Lo que sabemos de un importante autor del S XIV que nació o vivió en Carrión de los Condes (además de un tiempo en Soria).
Shem Tov ben Yitsjak Ardutiel fue a nacer hacia el año 1290 en la localidad -hoy palentina- de Carrión de los Condes. En este lugar, al socaire del Camino de Santiago, hubo una no pequeña judería de la que, para variar, no queda prácticamente nada sino el recuerdo del emplazamiento de su sinagoga mayor, convertida en la ermita cristiana de la Vera Cruz; el edificio tiene forma de ele, y una de las partes, de color blanco, es en donde aún se mantiene -deteroriado pero en proceso de restauración-el antiguo artesonado de la techumbre. La de Carrión era la quinta judería de Castilla que más impuestos pagaba -unas seis mil personas, la mitad de la población total, asegura José Maíso.
Poeta de alto nivel, sin embargo, poco sabemos de su trayectoria vital. El literato judío Yosef Ibn Sasón, padre del poeta de carrionés Shmuel i. Yosef, y contemporáneo de Shem Tov, nos dice de él…
“Eminente caballero que camina por el sendero de la sabiduría, que sopesa y suspende el verso y cuyos libros encantan y su decir es hermoso; ordena sus capítulos como si fuesen versos y con su sabiduría anonada a los sabios; comparados con él, los demás vecinos parecen vacas. Es tan eficaz en la cría de ganados como en la versificación. Es compositor que destruye rocas y habla desde el hisopo al cedro y sus poemas son expertos y maravillosos. En sus manos porta el cetro de los gobernantes y se extiende sobre todo el reino de España”
No. Shem Tov no se dedicaba a la ganadería -es un sarcasmo metafórico del autor para expresar que generaba envidias de los sabios que parecen «vacas»- sino que ocupó cargos de funcionario para el rey Alfonso XI, como explicaremos luego.
Antes de eso debemos dejar clara unas cosas importante acerca de su nombre. Su nombre hebreo -muy mal interpretado por los presuntos investigadores- no es Sem, sino Shem. (Y no se transcribe como Tob, sino como Tov porque en hebreo hay una gran diferencia entre una bet suave y fuerte y una vav). Por otro lado, este nombre lo suelen mal traducir como «Nombre Bueno», lo que revela un profundo desconocimiento de la lengua hebrea y el judaísmo en sí: Shem Tov, antes que un nombre propio, era un título otorgado a un sabio judío que había llegado a conocer el verdadero Nombre del Dio. Un baal shem tov. El Tetragramaton y sus cuatro impronunciables fonemas. Es decir, hablamos de un elevadísmo místico hebreo de las esferas de La Kabalá. Que no quiere decir que el autor lo fuera, pues el título sirvió como nombre bastante popular entre los hispano-hebreos medievales e incluso después de la expulsión con la formación de la cultura sefardí.
Su obra más conocida es «Proverbios Morales». Pero el autor no la tituló así, sino Consejos y documentos al rey don Pedro. El título actual se lo debemos a que como proverbios morales se refirió a este manuscrito D. Iñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, en su Prohemio e carta al Condestable de Portugal (de c. 1449), en el que menciona a los poetas de la generación de su abuelo. Además hay que tener en cuenta que, tras profundísimos estudios filológicos de los cinco manuscritos que conocemos, son todos un siglo posterior a la fecha de composición original, siendo el más moderno -pero también el más extenso de todos- el que se conserva en la Biblioteca del Real Monasterio de El Escorial, Madrid. El de Cambridge, por el contrario, tiene 560 coplas, frente a las 686 del de El Escorial. Hay una de esas copias, la conquense, que consiste en 219 coplas transcritas en un proceso inquisitorial de 1492 contra un tal Ferrán Verde, que las sabía de memoria.
Non val el açor menos por nacer de mal nido
nin los enxemplos buenos por los dezir judío.
Consejos y documentos al rey don Pedro es título que hace referencia al monarca Pedro I de Castilla, sucesor de su padre, Alfonso. Sabemos así que el autor tenía una deuda con Alfonso XI -lo cual hace pensar que trabajó, posiblemente como traductor, para la cancillería de este monarca. Los judíos del S XIV tenían grandes esperanzas en su sucesor, Pedro, que unos llamaban El Justo y otros El Justiciero. Este rey, último de la Casa de Borgoña, da paso a la Casa de Trastamara. El motivo del cambio es que Alfonso XI tuvo un bastardo, Enrique, que disputó el trono a su hermanastro Pedro, al que asesinó el 14 de marzo de 1369. La comunidad hispano-hebrea tenía grandes esperanzas de mejoras generales en el reinado de Pedro I, de ahí que Shem Tov de Carrión intentara instruir al infante para que su reinado no fuera un desastre para todos y obrara de forma ética.
También escribió, en hebreo, obras religiosas. La más importante, el Vidui (confesión) que se reza en el rito sefardí de la mañana del día más importante del calendario hebreo: Yom Kipur. También una Bakashá, una rogativa, titulada Yam Kohelet, El Mar del Eclesiastés (de eklesia, en griego, asamblea). Todas las casi dos mil palabras iniciales de cada verso empiezan con Mem, la /m/ hebrea. Y cuatro piutím, poemas litúrgicos, que aún se cantan al inicio de los servicios sinagogales (sefardíes).
El instituto de eseñanzas medias de Carrión de los Condes lleva su nombre.