PARASHAT HA´SHAVÚA: «VA´YAKEL»

Parashá: «Va´yakel» , Convocó, Exodo  35:1–38:20. Haftará sefardit :Reyes I,  7:40–50.  Darshán:  Morenu veRabenu HaGaón HaTzadik Rabí David Janania Pinto shlita


“Tomad de vosotros una donación
para Hashem. Todo generoso de
corazón deberá traer la donación
de Hashem.” (Shemot 35:5)

Hace ya mucho tiempo que no podía encontrar respuesta a la siguiente pregunta: ¿por qué el versículo dice “tomad” y no dice “dad”? ¡Si se está pidiendo de ellos que donen para el Mishcán! Como es sabido, el Mishcán viene a expiar por el pecado del becerro de oro, el cual fue una transgresión muy grave. Todo sufrimiento por el que Israel atraviesa hoy en día tiene en sí un poco del sufrimiento que Israel debe experimentar como castigo por el pecado del becerro de oro. Hasta la fecha, estamos sufriendo por ello.

¿Por qué? Porque hasta la fecha, todavía no entendemos cómo los Hijos de Israel fueron capaces de llevar a cabo tan grave pecado. ¿Cómo fue que la generación que “conoció” a Hashem, quienes vivenciaron los milagros en Egipto y en el Mar Rojo, intercambiaran a Hashem por la figura de un toro que come hierba? Ciertamente, se despertó en Hashem Yitbaraj un enojo por el que Él quería exterminar a todo el pueblo, precisamente, debido a que habían mostrado una entrega y fidelidad total a Hashem Yitbaraj, diciendo: “Haremos y escucharemos”. Pero con la construcción del becerro de oro, habían decepcionado de forma grave e inmediata a Hakadosh Baruj Hu, de tal forma que el único remedio debía ser —jas veshalom— el exterminio.

Cuando los Hijos de Israel antepusieron el “hacer” al “escuchar”, de un gigantesco salto alcanzaron un nivel sobrehumano, un nivel que está por encima de la naturaleza. Igualmente, cuando pecaron con el becerro de oro, cayeron de aquel nivel con una velocidad vertiginosa. La caída fue tremenda y despertó en ellos la ira Divina. Si su elevación hubiera sido en etapas, de un nivel fácil de lograr al siguiente, entonces habrían estado mejor protegidos. En el momento en que fue entregada la Torá, Israel había llegado al nivel más elevado; llegaron a la perfección de La Creación; fueron considerados como Adam Harishón antes de haber pecado. Así Hakadosh Baruj Hu creó al hombre, en la parashá de Bereshit (1:27):

“Y creó Dios al hombre, en Su imagen; a
imagen de Dios”

y más adelante, está escrito (2:7):

“E insufló en sus fosas nasales el hálito de vida”.

Dijeron nuestros Sabios, de bendita memoria: “¿A qué se refiere que ‘insufló’? Se refiere a que le dio de Sí Mismo, es decir, Hakadosh Baruj Hu insufló en Adam Sus Nombres Sagrados. Si analizamos lo que dice el sagrado Mekubal, Ribí Abraham Azulay, ziaa, autor de Jésed Leabraham, nos sorprenderemos al descubrir cuán grande e importante es el hombre. El Rav, zatzal, explica que en el hombre están incluidos todos los mundos de La Creación (Atzilut, Beriá, Yetzirá y Asiá), y también los canales de toda la abundancia. En el instante en que el hombre peca, él trae al mundo una destrucción tan grande y devastadora que no se puede describir.

Los Hijos de Israel, cuando pecaron con el becerro de oro, perdieron todo lo que los ángeles les habían obsequiado: las dos coronas que tenían sobre la cabeza y la percepción de ver los sonidos que habían experimentado en el Monte Sinai, como dice el versículo (Shemot 20:15): “y vieron los sonidos”. No solo eso, sino que todos los Nombres sagrados de Hakadosh Baruj Hu contenidos en ellos abandonaron sus seres, ylos Hijos de Israel quedaron completamente desprovistos de ellos. Para corregir el pecado, Hakadosh Baruj Hu les dijo: “Tomad de vosotros una donación para Hashem: oro y plata y cobre […] y todo sabio de corazón entre vosotros que venga y haga todo lo que ordenó Hashem: el Mishcán, su tienda y su cobertura […] y el tejélet y el argamán”. Todo lo que era necesario para la confección del Mishcán y sus enseres y las vestimentas, todo debían traérselo a Betzalel.

La Guemará (Tratado de Berajot 55a) dice que Betzalel sabía cómo unir las letras que Hakadosh Baruj Hu había utilizado para crear los cielos y la tierra. Betzalel sabía poner la intención adecuada en los Nombres correctos e incrustar —por así decir— los Nombres de Hakadosh Baruj Hu en todos los artículos utilizados en la construcción del Mishcán, sus enseres y las vestimentas sagradas. Cuando el Mishcán estuviera construido y Hakadosh Baruj Hu posara Su Shejiná en él, los Hijos de Israel iban a ser influenciados por medio del Mishcán, los enseres y las vestimentas del Cohén Gadol, y ello permitiría que regresaran los Nombres sagrados que habían partido de ellos como consecuencia del pecado del becerro de oro.

De esto me valí para explicar por qué Hakadosh Baruj Hu les dijo a los Hijos de Israel: “Tomad de vosotros”; quiso decir, ‘tomad del núcleo de vuestras mismas personas, o sea, vuestro dinero’. El dinero es importante para la persona como su propio cuerpo; cuando ella da una donación para Hashem, es como si estuviera dando una parte de sí mima a Hakadosh Baruj Hu. Que sea Su voluntad que nos reforcemos en el servicio a Hashem, baruj Hu, con diligencia y entusiasmo por lo sagrado. Amén.