¿QUIÉN FUE LILY SAFRA?

Lily Safra, de las últimas grandes filántropas del mundo judío, junto  a su marido Edmond Safra.


 Lily Safra, una de las diez mujeres más ricas del mundo, nació en Porto Alegre,  Brasil,  el 30 de diciembre de 1934 como Lyly Watkins. Su padre, ingeniero, y checoslovaco, se trasladó a América cuando comenzó el tendido de ferrocarril en Brasil. Allí se casó con una judía uruguaya, askenazi,  Anita Noudelman de Castro. Fue educada como una niña de la clase media educada a caballo entre Rio y Montevideo.

Se casó con apenas 17 años con un magnate judío de Argentina, Mario Cohen, con quien tuvo tres hijos y del que se divorció en los años ´60. Luego se casó con Alfredo «Freddy» Monteverde, judío rumano que se había refugiado en América cuando la Segunda Guerra Mundial. El se suicidó en 1969, dejándola a ella toda la fortuna. Lyly entonces se mudó a Londres, donde conoció a Edmond Safra, que la asesoraba para gestionar la inmensa fortuna que había heredado. Y se enamoraron. Pero la relación tenía un gran inconveniente: ella no era sefardí y por lo tanto no era deseable para entrar a formar parte en la familia. Los Safra son una dianastía de banqueros con origen en Alepo, que a principios de siglo XX pasaron a Líbano y de allí a Brasil y Suiza.

Entonces conoció a Samuel Bendahan, con el que acabó casándose en Acapulco, pero el matrimonio fue declarado nulo.

En 1976, para sorpresa de muchos, Lily Safra consiguió el beneplácito familiar para casarse con Edmond Safra, fundador del Banco Nacional de Nueva York. La ketubá, que ya no era una ketubá, tenía 600 páginas. Manhattan será muy emblemática para la pareja, pero vivirán también en Mónaco y en Ginebra. En la Riviera FRancesa compraron la espectacular  Villa Leopolda, así llamada por ser construída por Leopoldo II de Bélgica. En este espléndido enclave se dieron grandes fiestas de los años ´80, con peculiaridades como en la que las señoras recibieron una caja de esmeraldas con un retrato de la villa. Los mejores chefs de París, la familia real monagesca en pleno eran asiduos, las flores para la decoración eran traídas exprofeso desde Holanda y la música desde Brasil, con Sergio Mendes.  Aunque para el día a día vivían en un duplex de lujo más cómodo, a 10 kms, en Mónaco.

Villa Leopolda, una de las mansiones más caras del mundo

En ese apartamento de Montecarlo llegó la desgracia en 1999 : Edmond y su asistente particular perecieron en un incendio. Ted Maher, enfermero privado de los Safra -Edmond padecía Parkinson- fue imputado por asesinato y condenado a 10 años de cárcel después de confesar los hechos: Maher había provocado el incendio para salvar heroicamente a su  jefe y así esperar recibir de la familia una buena recompensa económica. Pero se le fue de las manos.

Lily donó una cifra astronómica al Instituto de Neurología Edmond y Lily Safra, de Brasil. Además, su faceta filantrópica se manifestó siendo presidenta de la fundación  Filantrópica Edmond J. Safra, que sostiene proyectos educativos, culturales, sanitarios, religiosos y de asistencia social en 50 países, desde Israel a Estados Unidos pasando por Suiza y Brasil.

Lily Safra fue  presidenta de The Sephardic Education Foundation (ISEF), fundación que promueve la educación secundaria para estudiantes sefardíes de familias sin medios económicos. (16500 becas desde su creación)

Además de participar en el consejo de administración del Museo del Patrimonio Judío de Nueva York y de la Asociación de Artes de Somerset House,  en Londres, Lily Safra participó activamente  en el consejo de administración del Museo de Arte Moderno de Nueva York y del John F. Kennedy Center for the Performing Arts.  Creó la beca Edmond J. Safra Visiting Professorship (para profesores itinerantes) en la National Gallery of Art en Washington. Y también está bien involucrada con el Instituto de Arte Courtauld, en Londres, dando apoyo a curadores y becas para estudiantes ejemplares de historia del arte. También ha becado a numerosos profesores para la capacitación en la docencia del Holocausto.

Además de obras de arte, también fue una conocida coleccionista de joyas. El 14 de mayo de 2012  dio salida a su proyecto ” Joyas por la esperanza”, por el cual subastó 70 piezas exclusivas de su colección de diamantes, rubíes y zafiros; con el dinero recaudado en la subasta -38 millones de dólares-  benefició a 20 instituciones distintas, desde  ong´s en Ruanda a la fundación contra el Sida de su gran amigo Elton John. En Israel el matrimonio construyó el  Hospital Infantil Edmond y Lily Safra en Tel Hashomer, a las afueras de Tel Aviv, que atiende anualmente a miles de niños de toda la región.

 

 Su marido, mientras estivo en vivo, sufragó la construcción de muchas sinagogas por todo el mundo: Madrid, Amsterdam, Istambul, Nápoles, Budapest, Viena, Rodas; en otras ocasiones pagó sus reformas, como en la de Bet El, de París. También en Israel, sobre todo para las tumbas de Simon Bar Yojai, donde él rezaba todos los amaneceres de Shavuot en memoria de su padre, cuya ilulá -aniversario fúnebre- se celebra en Shavuot.

 La pareja, de una ortodoxia judía implacable, tenían muchos proyectos comunes, como el de la construcción de una nueva gran sinagoga sefardí en N.Y. Pero la muerte se puso en medio.   Ella, sin duda en señal de amor por su esposo,  fue quien consumó el proyecto ideado por los dos y  fue quien en su nombre  inauguró The Edmond J. Safra Synagogue.  El templo , construido por dentro y por fuera con piedra de Jerusalén, cambió de nombre y ahora se llama Sinagoga de Beit Edmond.  Este cambio tiene una explicación: su primer rabino,  R. Elie Abadie,  fue despedido. Su contrato, de hecho, había acabado en 2008, pero después de eso, la Fundación Edmond Safra llegó a un acuerdo con él para seguir pagándole unos honorarios cercanos a los 700.000 dólares anuales a condición de un determinado número de horas lectivas en la sinagoga. Pero el rabino se negó a enseñar Torá.  Fundación y  rabino comenzaron en 2015 a negociar su partida. La carta  que hizo pública la Fundación afirma que en los últimos dos años, el rabino rechazó una generosa oferta de compra y  además demandó a la fundación por   20 millones de dólares . También comenta la carta que incluso rechazó una oferta del Gran Rabino de Jerusalén, Shlomo Amar, para que el asunto fuera  resuelto por un beit din ( tribunal religioso) El rabino Abadie, en  respuesta del 30 de diciembre de 2016, se   dirigió por escrito a  “la gran comunidad sefardí de Nueva York”, afirmando que lo estaban presionando para irse. Negó “la acusación de extorsión de la fundación” y  despreció la  “narrativa falsa”  que le presentaba como una persona con  sus propios intereses financieros por encima de las necesidades e intereses de la comunidad. Abadie acusó a la fundación de usar contra él “tácticas intimidatorias” y de querer humillarlo, a él y su familia, públicamente.

Una de las últimas donaciones que hizo fue por un total de 10 millones de dólares para cooperar con la reconstrucción de Notre Dame -suponemos que después de lo de su marido era muy sensible a los incendios.

Falleció el Shabat 9 de julio, en su casa de Ginebra. Bendita sea su memoria.