TORTOSA , JUDERÍA AL MENOS DESDE EL SIGLO V

 Tortosa,  con el trazado de su muy antigua judería intacto,  conserva una lápida  crucial para conocer su antigüedad y  su importancia,  tanto en la antigüedad como en tiempos de la Corona de Aragón.


El pueblo ibero de los ilercavones -entre el norte de la provincia de Castellón (Valencia)  y el sur de la de Tarragona (Cataluña)-  tenía su capital , hacia el s III a.e.c.,  en Hibera, sobre  la colina donde se eleva hoy el Castillo de la Suda y,  sobre todo,  por la zona del Parador Nacional.  Por esa época,  los romanos fundaron la gran ciudad de hispana de  Tarraco (Tarragona)  y,  en el Delta del Río Ebro, que se desploma de las montañas de Cantabria al Mediterráneo, fundan Dertosa, por donde pasaba la Vía Augusta, la más importante calzada romana de la Península Ibérica. Como municipium romano era importante por su industria del jaspe en la cantera de La Cinta, de dónde salía gran parte del mármol que hoy puedes ver en Génova,  en Roma o  -como sostienen algunos historiadores  israelíes- también mandados llevar por Herodes hasta Cesarea Marítima, capital de su reinado, por imitación del lujo romano en su corte.

La primera evidencia histórica de una comunidad judía en Tortosa   es la famosa lápida trilingüe -hebreo, latín y griego, datada en el S VI d.e.c  (dos siglos más tarde de la mucho más rudimentaria y polémica Lápida de Orihuela, localidad también sobre la Vía Augusta, en dirección al puerto mediterráneo de  Cartagena ). La lápida trilingüe  de Tortosa es la estela funeraria de una judía de 24 años de edad, llamada Meliosa , hija de  Yehudá  y Miriam.  Se conserva hoy en la catedral de Tortosa, importante receptáculo de muestras epigráficas de la ciudad. Y en Jerusalén, en  la Cámara del Museo del Holocausto, Yad Vashem, se exhibe desde 1985 una reproducción de esta singular muestra de la epigrafía hispano-hebrea.

Para que hubiera cementerio judío  en Tortosa en  el SVI es de necesidad pensar que al menos había comunidad a finales del S V, es decir, en el contexto histórico peninsular de las invasiones de los bárbaros del norte en prácticamente toda la península, excepto la Tarraconense, aunque luego por allí pasaran los invasores musulmanes  Musa y Tarik camino de Tolosa.

In nomine domini hic est memoria ubi requiescit benemoria Meliosa filia iudanti et cura maries vixit annos vingti et quattuor cum pace .
 En nombre del Señor, aquí es donde descansa Meliosa, hija de Yehudá y de Maria, que vivió 24 años.

(El  estilo del latín tardío se debe a que en el S. VI Dertosa ya estaba bajo el dominio visigodo, no del romano) 

Ocupada por los musulmanes   en el S VIII, en el S X vio nacer al gran  Menajem ben Sharuk, que emigró a Córdoba para escribir el primer tratado de gramática hebrea conocido. O el  andariego comerciante  Ibrahim ben Yaakov, que describió sus viajes por todo el continente europeo.  Luego, al desmembrarse el califato cordobés,  Tortosa fue convertida en taifa (1031)  para pasar a depender de la taifa de Zaragoza,  en 1061 ( y luego de la de Játiva,en Valencia)

Tortosa  fue tomada en 1148 por el conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV , quien donó los antiguos astilleros árabes a la comunidad judía para la construcción de 60 viviendas -la judería vieja;  luego,  en el S XIII, tantos eran ya, y gracias a una cesión de la Orden del Temple, crearon una nueva judería:   la judería nueva. El Call Nou.

La judería tortosina ha mantenido el trazado de sus calles hasta el día de hoy y está convenientemente señalizada de diversas formas para comodidad del visitante. Pero si bien esto sólo sirve para el turismo -esto  es, para el comercio- la judería de Tortosa nos ha dejado algo mucho más importante para el judaísmo: el patrimonio cultural de figuras del S XIII como Shem Tov ben Yitsjak, traductor de los tratados médicos del árabe Albucasis o, ya en el s. XV, Shlomo Maimón, rabino que fue quien representó a la ciudad en la llamada Disputa de Tortosa (que no se realizó en Tortosa sino en la cercana Peñíscola, en el castillo templario del Papa Luna, para propiciar la conversión al cristianismo de toda la comunidad hebrea) Y hablando de papas, en el S XVI, un descendiente de los judíos expulsos  de Tortosa en 1492, Yaakov Mantino (de Mantua) fue el médico personal del papa Paulo III, además de gran traductor de obras filosóficas y morales.

Aunque evidentemente habría sinagogas desde los primero tiempos del asentamiento de la comunidad hebrea  , la  sinagoga que tenemos  documentada es de principios del s. XIV.  Cerca  había, también, una mikve -alberca purificatoria-  y  por la calle de Jerusalem  llega hoy al antiguo  emplazamiento de  la carnicería, otra institución indispensable para el judaísmo y la kashrut. Al lado, el Horno del Sr. Rey, también judío, que pagaba diezmos a la Orden del  Temple y a la noble  familia de los  Montcada. Y poco más allá, los restos de la muralla del S . XIV, con el Portal de los Judíos, que era la salida extramuros al cementerio.

Durante las masacres de juderías de 1391, que partieron de Sevilla y llegaron a extenderse por toda la península, la judería de Tortosa no sufrió una gran mortandad, pues por imperativo real las autoridades tortosinas auxiliaron a los judíos encerrándolos tras las murallas del castillo de la Suda. Al fin y al cabo los judíos pagaban al monarca muchos impuestos, no podía prescindir de ellos.

Portal de los Judíos