PERICO EL DE LOS PALOTES ERA MUJER Y DEFENDÍA A LOS JUDÍOS

Reseña biográfica sobre una de las plumas más interesantes y olvidadas de la prensa y la novelística  española,  Carmen de Burgos (que era de Almería) , firme defensora del sefardismo en una época donde eso no era habitual.


Nacia enn el último tercio del S XIX, en Almería, fue la primera de diez hermanos, prole  del vicecónsul de Portugal en España,  José  de Burgos y Nicasia Seguí y Nieto. Apellidos conversos todos. Carmen, que siempre fue muy adelantada a su tiempo, se casó a a los 16 años con un hombre que le llevaba doce, propietario de la imprenta donde salía el principal periódico de la capital. Ella se sacó el título de maestra de primaria, luego de secundaria, pues tras la muerte prematura de sus tres primeros retoños y la madurez de la fruta infiel  del marido, se buscó una vida sola en Madrid.

Empezó a escribir notas femeninas en un periódico; luego,  comenzó a usar su pseudónimo más conocido: Colombine. Después, en El Heraldo, y firmando ya como Perico el de los Palotes,   habló de modas, modales y modernidad (estudió el mundo de la mujer en Mónaco y en Francia).  Abogaba por el sufragio femenino y el divorcio en una tertulia creada por ella misma,  donde conoció a D Ramón Gómez de la Serna, veinte años menor que ella, con quien iniciará una relación amorosa en concubinato y dicen que con alguna paliza de por medio. De la tertulia, muy exitosa, salía una revista, Crítica,  donde colaboraron  nombres enormes, como el nobel de literatura Juan Ramón Jiménez, o el más judío de la Generación del ´27 -tío de Rita Hayworth- Rafael Cansinos Assens (entonces involucrado en la creación de la comunidad judía de Madrid junto a Max Nordau y otros) Rafael, lo sabía todo el mundo, había estado enamorado de Carmen.

Con la proclamación de la Segunda República, en 1931, la nueva Constitución reconoció el matrimonio civil, el divorcio y el voto femenino, colmando así las aspiraciones de Carmen de Burgos. Se afilió al Partido Republicano Radical Socialista y fue nombrada «presidente» de la Cruzada de Mujeres Españolas y de la Liga Internacional de Mujeres Ibéricas e Iberoamericanas. Fue también elegida ‘vicepresidente primero’ de la Izquierda Republicana Anticlerical, y en noviembre de 1931 ingresó en la masonería  para fundar  la logia Amor,  de la que era Gran Maestre.

En aquella tertulia de los miércoles, Los miércoles de Colombine, se empezó a interesar por el judaísmo, la derogación del edicto de expulsión y la cultura sefardita. Así que se dirigió a Rafael, que traducía textos del Talmud, para que invitara a judíos a la tertulia. Y así fue como llegó José Farache,  presidente de la Casa Universal de los Sefardíes en Madrid, gibraltareño afincado en Madrid ( y pariente de Simita Benatar, sefardí de Londres, descendiente de unos rabinos de Toledo).Cansinos Assens conocío a Farache vía Angel Pulido, nombre emblemático de las campañas sefardíes en la primera mitad del S XX en España, dispuesto a traerse a España a toda la Salónica que tras la Primera Guerra Mundial y el incendio de 1917 acabó sucumbiendo en Auschwitz-

Cansinos Assens tenía a su cargo una sección judía de la revista «Crítica», como  dice Berns Rother en un capítulo de «Los judíos en la España Contemporánea», que Carmen Colombine de los Palotes promovía con profusión, que apoyaba sin problema la Alianza Hispano-Israelita; esta asociación fue fundada por ella misma el cinco de marzo de 1909.  Y para su sustento buscaba el apoyo de muchos políticos. Y no sólo entre políticos, sino también el escritor valenciano Blasco Ibañez y el canario Pérez Galdós, que algún sefardí colocó entre sus páginas,  o el poeta Salvador Rueda ,que hizo la inauguración poética de la revista.

Ella misma, como directora de la revista, que tenía eco incluso en Estambúl, escribe:

Dirigí «Revista Crítica», fundada por mí, y que fue la primera en tener una sección dedicada a los judíos. En sus columnas escribieron con amor aquellos descendientes de los infelices que sufrieron la bárbara persecución que les arrojó de España en pasados siglos. Conmueve el amor que guardan a la ingrata tierra española, ver cómo conservan nuestro viejo romance y nos contestan con voces hermanas.

Crítica sólo duró dos años, pero de algún modo la empresa continuaba en una nueva revista, sufragada por Ignacio Bauer, «Revista de la Raza», que se cerró en el ´35.  Colombine  se fue  el 9 de octubre de 1932 vitoreando a la República.

Los datos los cuenta Pedro de Tena