PARASHAT YITRÓ

Parashá: Yitró , יִתְרוֹ‎, Jetró,  Exodo 18:1–20:23. Haftará: Isaías  6:1–7:6 and 9:5–6 .Darshán: Morenu veRabenu HaGaón HaTzadik Rabí David Janania Pinto shlita


 

“Oyó Yitró, sacerdote de Midián, suegro de
Moshé, todas las cosas que Dios había hecho para
Moshé y para Israel, Su pueblo, y cómo Hashem
había sacado a Israel de Egipto” (Shemot 18:1).

¿Qué fue lo que oyó Yitró que hizo que viniera donde los Hijos de Israel? Rashí explica que oyó acerca de la partición del Mar Rojo y la guerra de Amalek contra Israel. La anécdota del comportamiento de Yitró es un preámbulo a la entrega de la Torá. La Torá cuenta la llegada de Yitró, y relata después la entrega de la Torá.La yuxtaposición de estos dos temas nos enseña que,si Yitró —que era un no judío— oyó y concluyó, a partir de aquellos milagros de la partición del Mar Rojo yde la guerra de Amalek, que debía ir a recibir la Torá,entonces, con más razón, los Hijos de Israel debemosreflexionar y pensar acerca de los milagros que Hakadosh Baruj Hu hace para nosotros, y aceptar la Torávoluntariamente.

Ribí Israel de Salant, ziaa, dice que, en el transcurso de los 50 días desde la salida de Egipto, cada día, los
Hijos de Israel rectificaban un portón de los 49 portones de impureza que habían atravesado durante sus años de esclavitud en Egipto; en el día 50, ya los habían rectificados todos y se encontraban aptos para recibir la Torá. Pero, aparentemente, cuando ellos aflojaron un poco la Torá por unos días —lo que provocó el ataque de Amalek—, hubo obligatoriamente varios días en los que los Hijos de Israel no realizaron la rectificación debida; entonces, ¿cómo pudieron haber recibido la Torá de todas formas?

Lo dicho anteriormente se puede explicar de la siguiente manera. Sin duda, los Hijos de Israel no estuvieron ociosos de la Torá por completo. Se puede decir que ellos en verdad sí estudiaron, solo que lo hicieron en medio de una sensación de saciedad, y no de una gran ansia por estudiarla. A esto nos referimos cuando decimos que “aflojaron”, por cuanto deberían haberse esforzado al máximo en el estudio de la Torá. Siendo así, efectivamente, cada día, rectificaron el asunto que le correspondía a aquel día, solo que debieron haberse esforzado más. Esto se puede comparar a un hombre a quien el rey introduce en su depósito del tesoro y le dice: “Toma de aquí todo lo que puedas”. Sin duda alguna, ese hombre no va a trabajar de forma desganada. Más bien, se va a esforzar en procurar agarrar todo lo que pueda. Así es como los Hijos de Israel tendrían que haber hecho, esforzarse al máximo en el estudio de la Torá. Pero no lo hicieron, razón por la que les sobrevino el ataque de Amalek. Y es obvio que, después de haber vivido aquella guerra de Amalek, se dedicaron a la Torá y a rectificar las cualidades para completar aquello queno habían alcanzado completar en los días en los queestuvieron flojos en cuanto al estudio de la Torá.

En el mes de tevet de 5765 (enero 2005), sucedió en el continente asiático una terrible tragedia en la que
murieron más de trescientas mil personas. Gigantescas olas provenientes de ultramar (llamadas tsunami, por las personas locales), producto de un terremoto submarino, cubrieron la tierra firme y arrasaron todo a su paso. Las personas no percibieron la llegada de aquellas olas gigantes, razón por la que no hubo tiempo de alertar. Y escuché que, en Sri Lanka, varios minutos antes de que sucediera la tragedia, más de cien elefantes alcanzaron a huir, mientras que los seres humanos no supieron en absoluto que se avecinaba una catástrofe de tal magnitud. Al meditar sobre este hecho, se puede responder que los animales son mejores que el hombre por cuanto tienen un sentido para percibir y saber cuándo darse a la fuga, mientras que el hombre carece de ese sentido.

Pensé esclarecer este asunto de la siguiente forma. Nuestros Sabios, de bendita memoria, dicen (Tratado
de berajot 6b) que si el hombre anda por el sendero de Hashem, entonces, se puede decir que el mundo entero fue creado para él; pero si el hombre no anda por el sendero de Hashem, entonces, incluso un mosquito lo precede, por así decirlo, y es más importante que él. La explicación es que los animales no tienen Torá ni nada que los proteja o salve. Por lo tanto, los animales recibieron un sentido natural especial que les permite salvarse de un daño natural. Pero el hombre tiene lam Torá; todo judío que estudia Torá tiene una chispa de Moshé Rabenu, y toda la razón por la que llegan decretos duros al mundo —jas Veshalom— es porque no hay Torá. Por eso, el hombre no tiene necesidad del sentido especial de los animales para salvarse de algún daño natural, ya que el hombre tiene la Torá, que lo protege y lo salva. Si no nos dedicamos al estudio de la Torá, entonces, sobrevienen las tragedias al mundo —jasVeshalom—; pero los animales no tienen por qué serdañados por ello, de modo que tienen un sentido queles permite percibir que se aproxima el daño y darse ala fuga para protegerse.

Ahora se puede comprender la virtud de Yitró. Como hemos dicho, todo el mundo había oído acerca de los milagros que les habían sucedido a los Hijos de Israel, pero solo Yitró vino. ¡Y él había sido sacerdote de Midián, y había practicado toda idolatría que existiera en el mundo! Siendo así, ¿por qué vino? Porque Yitró oyó, y comenzó a pensar y creer. De inmediato, vino donde el Pueblo de Israel para aprender Torá, porque sabía que si no estudiaba la Torá de inmediato, también su fe iba a aflojarse y no le iba a quedar nada en las manos de todo lo que había visto y oído. Por eso, vino de inmediato. Y, además, había visto que cuando el Pueblo de Israel había aflojado en su estudio de Torá, de inmediato, les había sobrevenido la guerra de Amalek. Por eso, él se movió y vino donde estaba Israel, y quiso aprender Torá para no aflojar su fe.