Historia del rol de los judíos argelinos en el inicio de la conquista francesa.
14 de junio de 1830: Carlos X, último rey de Francia y Navarra, invade la Regencia de Argel (estado vasallo del Imperio Otomano desde que Barbarroja fundara en Argel, el cuartel general de la piratería berberisca contra los cristianos). No era la primera vez que una potencia occidental intentaba erradicar este gran problema de las economías mediterráneas: Portugal lo intentó en 1501 con la toma de la Playa de los Andaluces, en Orán. En 1505 y en 1510 lo hizo España, pero en 1517 fueron masacrados por Barbarroja. En 1541 lo intentó el emperador Carlos I de España y V de Alemania. España lo intentó muchas veces más, durante el S XVIII: en 1775, 1783, 1784. A principios del S XIX lo intentó una coalición de ingleses y holandeses, pues la Regencia de Argel retomó las prácticas corsarias saqueando los barcos que venían de los Estados Unidos; y también porque era un gran centro de comercio de esclavos.
En tiempos de las Guerras Napoleónicas, el Imperio Francés compró, para sus ejércitos en la Campaña de Egipto, grandes cantidades de trigo. Esta transacción se hizo a crédito a través de dos importantes comerciantes judíos de Argelia, llamados Busnash y Yaakov Bacri. Ambos comerciantes eran descendientes de los sefardíes asentados en el puerto franco de Livorno y que en el S XVII , aunque no en gran número pero sí con gran influencia, habían emigrado al Magreb -los llamados «Grana».
En 1723, los hermanos Naftalí y Abraham Busnash se radicaron en Argelia; el hijo de Abraham, también llamado Naftalí (es decir, el nombre del abuelo) es quien verdaderamente impulsa el negocio familiar: es dueño de una gran fortuna y un gran poder por haber ayudado en momentos difíciles a Mustafá ben Ousnadji, que siempre le agradecerá su ayuda cuando se tuvo que esconder para salvar la vida. Este señor luego será tesorero de las finanzas de Argelia e incluso bey de Constantine. Es así como se asocia con los Bacri en 1797. Esta familia, también de Livorno, llegó a Argelia un poco más tarde que los Busnash, en 1770, cuando Mijael Cohen Bacri decide ampliar horizontes comerciales en la costa del norte de África. La asociación entre las dos familias queda sellada no sólo de forma comercial sino que David ben Yosef Bacri se casa con la hermana de Busnash, que para entonces -3 de febrero de 1800- ya es el presidente de la comunidad judía.
Los negocios les fueron viento en popa desde el primer momento. La compañía de importación posee una flota de 170 barcos. En Europa operan a través del puerto de Livorno, desde donde llegan al de Marsella. Pero también mercadeaban entre Salónica y Nueva York. El entonces cónsul estadounidense en Argel, O´Brien, dejó escrito que el comercio con EE.UU -cebada, lana, aceite de oliva y pieles- ascendía al año a la enorme cifra de dos millones y medio de dólares. También tenían detractores, como el cónsul francés Jeanbon Sain André, que se asombraba de que fueran precisamente los judíos argelinos quienes monopolizaran ahora el comercio marítimo en toda la Cuenca del Mediterráneo. El cónsul español llamaba a Bacri «El virrey de Argelia»
El Imperio (napoleónico) de Francia tenía con estos judíos una deuda de millones de francos. Pero a su vez, los dos judíos tenían una deuda con el Dey de Argelia, que les había adelantado a ellos el dinero que prestaron al francés. Busnash, Bacri y otro judío llamado Shimon Abucaya fueron detenidos en París en 1800, cuando fueron a cobrar la deuda, pues así ellos podían pagar la suya propia con el gobernador argelino.
Después de estar presos durante muchos meses, hubo conversaciones diplomáticas, los judíos fueron liberados y Francia se comprometió a pagar 3.7 millones de los 8 que debía. Pero Francia no cumplió lo estipulado en el tratado. De hecho, en 1826 todavía no habían pagado nada. Así que el dey escribió una carta al ministro de asuntos exteriores de Francia para informarle que los intereses habían aumentado la deuda a 14 millones de francos. Francia contestó que pagaría 7 millones en un primer plazo. Pero nunca pagó. El problema se iba haciendo enorme a cada año.
El 30 de abril de 1827, llegaron a Argelia unos cónsules franceses para entrevistarse con Hussein Dey. Cuando éste preguntó al diplomático francés sobre sus intenciones para saldar la deuda, que no tenían intención de saldar, el dey enrojeció de cólera; y sin más dilación, golpeó en la cara al cónsul francés con el mango de un espantamoscas que tenía en su mano. Algunos dicen que fue con un abanico.
Sea como fuere, la delegación francesa se sintió sumamente agraviada y exigió disculpas de inmediato. Como no hubo respuesta, Francia se dedicó a bombardear el puerto de Argel durante tres años. Los otomanos y los egipcios intentaron mediar por la vía diplomática, pero no hubo ningún éxito. El 14 de junio de 1830, Francia invadía Argelia y después de una guerra de 17 años la conquista por completo.
En ese contexto es cuando se produce la masacre de Mascara, en la cual los bereberes atacan a los judíos de esta localidad, provocando una gran matanza. Los que sobreviven, lo hacen por haber huido a Orán, donde agrandan su ya de por sí gran judería, formada por andalusíes de la matanza de 1391 y por mallorquines.
Cuando mucho más tarde Francia conceda a todos los judíos de Argelia la ciudadanía, quizás debiéramos pensar que es que había una deuda por saldar.
Bibliografía:
- The House of Bacri and Busnach: A Chapter from Algeria’s Commercial History,