ANDRÉS CABRERA, EL CONVERSO QUE IMPIDIÓ UNA MASACRE

 Noticia de un converso de la nobleza castellana cuya influencia fue decisiva para aplacar una turbamulta contra los judíos segovianos.


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Puerta de la Judería de Segovia, a nombre de un santo.

Segovia, que después del esplendor romano se cree abandonada con la conquista musulmana, debió tener judería a partir del S XI , cuando se realizaron las repoblaciones de la Reconquista tras la toma de Toledo. Asolada por la violencia anti-judía de 1391, sus episodios de tensión social no disminuirían en el siglo posterior.

Andrés de Cabrera  descendía de una familia hidalga -el más bajo de los escalones de la nobleza- cuyo origen parece ser que era o bien Asturias o bien Galicia. No obstante, nació en Cuenca en el año de 1430, como  tercer hijo  de los ocho que concibieron  D. Pedro López de Madrid o y de Dña. María Alonso de Cabrera. La familia era de origen converso, pero como tenía dinero, compró una falsa genealogía para convertirse en cristianos viejos y hasta pagaron a un cronista para maquillar la realidad. De sus dos hermanas, María Pérez Cabrera y Leonor de Cabrera, tan sólo se conocen los nombres de sus maridos: el comendador Pedro Suárez del Castillo y Francisco de Arriaga, respectivamente. De un hermano, Pedro, avencindado en Sevilla, sabemos que se dedicó a las armas. Alfonso fue regidor de Cuenca. Lope fue maestresala de enrique IV y luego de los Reyes Católicos. Juan, arcediano de la catedral de Toledo. Y Fernando, que se radicó en Segovia, junto a su hermano Andrés. De todos ellos, sólo Fernando y Alonso tuvieron problemas con la Inquisición, aunque rápidamente se movieron los hilos para dejarlos en paz. No se les abrió expediente de proceso a pesar de que el primero, Alfonso, casado con la hija conversa del médico de Ciudad Rodrigo,  había sido denunciado por haber metido en casa a un rabino que dirigió una ceremonia judía -posiblemente fuera Yom Kipur.  Fernando, casado con la hija conversa de un médico de Toledo,  había sido denunciado por asistir a casa del notable judío Abraham Senior, que le sacó del atolladero inquisitorial afirmando que en su casa entraba todo tipo de gente por ser él quien era.

Andrés de Cabrera, tras ser doncel del rey, camarero mayor y  mayordomo real -algo así como Jefe de la Casa Real-  llegó a ser tesorero y consejero de Enrique IV de Castilla, que lo llevaba consigo a todas partes, sustituyendo a Beltrán de la Cueva, que había dejado el cargo cuando fue nombrado marqués. Todo esto no gustaba al codicioso marqués de Villena, Juan Pacheco, que no quería nia Juan ni a Andrés. También fue , durante la Guerra de Sucesión al Trono, partidario de la hermana de Enrique,  Isabel de Castilla.

Alcázar de Segovia, del cual fue su alcaide.

Andrés, tesorero de la ciudad de Segovia, de cuyo alcázar era alcaide, tenía una posición privilegiada y podía ostentar no poco poder. En 1476, pudo demostrarlo, reprimiendo  -no sin esfuerzo y suerte- una masacre contra los cristianos nuevos de Segovia: aprovechando su ausencia, sus enemigos, espoleados por Pacheco, que sabía de los orígenes judíos de Cabrera,  prepararon un motín para el 16 de mayo. Aunque fue abortado pocas horas antes de la  perpetración del asalto a la judería. Pero la reina Isabel lo defendió y acusó al predecesor en el cargo, Maldonado, como culpable del complot.

Andrés Cabrera, casó con una de las más notorias damas de la corte, dña. Beatriz de Bobadilla,  consejera de la reina Isabel, que le dio nueve hijos.  En 1480 la reina Isabel concedió a ambos el marquesado de Moya (localidad de Cuenca)  y el señorío de Chinchón, de nueva creación, que ocupaba buena parte del sudeste de la actual Comunidad de Madrid.

En 1487 Andrés y Beatriz participan en el cerco de Málaga, en donde un moro hiere a Beatriz de Bobadilla confundiendola con la reina Isabel. Participaron también en las tomas de Guadix, Baza y finalmente Granada de cuya capitulación dio confirmación Andrés junto a prelados y grandes de Castilla.

En 1504 muere la reina Isabel y dedica un buen párrafo de su testamento a confirmar todos los privilegios concedidos a Andrés Cabrera y su mujer Beatriz.

 Con la llegada a ESpaña  de Felipe El Hermoso, decidió retirarse de la política. Falleció en 1511, casi 10 meses después que doña Beatriz, a los 81 años,  que en aquella época era un hecho excepcional. Está enterrado en su condado de Cuenca, en un lugar privado y en ruina de la población de Carboneras de Guadazón.

Heredó el condado su primogénito, Juan Pérez de Cabrera y Bobadilla, II marqués de Moya, casado con Ana de Mendoza, hija de Diego Hurtado de Mendoza, I duque del Infantado. Su tercer hijo, Francisco, fue obispo de Salamanca y Ciudad Rodrigo.