El coreógrafo hispano-israelí , Premio Max 2015, dirige su propia compañía desde Madrid y abrirá y cerrará la XVIª edición del festival de danza gaditano.
Sharon Fridman nació en 1980 en Pardes Jana , una población cercana a Jaifa, donde estudió agricultura, aunque ya hace más de una década que está radicado en Madrid dedicado por completo a la danza. Coreógrafo en Conservatorio Superior de Danza María de Ávila. Y «Mayumana».
Su madre padece una enfermedad -la de Arnold Chiari- que le impide tener noción de las líneas rectas, por lo cual está siempre en posturas inclinadas y tiene facilidad para caerse. Sharon aprovechó estas circunstancias para investigar por sí mismo una técnica llamada Contact Improvisation, creada hace 40 años por Steve Paxton. Una especie de estudio del movimiento a partir de la resiliencia, esa capacidad psicológica-tan del pueblo judío- para superar las caídas de la vida, los traumas. Incluso analizando las consecuencias de la resistencia a dejarse caer: la búsqueda de la estabilidad, tanto individual como comunitaria.
Fue a través de esta forma de arte contemporáneo como creó Caída Libre, -Free fall- espectáculo con el que ganó el Premio Max 2015 al mejor espectáculo de danza. La compañía estaba nominada a otros dos premios.
Sharon Fridman -lo dice él de sí mismo- es un bailarín atípico. En España todos los bailarines tienen que bailar en el extranjero porque aquí aún no se conoce bien lo que es la danza contemporánea -al contrario de Israel, donde con tan poca gente hay una gran cantidad de compañías y espectadores. Pero esa nota discordante de Fridamn se debe a que él es al revés, un extranjero que ha decidido bailar en España, sin dejarse caer, buscando la estabilidad implícita en ese reto.
La Compañía de Sharon Fridman, en la apertura de Cadíz en Danza, el nueve de junio, en el Gran Teatro Falla.