Elio Modigliani, naturalista , aunque judío italiano nacido en el S. XIX, no es como se ha dicho por ahí hermano de Amadeo Modigliani, el genial pintor, sino de la baronesa Amelia Modigliani.
Florentino de nacimiento -el pintor era livornés- Elio vino al mundo en el mes de junio de 1860. Su padre, banquero, era Angelo Adolfo Modigliani, casado con Sofía, nacida Cohen. Cinco años más tarde tuvieron a Amelia, que por casamiento será baronesa Franchetti.
Elio Modigliani fue antropólogo, zoólogo y explorador. A sus padres no les hizo ninguna gracia la vocación de su hijo, pero éste obedeció y empezó a cursar derecho con vistas a entrar en el cuerpo diplomático. No fue así. Por influjo de un primo geólogo comenzó a interesarse por la paleontología. A los veinte años se hizo famoso cuando descubrió en una cueva de Liguria unos vestigios del Neolítico por los que se interesó una eminencia de la época que investigaba en Sumatra. Lo más probable es que de aquí parta su larga experiencia en aquellas tierras. En enero de 1881, Modigliani fue elegido miembro de la Sociedad Italiana de antropología y etnología con sede en Florencia, a la que permaneció profundamente conectado durante toda su vida.
A los veintipico años se embarcó rumbo a los mares del Sur, y visitó y estudió la isla de Nias, Sumatra y el archipiélago de Mentawai. Sus estudios y colecciones están hoy en el Museo de Historia Natural de Florencia y en el de Génova. Ser judío y sefardí en el S XIX no le ayudó a ser difundido como merecía.
Pero su obra es hoy apreciada, conservada y aún estudiada por nuevos antropólogos e historiadores que investigan sus andanzas por los mares del sur.
Cuando en abril de 1886 Modigliano llegó a Nias junto al capitán genovés Giovanni Battista Ceruti, Nias pertenecía a los holandeses, que nunca pudieron someter a los isleños. La belleza descomunal de las mujeres del pueblo Nias era conocida como proporcional a la ferocidad de los métodos de caza de los hombres: te decapitaban porque tener en tu poder un cráneo te aseguraba que esa persona sería tu esclava en el más allá. Nadie sabe como Elio pudo salir indemne de su incursión en estos territorios. Y la prueba de que lo había hecho era su gran colección etnográfica y el relato de la expedición misma. Según él, su arma era la psicología, el saber ser empático. Decía que regresó a Italia sin haber disparado ni un sólo tiro. Por algo sus padres querían que se dedicara a la carrera diplomática.
No obstante narra también animadversiones de su principal adversario, Siwa Sahilu, comandante de los guerreros de la aldea de Hili Simaetano, quien pudiendo haberle matado, no lo mató.
En septiembre de 1893 partió a su última expedición, con la intención de explorar el archipiélago Mentawai, frente a las costas meridionales de Sumatra. Peros una infección grave, contraída probablemente debido a un tatuaje que se hizo para establecer una relación con los isleños, hizo que esta misión fuera más breve de lo esperado y regresara rápidamente a Italia.
Desde entonces se dedicó a ordenar sus colecciones para el Museo de Antropología local, que las compró en 1906 al «precio especial» de 12,000 liras. El conjunto de estas colecciones y las ya depositadas anteriormente constituye uno de los corpus más importantes del Museo, y el más significativo, en cierto modo único, entre las colecciones presentes en las instituciones científicas europeas. Consiste en alrededor de 2000 objetos, que documentan los diferentes aspectos de la cultura indígena: vestimenta, comercio, guerra, vivienda, objetos de culto. A esto se suman una gran cantidad de hallazgos antropológicos (cráneos, esqueletos, yesos) y una importante colección de fotografías, cuyos negativos originales se conservan en los Archivos del Museo.
Estuvo casado dos veces; con Anna Conti y con Ida Modigliani, nacida Levi. Con ninguna tuvo descendencia.
Falleció el 6 de agosto de 1932 en un pueblo de la Toscana.