Nota sobre el rabino bautizado que escribío «Diálogo contra los judíos»
Rabino de la aljama de Huesca, donde nació en 1062 con el nombre de Moshé Sefardi, el 29 de junio de 1106 fue bautizado por el obispo oscense, adoptando el nombre del santo del día -Pedro- y el de su protector y padrino, Alfonso I El Batallador. (En la Enciclopedia Judía hay un error y dicen que fue Alfonso VI de Castilla) Así que pasó a llamarse Petrus Alphonsi.
Como todo rabino del S XII, no sólo estaba versado en Torá y Talmud, sino también en matemáticas, astronomía y gramática, además de farmacopea y medicina. De hecho, su relación con Alfonso I parte de que era su médico personal. Luego lo sería también de Enrique I de Inglaterra, donde Inglaterra, donde enseñó artes liberales y astronomía y adiestró a Walcher, prior del cenobio de Malvern, en el uso de las tablas astronómicas de los árabes.
Todo eso lo contó él mismo en el prólogo a una de sus obras más conocidas: Dialogus contra iudaeos (Diálogo contra los judíos), que en relidad lleva el larguísimo título de «Diálogos en los cuales se refutan las opiniones impías de los judíos con evidentísimos argumentos de filosofía, tanto natural como divina, y se explican los más difíciles textos de los Profetas». La intención no queda disimulada, obviamente. Pero en realidad es una obra escrita para explicar a los judíos de Huesca, escandalizados por su conversión, por qué ha tomado la decisión de abjurar del judaísmo. Y aunque pudiera parecer lo contrario, el tono de la obra es conciliador, sin agresividad alguna, porque se tratan de argumentos intelectuales de índole estrictamente personal. Pero los judíos de Huesca no podían entender que después de tanto estudio de las ciencias judaicas concluyera en que la fe verdadera fuera la cristiana.
Petrus Alphonsi no sólo era conocido en el reino de Aragón, sino que su nombre y obra eran muy conocidos en el resto del continente europeo, pero no por la obra anteriormente mencionada sino por un famoso libro titulado Disciplina clericalis, del que se sirvieron de alguna u otra forma autores de la talla de Bocaccio, el infante D. Juan Manuel, Dante, Lope de Vega y hasta Cervantes, pues en los apólogos que escribió se introdujo el subgénero literario de la cuentística oriental.
Desde el punto de vista científico, fue quien enseñó a usar el astrolabio y el cuadrante a los ingleses y franceses, tradujo las Tablas de Al Juarismi, y en general fue un gran contribuyente de la difusión de las ciencias de los árabes en Occidente.
En la Universidad de Cambridge, Inglaterra, hay un manuscrito del siglo XV con el título: «La conversión de Peter Alfonso una vez los judíos y su libro en los judíos y saracenos», que se menciona en Steinschneider «Polemische und Appectische», 1877