y tomaran con sus manos las mitzvot que dependen de la Tierra de Israel.