R. ABRAHAM SABA

Nota sobre un poco conocido rabino castellano del S XV que dejó tras de si una importante obra.


 En la Hª de los grandes nombres del judaísmo hispano-hebreo -incluso en el Dor Ha´Megurashím, la Generación de los Expulsos- hay personajes que nos son más conocidos por sus avatares vitales y biográficos  que por sus legados intelectuales y espirituales, sirviendo lo primero sólo para entender mejor lo segundo. Es el caso de r. Abraham Saba, que ni siquiera sabemos en dónde nació ni a ciencia cierta en qué año eso ocurrió, aunque barajando variables de distinta índole se suele convenir que fue probablemente en 1440 -año arriba, año abajo- pero nada sabemos del lugar, sino que fue en Castilla (que era entonces toda la Península Ibérica menos los reinos de Aragón, Navarra y Portugal)

Sí sabemos que ya de joven estudiaba ni más ni menos que con r Isaac de León, rabino de Ocaña (Toledo) mekubal de las altas esferas a quien r Yosef Caro apodó «El Gran Maestro»  por su comentario -dice Ha´Jidá-  contra una obra del Rambán muy crítica contra el «Sefer Ha´Mitzvot» del Rambám. Isaac de León había sido pupilo de Isaac Campantón, creando así todo una línea de exégetas y kabalistas castellanos que llega hasta  los últimos años del judaísmo hispánico.

Abraham Saba, al llegar a la cincuentena de su edad, fue víctima del Decreto de La Alhambra; como no cabía en su cabeza la idea de la abjuración y el bautismo, fue de los que se refugió -con toda su grey-  en Portugal, concretamente en la localidad de Guimaraes (cerca de Porto) No podía sospechar que en breve vería navegar la misma barca en el mismo río: en 1497, el rey de Portugal, para casarse con la Princesa de Asturias, accede a expulsar a los judíos que no se quieran convertir. Abraham, en este contexto, asiste al secuestro de sus dos hijos, que fueron bautizados (como el resto de niños judíos,  pese a que no era esa su voluntad)  Abraham, puesto que la ley prohibió la posesión de libros hebreos, enterró su obra bajo un olivo a las afueras de Lisboa, pero cuando intentó recuperarlos fue descubierto por las autoridades y   fue confinado y torturado  en unas mazmorras de Lisboa. Fue expulsado de Portugal y con muchos esfuerzos y vueltas consiguió llegar a Fez, donde ya se había empezado a configurar una gran comunidad sefardí: los megurashím.

Pero Fez, después de un decenio de vivir en ella,  se le quedaba pequeña. El sabía que el epicentro del judaísmo de la era rabínica de los rishoním se había desplazado al Imperio Otomano y concretamente a la ciudad de Adrianópolis -hoy llamada Edirne. Allí se dispuso a escribir su obra de nuevo.

El día 9 de tishrey del año 5269 (1508) -esto es, en Erev Yom Kipur- rumbo a Italia por vía marítima, sufrió los embites del mar embravecido y el capitán del barco le ordenó rezar rogando para que no se hunidera la nao.  A los dos días, ya en tierra firme, falleció.  Y por eso está enterrado en Verona. Alav Ha´Shalóm.

Su nieto, el hijo de Isaac ben Abraham Saba, se casó con una hija de R Yosef Caro.

No vio publicada su obra en vida. La primera obra que llegó a la imprenta, en Venecia, fue editada en 1523 y es un tratado kabalístico. También escribió exégesis sobre los Rollos de Esther y Rut, «Eshkol ha-Kofer» (Racimo de Alheñas),  así como manuales halájicos para Rosh Ha´Shaná y Kipur y  «Ẓeror ha-Mor» (Ramo de mirra), comentario a La Torá desde el punto de vista de las  interpretaciones tanto  de acuerdo al sentido ordinario como  al sentido místico de El Zohar.

Bibliografía: Loeb Sossnitz, Joseph (1901-1906). Jewish Encyclopedia

Foto principal: entrada al Cementerio Judío de Verona