PARASHAT HA´SHAVÚA.» VA´YERÁ»

Parashá: וַיֵּרָא‎, Va´Yerá, Apareció.  Genesis 18:1–22:24. Haftará sfaradit :  Reyes II, 4:1–23.  Darshán: , Morenu Verabenu, Ribí David Jananiá Pinto, shlita


El Midrash nos cuenta que Abraham Abinu antes de circuncidarse consultó a tres amigos de confianza: Äner, Eshkol y Mamré. Los primeros dos le recomendaron no hacerlo, en cambio Mamré le aconsejó seguir sin temor el pedido de HaShem; como recompensa de su acción tuvo el mérito que HaShem manifieste su presencia justamente en las tierras de Mamré, como dice el primer versículo de esta Parasha

“El Eterno se le reveló (a Abraham) en las planicies de Mamré” (Ber. 18, 1).

El citado Midrash nos despierta varias preguntas: Nuestro patriarca fue probado en diez oportunidades ¿Qué tenía de especial la Milá (circuncisión) que ameritara la consulta? Y más aún llama la atención cómo Äner y Eshkol, dos personas consideradas Tzadikim, llamados por la Torá “Miembros del pacto de Abraham”, justamente ellos, le recomiendan hacer caso omiso al mandato de HaShem.

La respuesta a es la siguiente: Sabemos que cada persona es y debe sentirse responsable por los demás, especialmente por los más cercanos a él, como la familia, los amigos etc. Esa responsabilidad incluye alentarlos, dar buenos consejos y ayudar de manera constante a cargar el pesado yugo de la vida; Cumpliendo lo que dice el versículo en Ishaia (41, 6)

“Cada hombre ayudará a
su compañero, y a su hermano alentará”.

Ayudar a los demás es ganar fuerza para uno, especialmente en lo espiritual, ya que las palabras de estímulo ayudan a quien las recibe pero comprometen a quien las da, cumpliendo así la Mitzvá de

“Amaras al prójimo como a ti mismo”
(Vaikrá 19, 18).

Nos sucede en nuestra vida cotidiana, por lo que cuando veamos a alguien indeciso o con dudas para realizar alguna Mitzvá es nuestro deber y compromiso estimularlo y ayudarlo para que pueda encontrar la salida hacia el camino correcto; por ejemplo casi en forma constante se nos presenta la situación de personas que sienten o creen que para conseguir su sustento deben trabajar en Shabat, D”s libre, y nos consultan qué deben hacer, no podemos responder con evasivas tratando de quedar liberados ante la posibilidad de aparecer como “responsables” de la suerte que correrá su sustento, o los problemas y dificultades que conllevan su falta; Por el contrario nuestra actitud debe ser decididamente clara y firme, explicando la verdad sin morigerarla, aclarándole que HaShem nos ordena respetar el Shabat; oír y cumplir su mandato con fe es la mejor garantía que Él estará a nuestro lado cuidándonos y protegiéndonos paraque podamos tener todo lo que sea “necesario” para nuestro beneficio.

Quien da el consejo debe transmitir esa seguridad asumiendo la responsabilidad que todo estará muy bien, ya que ¿Cómo puede uno alentar la fe de otro si la propia es débil?. Personalmente me toca vivirlo cada día, muchas personas me consultan cuestiones comerciales, financieras o personales; cosas espirituales y materiales. Pienso –“¿Por qué preguntan?. Seguramente que ellos entienden más y mejor que yo sobre esos temas”. Lo que sucede es que no se sienten seguros, temen dar un mal paso, saben que es imposible definir con criterio cuando se es juez y parte, lo dice la Mishná (Taharot 2, 5): “Quien sufre lepra no puede autoevaluar las manchas, debe ser otro quien dictamine su estado”, nadie ve sus propias manchas. Por eso escucho las preguntas y trato de ayudarlos, asumiendo sobre mis hombros la responsabilidad del consejo.

Y el deber de asumir la “responsabilidad” lo aprendemos de Abraham Abinu y sus amigos. Cuando HaShem le indicó circuncidarse Abraham estaba absolutamente seguro y convencido que debía hacerlo, pero les quiso enseñar a sus compañeros como se debe responder cuando nos preguntan sobre cuestiones espirituales aunque conlleven riesgos y peligros como lo era la circuncisión;un camarada siempre debe asumir responsabilidad transmitiendo seguridad que si HaShem nos pide algo seguro que es para nuestro bien. Precisamente ésta fue la diferencia entre Mamré con Äner y Eshkol, ellos sabían que lo que HaShem le pedía a Abraham, además de ser era una prueba difícil, tenía un gran riesgo, por ello es que no querían comprometerse, en cambio Mamré estaba tranquilo y seguro con fe absoluta que si HaShem lo había indicado era para su bien.

Esta es la lección que debemos aprender, estar comprometidos en la ayuda y el buen consejo para el cumplimiento de la Torá y los Mitzvot asumiendo la responsabilidad de cualquier situación o resultado; y si cuidar Shabat es una dura prueba, ya que a la vista de la gente puede generar pedida, es simplemente un error conceptual, ya que todo lo que recibimos es por la voluntad de HaShem, no hay dudas que lo que tiene para dar lo hará durante el resto de los seis días de la semana. ¡Todos podemos superar la prueba!. Ya lo dijo el “Jidushe Harim”: Nunca HaShem pone a alguien frente a un obstáculo que no pueda superar.