PARASHAT HA´SHAVÚA: «VA´ETJANÁN»

Shabat Najamú…Parashá: Va´Etjanán, Supliqué, וָאֶתְחַנַּן‎ Deuteronomio  3:23–7:11 . Haftará:  Isaías  40:1–26, Darshán: Morenu Verabenu, Ribí David Jananiá Pinto, shlita.


“No añadiréis a la palabra que
yo os mando ni disminuiréis de
ella” (Devarim 4:2).

Rashí esclareció este versículo con ejemplos: “‘No añadiréis’, como no poner cinco parashiot en los tefilín, cinco especies en el lulav, cinco flecos en el tzitzit; y, asÍ mismo, no disminuir”. Acerca de esta explicación de Rashí, el Gaón, Rabenu Yehonatán Eibshitz, zatzukal, en su libro Tiféret Yehonatán, propuso una objeción: ciertamente, podemos comprender el mandamiento de la Torá “no añadiréis a la palabra que yo os mando”, respecto de que no se debe agregar a lo que Moshé ordenó en Nombre de Torá. De esta forma, la Torá le advierte al hombre que no debe equivocarse, y pensar que con el hecho de agregar al mandamiento, va a incrementar los mandamientos deToráTorá y, por ende, va a ser un hombre más importante y más Tzadik. Por eso, la Torá dijo claramente que no se debe añadir.

Pero, por otro lado, ¿qué necesidad vio la Torá de ordenarle al hombre que no disminuyera de los mandamientos?, ¡si es de lo más lógico pensar que está prohibido disminuir nada de lo que ordenó la Torá! Si una persona disminuyera de lo que ordenó la Torá, no estaría cumpliendo el mandamiento como debe ser. Por ejemplo, si un hombre tomara un lulav con hadás y aravá, pero no tomara el etrog, no habrá cumplido la mitzvá en absoluto. Al disminuir tan solo una pequeña porción de la mitzvá, se anula la mitzvá por completo. Siendo así, ¿por qué la Torá vio la necesidad de advertirle al hombre que no debe disminuir nada de las mitzvot?, ¡si eso es algo simple y obvio, y lógico para toda persona!

A mi humilde parecer, se puede esclarecer que, así como Moshé Rabenu les dijo a los Hijos de Israel en Nombre de Hakadosh Baruj Hu que no debían disminuir de la mitzvá, él, sin duda alguna, no tuvo intención de referirse a que no redujeran nada de la mitzvá que se les había ordenado, reduciéndole algún elemento, porque, como hemos dicho, no es necesario advertirle algo tan lógico a la persona. Una mitzvá que carece de alguna parte no vale nada.

La intención de Moshé Rabenu fue que, ciertamente, no se les debe restar la intención debida a las mitzvot. Porque, por ejemplo, es posible que un hombre se coloque los tefilín de la mano y los de la cabeza, y éstos tengan sus cuatro parashiot correspondientes, pero el hombre podría carecer de las intenciones debidas, y hasta dejar de estar consciente de que tiene los tefilín puestos. Cuando, por ejemplo, el hombre cumple de forma íntegra la mitzvá de colocar la mezuzá, recibe de ella una gran protección. De no haber una mezuzá en la puerta de la casa del hombre, éste no contará con la protección contra los dañadores. Solo el hombre que cumple la mitzvá en su completitud, con las intenciones debidas, tiene el mérito de disfrutar de una protección extra, y de ser salvado de todo daño durante toda la vida.

Ciertamente, baruj Hashem, tenemos mezuzot de las más hermosas en cada una de las puertas de nuestros recintos, lo cual representa solamente la acción práctica de la mitzvá, que realizamos de hecho. Pero, aparte de esto, ¿acaso somos cuidadosos del respeto y honor que se le deben a la mezuzá misma? ¡En la mezuzá, está escrito el Nombre de Hashem! ¿Acaso somos cuidadosos de tener todas las intenciones apropiadas en cuanto al respeto debido a la mezuzá? Esto es algo que tenemos que internalizar muy bien en nuestra mente y sobre lo cual, meditar.

Eso es lo que viene a decir el versículo, respecto de que no se debe agregar a lo ordenado, ni se debe disminuir. La intención en este caso no es la de no restar algo de la mitzvá misma, porque, de hacerlo, se estaría anulando la mitzvá por completo. Más bien, la orden es la de no reducir el respeto y el honor de la mitzvá en su completitud. Esto se puede comparar a un hombre que recibió, como obsequio del rey, un vehículo de lo más lujoso, que vale toda una fortuna. ¿Acaso el hombre se atrevería entrar a dicho vehículo vestido indecentemente e ir a presentarse así ante el rey? Si lo hiciera, no solo que estaría reduciendo del respeto debido al vehículo esplendoroso que recibió, sino que también estaría ofendiendo al rey que le regaló un objeto tan valioso, pues no se estaría conduciendo con el honor y respeto debidos.

Así mismo ocurre con nosotros. Si restamos de la completitud de la mitzvá y del honor correspondiente, no solo que estaríamos disminuyendo del valor de la mitzvá misma y del honor que ésta se merece, sino que también estaríamos —jas Veshalom— ofendiendo el honor del Rey que nos dio aquella preciada mitzvá, el Rey que es el Rey de todos los reyes, Hakadosh Baruj Hu. Por lo tanto, es totalmente lógico que el castigo que nos correspondería fuera muy grande —Rajmaná litzlán—. Eso es lo que Moshé Rabenu ordenó al decir que no se disminuyera de las mitzvot que Hashem había ordenado.