
Parashá: Re´e, רְאֵה, Mira. Deuteronomio 11:26–16:17. Haftará sfaradit: Isaías, 66.
Mira, Israel
La oración más importante del judaísmo rabínico es la que pide a Israel que escuche –Shmá, Israel– es decir, que comprenda. A la criatura llamada Ser Humano se la distinguió del resto de animales -en hebreo, seres vivos, jayot– por la capacidad de comprensión de la Palabra, Ha´Milá. O dicho de otra forma: el Ser Humano, cuando fue creado, se creó a Su imagen y Su Semejanza. Por eso el Hombre es un animal racional y los demás no. El Hombre entendía. Los otros, seguían los instintos. Pero que el Hombre pudiera escuchar, entender, no significaba que usara su capacidad cognoscitiva para obedecer. Por eso, ahora, después de la errabundez por el desierto, cuando se va a cruzar el Jordán, después de «Shmá! Escucha!, pasamos al Re´e, Mira! Como si quisiera decir, si no puedes comprender las órdenes desde el punto de vista lingüístico, conceptual, probemos con una forma alternativa: veámoslo. Si no puedes abstraer tu raciocinio, hagamos un esquema que ayude a tu capacidad intelectual a comprender cual es el Pacto. Incluso el lugar que van a ver es alegoría de esa oposición: el Monte Guerizím, frondoso y fértil, y enfrente, el Monte Eibal, totalmente deforestado.
El esquema que debemos ver es, en principio, simple: si A, entonces C; si B, entonces D. Si obedeces mis órdenes, si guardas mis mitzvot -todas ellas y no las que a ti te sean cómodas- entonces te bendeciré. Pero si desobedeces mis mandamientos, si pasas por alto mis mitzvot -aunque sea una de ellas porque no te es cómoda- entonces, Israel, te maldeciré. Y a continuación Moshé Rabenu enseña – muestra- en seis Aliot la´Torá -seis lecturas-el esquema básico de acciones a tomar en cuenta para no ver en el futuro la maldición o ver la bendición.
Son 613 mitzvot. Según el Sefer Ha ´Jinuj, El Libro de la Educación, publicado en España en el S XIII de forma anónima, la parashá de Re´e tiene 17 prescripciones positivas, o activas, y 38 negativas, o pasivas. De estas últimas, 14 son referentes a la kashrut y no sólo en lo tocante a lo apto y no lo apto sino también a lo que es kasher en el culto, como por ejemplo la abstinencia de jametz el día anterior a Pesaj o la institucionalización ritual de los tres momentos de peregrinación anual en que uno debía subir a Jerusalén no sólo para ser visto sino también para poder ver. ¿Pero para poder ver el qué? ¿La luz? El maestro, el moré, literalmente el que enseña a mirar ( lir´ot) el que ilumina -como la menorá es lo que ilumina- lo que nos enseña, lo que nos muestra, son las ora´ot, las instrucciones de comportamiento que te distingan de lo que hasta entonces habitaba sobre los montes de Guerizim y de Eibal, es decir, poder distinguir entre el Bien y el Mal como, en el principio, Adonai distinguió entre la luz y las tinieblas.
El libre albedrío, según Ha´Rambám en su Mishné Torá. Eres totalmente libre de escoger el camino de la luz y la bendición o el camino de la oscuridad y la maldición. Pero atente a las consecuencias de la elección primordial de tu vida. Es decir, cuando estamos en lo oscuro, no es porque estemos predestinados a la oscuridad , sino porque nosotros hemos escogido estar en esa oscuridad. Por eso, según Jeremías, tenemos la opción de arrepentirnos, de retornar -lajzor be´tsuvá, y ver lo que de verdad merece la pena ver y no tan sólo las apariencias.