PARASHAT HA´SHAVÚA: «PINJÁS»

La parashá de esta semana, Pinjás, פִּינְחָס, (Números  25:10–30:1. ) en esta ocasión comentada por el famoso rabino Lazar Brody.


Hollywood podría hacer un tremendo éxito de taquillera con el episodio de Zimri y Cozbi bat Tzur. No piensen que este es un episodio aislado de la antigüedad, pues hay muchísimos Zimris y Cozbis dando vuelta hoy en día.

Cuando Bilam y Balak, a pesar de todas sus maldiciones y brujerías no lograron dominar a los israelitas, Bilam le dio a Balak un arma mortal – un consejo terrible: “El Dios de ellos aborrece la depravación”. Bilam le aconsejó a Balak que mandara a todas las mujeres midianitas a que sedujeran a los hombres israelitas. El malvado Bilam sabía que eso iba a causar mucha más destrucción que cualquier arma existente sobre la faz de la tierra. Cada mujer joven y atractiva de las midianitas tomó parte en esta “misión”, diseñada a aniquilar a la nación israelita, Dios no lo permita. Hasta las hijas de los cinco soberanos midianitas participaron, incluyendo a Cozbi la hija de Tzur, que era uno de los reyes midianitas.

Tzur le dijo a su hija Cozbi: “Dado que tú eres hija de un rey, tú deberás derribar al líder de ellos. Ve directamente a Moisés y sedúcelo”. Cuando iba camino a ver a Moisés, Cozbi fue interceptada por Zimri. Mientras tanto, los simonitas estaba cayendo moralmente como moscas a manos de las mujeres midianitas. Zimri vio que esta joven era digna de un rey, así que la tomó para sí mismo.

“Déjame ir”, objetó Cozbi. “Mi padre me dijo que fuera directamente a Moisés, pues soy la hija del Rey Tzur”.

Zimri ben Salu respondió con su lengua resbaladiza: “Moisés es el presidente de los levitas, que descienden de Levi, el tercer hijo de Jacob. Yo soy el presidente de los simonitas, que descendemos de Simón, que fue el segundo hijo de Jacob. O sea que yo me encuentro a un nivel superior al de Moisés – y por lo tanto tú te quedarás conmigo”. Con su destreza demagógica, Zimri fue a ver luego a Moisés con la princesa midianita de la mano.

Con una buena dosis de insolencia, Zimri desafió a Moisés: “Esta jovencita – ¿acaso me está permitida o me está prohibida?”.

Respondió Moisés: “Por supuesto que te está prohibida”.

“Entonces quién te permitió a ti casarte con Tzipora, si ella también es midianita, igual que esta Cozbi. De hecho, Cozbi es la hija de un rey midianita, mientras que tu mujer es la hija de un mero sacerdote midianita”.

Moshe se quedó mudo. No podía responderle a Zimri debido a su situación personal. Entonces Pinjas decidió tomar las riendas del asunto: eliminó a Zimri y a su amante midianita con un solo golpe de su hacha de guerra. Su acto salvó a toda la nación.

Veamos el argumento que empleó Zimri. Es verdad que Tzipora había nacido midianita y sí, su padre Jetro había sido una vez un sacerdote midianita. Pero también es cierto que él había abandonado toda la idolatría y se había convertido al judaísmo junto con toda su familia. Y eso fue un gran acto de devoción por su parte, ya que eso le ganó la burla y el desprecio de todos sus vecinos.

Mientras que Tzipora era una justa conversa que servía al Dios de su marido Moisés, Cozbi, la hija del rey Tzur, era muy distinta. De hecho, ella estaba sumida en la idolatría de los midianitas y además estaba empeñada en hacer caer en la inmoralidad y la idolatría a toda una tribu de Israel. Y lo logró, porque Zimri como así también 24.000 simonitas, perdieron la vida.

La Torá nos está enseñando un mensaje para la posteridad. Zimri no quería la verdad; solamente quería satisfacer su lujuria, alrededor de la cual construyó una verdad artificial. Sus impulsos animales eran los que dictaban su conducta. La pregunta es: acaso una persona semejante puede ser presidente y gobernar a todo un pueblo cuando ni siquiera es capaz de gobernarse a sí mismo?

En la escandalosa sociedad de hoy en día, dirigentes de estado siguen los pasos de Zimri como si tal cosa. No pasa una semana sin que escuchemos que se ha acusado de acoso sexual a algún miembro del parlamento, o un oficial del ejército o un jefe de policía.

Este es el mundo que queremos?

Nuestros Sabios afirman que no podemos actuar como Zimri y esperar recibir la recompensa de Moisés. No podemos tener la tierra de Israel gobernada por las leyes de Zimri y esperar ver las bendiciones de Moisés.

Por desgracia, los escándalos aquí en nuestra propia tierra continúan hasta el día de hoy. Uno de los ex presidentes está cumpliendo una condena por conducta inmoral. Tanto en la Kneset como en la policía y el ejército reina un ambiente de flagrante indecencia. Al blandir la bandera de nuestra propia moralidad Le estamos demostrando a Hashem que merecemos mejores líderes. Que así sea, Amén!

 

© R. Lazar Brody