Que la estirpe de los Abravanel ostentó un poder como pocas dinastías sefardíes de su tiempo es bien sabido. Tal fue el nivel de privilegios a los que su posición social les llevaba que incluso pudieron disfrutar de un hecho nada frecuente en la época: la emancipación femenina. Es el caso de Bienvenida Abravanel.
Bemvenida nació en Portugal en 1473, pero no se sabe exactamente en dónde y ni cuándo. Su padre, Yaakov Abravanel, era hermano de r. Yitzjak Abravanel, conocido por tratar de derogar el decreto de expulsión de los Reyes Católicos. Don Yitzjak tenía un hijo, Samuel, que se casó con Bienvenida, con quien se instaló en Nápoles, pues su marido había sido designado consejero de finanzas del rey de Nápoles, D Pedro Alvarez de Toledo. Además de hacer buenos negocios, cuando su suegro falleció se hizo cargo de la dirección de la comunidad napolitana. Mientras tanto, Bienvenida crío a seis criaturas, además de los hijos que ya tenía su primo Samuel de un matrimonio anterior.
Fernando II de Aragón decretó en 1511 la expulsión de los judíos de Nápoles, pero la familia Abravanel , y otras, tuvieron el privilegio de poder quedarse a cambio de una importante suma de dinero. Luego, cuando reinó el nieto de Fernando el católico, Carlos I de España y V de Alemania quiso en 1533 ordenar una nueva deportación de judíos, pero Abravanel consiguió detener su inicio durante diez años.
En 1524 conoció y apoyó las empresas de DAVID REUBENI, EL PRIMER SIONISTA DE LA HISTORIA.Le hizo regalos, pro ejemplo un vestido turco, para que tuviera prestancia en sus encuentros y que se sepa le dio dinero en tres ocasiones.
En 1533, el emperador Carlos ordenó la deportación de los judíos nuevamente, pero Abravanel logró posponer la decisión por diez años. De todos modos, en 1540, los judíos napolitanos se vieron obligados a usar una insignia distintiva en su ropa y la familia abandonó Nápoles en 1541, aceptando la invitación de Arcola II d’Asta, duque de Ferrara, para establecerse en su ciudad, entonces era el centro de inmigración española en Italia.
Al igual que en Nápoles, también allí disfrutó ella de una gran reputación como filántropa y patrocinadora del arte judío, así como de la literatura y la publicación de libros judíos. En 1548, se llegó a Ferrara Doña Gracia Nasi, alias «La Senyora» , también una reconocida filántropa que será quien encargue la Biblia de Ferrara. Entre la familia Abravanel y la familia del presidente de la comunidad mantuvieron a partir de entonces una gran rivalidad, pues cuando Donna Gracia organizó el boicot de Ancona salían perjudicados los intereses comerciales del hijo de Bienvenida, Ya´akov.
Samuel, el esposo de Benvenida, que temía a los asaltantes de caminos, siemrpe dispuestos a desvalijar las propiedades de los ricos, contactó con el escribano de la ciudad y convocó a nueve testigos para escribir su testamento, haciendo heredera única de todos sus bienes a su esposa, pues sus hijos, de conducta impropia, por no decir amoral, quedaban alejados de un posible mal uso de la fortuna familiar, quedando a voluntad de la madres si al casarse los hijos les daba su parte. Se supo así que Samuel tenía un hijo con otra mujer, al cual le correspondía su parte.
En 1547, Samuel murió inesperadamente. Isaac, el manser -el ilegítimo- de Samuel, alegó que, según la ley judía, una mujer no podía heredar. El tema se discutió ampliamente entre los rabinos de Italia y Turquía. La heredera universal, por su parte, argumentó que incluso si no puede ganar los bienes de su esposo por herencia, puede ganarlos por regalo. A pesar de la controversia, ella logró hacerse cargo del negocio de su esposo y utilizando su relación con su ex alumna Elonora de Toledo, junto con sus hijos Ya´a kov y y Yehudá, logró aumentar su poder comercial y estableció cinco bancos en el Gran Ducado de Toscana con la aprobación del gobierno de Florencia.
En septiembre de 1550, a través del soborno, logró persuadir a Carlos I de España y V de Alemania para que otorgara a un centenar de familias judías, elegidas por ella, el privilegio para establecerse en Nápoles.
Dos años más tarde , estalló otra lucha interna en la familia: su hijo Yehudá se casó contra la voluntad de su madre con una judía portuguesa en Pesaro. Entre ella y su hermano , lograron encarcelarlo y despojarlo de sus propiedades, deseheredándolo incluso.
Murió en 1560 o en 1565, que en esto no hay acuerdo.