TODROS BEN YEHUDA HA´LEVÍ ABULAFIA

Notas sobre el mayor poeta toledano de la segunda mitad del S XII, con permiso de Pinjas Ha´Leví.


Todros b. Yehudá Ha´Leví Abulafia -uno de los numerosos miembros de la famosa estirpe de hispano-hebreos en la Castilla medieval-  se le considera nieto de Meir Abulafia (de Burgos) , pero vino al mundo en la aljama de Toledo hacia 1247, cinco años antes de que muriera en Sevilla Fernando III y subiera al trono castellano su hijo, Alfonso X, El Sabio.

Edición de Jerusalén, 1932, de su Diwán

Como sabemos, durante el reinado del rey sabio se llegó al punto álgido de producción de lo que, desde el S XIV, se dio en llamar la Escuela de Traductores de Toledo, donde musulmanes y hebreos -como Juan Hispalense-  vertían al latín e incluso al recién nacido castellano la ciencia escrita en árabe y hebreo.  Todros Abulafia, en su infancia, sabía de la tradición traductoral que empezó tras la toma de Toledo en 1085, y que en 1252 va a llegar a su máxima expresión, por lo que decidió adiestrarse en el conocimiento del árabe, para completar su maestría en la otra lengua semítica, el hebreo, y convertirse en uno de los amanuenses de la scriptoria alfonsí.

Pero no bastaba para ello demostrar competencia lingüística y disposición al duro y lento trabajo -debía  haber bastante competencia de por medio- así que comenzó a dedicar elogiosos poemas a un famoso judío toledano que podía abrirle puertas en el mundo de los intelectuales de Toledo: Shlomo ibn Tsadok. Este judío, miembro de la corte alfonsí, lo contrató a su servicio personal como ayudante en la recaudación de impuestos y, al cabo de cierto tiempo, pasó a servir en la misma corte. Abulafia, que se convirtió en uno de los más fieles vasallos, regaló al rey una corona en la que había una inscripción en hebreo, además de dedicarle al rey y a toda la familia real muchos poemas. Aquí una muestra:

Yendo a casa del que es de hueso y carne, mis labios te expresarán alabanzas y anunciarán buenas nuevas. Me apoyaré sólo en su misericordia y a quien en Dios se apoye ¿acaso le faltará el bien? Y confiaré en él con todo mi ser, y todo aquel que en este mundo fue creado, me obedecerá, y Dios influirá en el corazón del Rey y sus ministros, según mis deseos, destruirá a los aduladores con palabras falsas en sus bocas y guardará a los dotados de inteligencia y moralidad (Todros, 643 IB p. 99

Sin embargo,  la vida de Abulafia se complicó en 1279, en el contexto de las disputas de Alfonso X con su hijo Sancho IV. En ese contexto, Shlomo ibn Tsadok fue condenado a muerte por un presunto problema de malversación de fondos con una exagerada suma de impuestos que los judíos debían pagar para sufragar la Reconquista. En realidad el dinero lo malversó el hijo del rey, Sancho, siendo éste el primer conflicto entre el monarca y su heredero.  Dos años después,  muchos judíos fueron enviados a prisión como consecuencia del caso. Y entre esos judíos estaba -no se sabe si con razón o sin ella- Todros Abulafia. Algunos investigadores creen que ese presidio se debió a que Todros era un gran mujeriego que contravino la ley de ayuntar con cristianas y moras.  Cuando fue puesto en libertad, se fue a refugiar a Aragón, incluso al Andalus, pero regresó a su ciudad natal en 1289 para formar parte de la corte del hijo de Alfonso X, Sancho IV, al cual sirvió con Abraham El Barchilón como almojarife de los territorios recoqnuistados en el sur de la Península Ibérica.

Durante esta época de Sancho IV datan sus últimos poemas, editados bajo el título «Jardín de proverbios y enigmas» , una antología de algo más de mil poemas que sólo vio la luz por primera vez en el año 1932, gracias al investigador isareló  David Yelin, que editó el manuscrito egipcio del S XVII que era propiedad de  Shaúl Abdalá Yosef, judío de Bagdad en Hong Kong a finales del S XIX.

… En verdad, es suficiente para el hombre que la ama

verla o escuchar sus palabras!
¡Es doctrina para todo noble hacer de su vida
una piedra para ella y lamer el polvo de su pie!
¡Sufrir completamente por su amor,
porque verdaderamente entonces Dios multiplicará su recompensa!
Pondré mi corazón a servir mi amor por ella para siempre. ¡
Nunca le pediré que me libere!
Mientras el sol salga por el este, o

¡Mientras los pájaros le canten

Bibliografía:

  • אוסנת לוטבק, הזמן בשירתו של טדרוס הלוי אבולעפיה, «מעמקים» 6 (תשס»ז – 2007), אתר דעת, המשך – חלק שני
  • Ángel Sáenz-Badillos (enero de 1996). «Poesía inventiva hebrea: el debate entre Todros Abulafia y Phinehas Halevi».
  • Poemas de Todros ben Judah Halevi Abulafia , en Cole, Peter (2007). El sueño del poema: poesía hebrea de la España musulmana y cristiana, 950-1492 . Princeton, Nueva Jersey: Princeton University Press. ISBN 978-0-691-12195-6.
  • Peled Cuartas, Raquel – Cóndor Orduña, María, trad. y eds. (2019) Todros Abulafia. Poemas selectos. Colección “Poesía Hiperion”