PARASHAT HA´SHAVÚA: » TOLDOT»

Parashá: תּוֹלְדֹת, Toldot, Generaciones.  Genesis 25:19–28:9. Haftará:  Malaquías  1:1–2:7Darashán: Morenu Verabenu, Ribí David Jananiá Pinto, shlita


“Estos son los descendientes
de Itzjak, hijo de Abraham;
Abraham engendró a Itzjak”
(Bereshit 25, 19)

La redacción del versículo llama la atención:  por ejemplo comienza con “Estos son los descendientes de Itzjak” y en lugar de nombrar a Iaacob y Esav expresa “Abraham engendró a Itzjak”. Además, dado que Itzjak y Rivká eran estériles ¿A qué generaciones se refiere la Torá?. Lo lógico hubiese sido que primero la pareja fuera bendecida con descendencia y luego se refiera a las generaciones de Itzjak.

Con la ayuda de HaShem he pensado una respuesta para explicar el sentido de las palabras del mencionado versículo. Sabemos que el único y real sentido de nuestra existencia es alcanzar la fe absoluta, sabiendo y sintiendo con total seguridad que todo lo que HaShem hace es para nuestro bien (Berajot 60:), y que está prohibido solo pensar en forma negativa sobre la conducta del Eterno. Además hay un segundo punto más importante aún que el anterior, y es que todos debemos anhelar y decir ¿Cuándo mis acciones llegaran a ser como las de mis padres?. Incluso los Justos deben pensar de este modo, y tener presente en forma constante que el camino para llegar a la cima de la plenitud es muy largo, y para lograrlo debemos transitar por los difíciles caminos por los que tuvieron que pasar nuestros patriarcas; Lo precedentemente expuesto, no sólo se refiere para aquellos que sus padres son grandes Tzadikim, sino que lo es para cualquier Iehudí, ya que nuestros “padres reales” son nuestros antepasados, Abraham, Itzjak y Iaacob, llegar a su nivel debe ser nuestra aspiración.

Analicemos ahora ¿De dónde tuvo Itzjak la fuerza para poder entregar su vida cuando Abraham oyó la orden de HaShem de sacrificarlo, como la Torá lo certifica al decir (Bereshit 22, 6) “Y Ambos fueron juntos”?. No hay dudas que esa fortaleza se la dio su padre Abraham, el misericordioso, él inculcó en el corazón de Itzjak el amor incondicional a HaShem, sin el más mínimo interés personal a la espera de alguna recompensa. Tan buena formación logró darle Abraham a su hijo que el corazón de Itzjak había quedado forjado por dentro y por fuera, pero además de las cualidad de la generosidad misericordiosa recibida de su padre, Itzjak siguió creciendo hasta lograr por sí mismo conseguir la cualidad de la fortaleza.

Ahora podemos comprender por qué cuando dice “Estos son los descendientes de Itzjak” nombra a Abraham en lugar de referirse a los hijos biológicos. Todos sabemos que el principal objetivo del matrimonio es la procreación y poder servir al Creador, no debiendo permitir que el mal instinto tenga espacio para dominarnos; en esta oportunidad la Torá dice “Abraham engendró a Itzjak” y luego continua contando que Itzjak y Rivká no podían concebir; pero Itzjak a pesar de haber visto con su santidad que por naturaleza tanto él como a Rivká eran incapaces de concebir hijos y que su anhelo era cumplir la Mitzvá de procrear, igual actuó con la misma fe y entereza que cuando fue ofrendado en el altar, con una única consigna –“Todo lo que hace HaShem es para bien”, nunca hubo en sus labios reclamos o palabras de desconformidad.

“Estos son los descendientes de Itzjak”, esto es lo que siempre aspiró –“Alcanzar el nivel de Abraham su padre”, saber aceptar con amor y estar dispuesto a servir a HaShem sin quejas ni condicionamientos, y si la voluntad de HaShem era que no tuviese hijos a pesar de haber sido la gran promesa que había recibido, que de él saldría el Pueblo de Israel, igual estaba dispuesto a casarse con Rivká. Esta prueba fue más difícil que la del sacrificio personal sobre el altar, ya que entonces cuando supo a qué lo llevaba su padre, aceptó con entrega cumplir la voluntad de HaShem. En cambio aquí de acuerdo a como se desarrollaron los hechos (Abraham envía a Eliezer a buscar una muchacha. La encuentra justamente a Rivká, luego cuando llega a la casa de Abraham reaparecen los milagros que sucedían con Sará) todo indicaba queiba en camino a cumplirse la gran promesa de comenzar la descendencia. Pero toda esa ilusión y el fervoroso deseo se desvanecieron al comprobar que ambos eran estériles. ¿Acaso hay prueba más difícil y dura que esta?. Sin embargo nada provocó que Itzjak tenga reclamo o queja alguna, una vez
más Itzjak tuvo la fortaleza del Tzadik, la misma que su padre le legó, comprendiéndose entonces, a la perfección el sentido del versículo “Estos son los descendientes de Itzjak, hijo de Abraham; Abraham engendró a Itzjak.