AMBERES Y LA NEOCRISTIANDAD HISPANO-LUSA

Notas esenciales sobre la comunidad cripto-judía en una de las ciudades más importante sdel S XVI en Europa.


Amberes, capital de la provincia homónima en la región de Flandes  -hoy norte de Bélgica- en el S XV pertenecía al Ducado De Brabante. Este ducado, junto a otros dos más, en 1477, pasan a la Casa de Habsburgo porque lo hereda María de Borgoña, quien al casarse con Maximiliano I, será madre de Felipe El Hermoso, el marido de la hija de Isabel la Católica, Juana La Loca. Se forma así , con el hijo de estos -Carlos I de España y V de Alemania- las Diecisiete Provincias Españolas, que devienen en un estado. Por ese entonces,  Amberes se ha convertido en la capital económica de Europa a través del comercio del azúcar traído de las colonias españolas y portuguesas en América y Canarias . El engranaje de ese comercio es el préstamo, actividad vetada a los cristianos y, por eso, acometida por los judíos.

¿Pero quiénes fueron esos judíos?

Primero estuvieron los comerciantes que hacían de intermediarios entre el Imperio de Carlo Magno y el Oriente y , luego, los judíos expulsos de Inglaterra por Eduardo I y los de Francia por Felipe IV. No obstante, estos judíos -que corrieron el riesgo de ser expulsados por el Duque de Brabante en 1261, fueron diezmados durante la Cruzada de los Pobres (1309) , que atacó a muchas comunidades judías a su paso; y cincuenta años más tarde por la pandemia de la peste negra, que no sólo mató a muchos judíos, sino que provocó muchas violencias contra ellos ya que se les acusaba de haber envenenado los pozos de agua. A mediados de S XIV,  otro Duque de Brabante, Juan III,  perpetró  una  intensa campaña antijudía en Bruselas y Lovaina y los expulsó también  de Amberes.

Una nueva comunidad se va a formar a partir de finales del S XV y principios del S XVI. En 1497, los judíos castellanos refugiados en Portugal se encontraron con el decreto de bautismo del rey Manuel I, pero sólo en 1528 empezaron a surgir persecuciones por las dudas que provocaba su neocristianismo. Pero  su sucesor, Juan III, llevaba los asuntos religiosos con mano dura y en 1536 implanta la Inquisición Portuguesa. Para muchos judíos se convirtió en una necesidad imperante conseguir embarcar en Lisboa y huir de la situación desembarcando en Bayona o Burdeos, Francia, y conseguir llegar al próspero puerto de Amberes. No en vano desde 1511 el gobierno de la ciudad flamenca había concedido muchos derechos beneficiosos  a los portugueses, incentivando su llegada con exenciones de impuestos municipales. La ciudad estaba regida por María de Hungría, hermana de Carlos de España y Alemania, a la sazón ambiguo emperador contra los judíos. Muchos judíos se quedaban en Amberes, pero otros la usaban de plataforma para llegar a Salónica, con su imponente comunidad sefardí en el Imperio Otomano, o a la Toscana, donde el ducadi de  los Médeci también creó leyes como La Livornina para atraer efectivos judíos que desarrollaran la economía. Los cripto-judíos sefardíes de Amberes -Gabriel de Negro, Enmanuel Serrano, Loys Perez o Diego Mendez-  además de ser hombres de negocios internacionales tenían una especie de agencia de inmigración.

María de Hungría

De hecho, Diego Mendez, quizás el más prominente de todos (pues prestaba al rey de Portugal) fue acusado formalmente de judaizante y  usar el monopolio del tráfico de especias para  ser el enlace de todos los judíos con Salónica mediante extrañas relaciones con los sultanes de Constantinopla -a la sazón enemiga del Imperio de Carlos I de España.

María de Hungría  ( infanta de España, pue era hija de Juana La Loca y Felipe El hermoso)   ordenó detener a Mendez en 1531. La  amenaza de crisis financiera profunda era enorme. Así que el rey de Portugal , Juan III, mandó a Ruy Fernández a defender a Méndez . Acabó todo imponiéndosele una altísima fianza y fue liberado. Seguidamente,  cargaron contra un agente de Mendez, Antonio Fernández, al que detuvieron en 1532. Preso hasta 1536, tanto María como Carlos tuvieron que hacer frente a la oposición general del pueblo y, si bien lo acabaron por liberar, en 1538, 1540 y 1541 decretaron ordenanzas para limitar la llegada de portugueses a los Países Bajos; al desembarcar tenían que enfrentarse a un tribunal eclesiástico que pretendía descubrir si eran neocristianos sinceros o no. Como medida disuasoria, quemaron a algunos en hoguera pública por no saber las oraciones católicas siquiera.

Diego Mendez, junto a su esposa Brianda, por aquel entonces recibieron en Amberes a la viuda del hermano de Diego, Francisco Mendez. Beatriz de Luna -doña Gracia Nasi, después- su hija, su hermana y su sobrino, Juan, llegaron a Amberes poco antes de la muerte de Diego (1543) . La enorme fortuna fue heredada por su esposa, su cuñada y su sobrina.  Juan no heredó nada pero se hizo administrador de todo porque gozaba del favor cortés de su majestad María de Hungría. La reina se interesó mucho por las dos señoras y la niña -Reyna- que pretendía casar con un hidalgo español. Beatriz de Luna y su hermana dijeron que se iban a tomar las aguas en Aquisgrán y no volvieron nunca a Amberes, liquidaron los bienes familiares en absoluto secreto y se instalaron en Ferrara. pero allí surgieron problemas entre las tres mujeres por la ingerencia de Beatriz, el sobrino se casó con Reyna -su sobrina-nieta- y marcharon a Constantinopla, a la vera de los sultanes, llegando a ser Juan Duque de Naxos (todas las islas cícladas) y señor de Tiberias. Carlos I de España, que había hecho grandes esfuerzos de tolerancia, ya no pudo más y decretó en 1550 la expulsión de los judíos de los Países Bajos que vivieran allí desde 1543. Por razones económicas no se llevó a efecto. Los judíos amberinos serán testigos y víctimas de los desórdenes de 1556 -algunos huyeron de la ciudad- cuando la ciudad pasó a manos de los calvinistas hasta que en 1585 la plaza fue re-conqusitada por los españoles. Los judíos portugueses que quedaron se asimilaron a la alta burguesía. Pero el declive económico de la ciudad fue eclipsado por la nueva coyuntura en Amsterdam. A mediados del S XVII, dos importantes hombres de negocios, Diego Teixeira y Manuel Alvarez Pinto abandonaron la ciudad para irse a Hamburgo, el primero, y a Rotterdam el segundo (aunque luego pasaron a Amsterdam, donde se convertirán en la más rica familia sefardí de la ciudad )