EVE COHEN CUANDO YA NO ERA YVETTE

Historia personal de una judía de Alejandría que sirvió como musa inspiradora para una de las obras imprescindibles de la literatura del S XX: «El Cuarteto de Alejandría.»


–No es el momento. –dijo Eve,de pronto,  con cierta  melancolía,   a su amigo periodista, Michael Haag.

–¿Momento de qué? –preguntó él, antes de posar la servilleta sobre sus labios para beber de su copa de vino.

La escena tiene lugar en una discreta pero elegante  mesa del Trianon,  el que quizás fuera el más cosmopolita de los restaurantes de los años ´30 en Alejandría. Eve tiene ya  ochenta y seis  años. Aunque se mantiene hermosa,  ágil, tanto de cuerpo como de espíritu. Conoce bien Alejandría: ha nacido en esta ciudad , en el centro del tórrido verano de  1918, en mitad de la ardiente  Primera Guerra Mundial y en medio de la floreciente comunidad judía. Pero es 1997.

 

–No es el momento de escribir lo que podría contar de esta ciudad, de mi vida, de mis amantes.  No me daría tiempo. Moriría en el intento. –Y como si hubiera estado esperando a los postres , dice: –El amor de mi vida ha sido Larry. Le conocí en el American Bar del salón de té   Baudrot, que era entonces lo más de la calle Fouad. Por aquellos días , aquellas noches, recién empezada la Segunda Guerra Mundial, la hija de los Baudrot, Sylvette, que es diez años menor que yo, devoraba peliculas americanas , cosa que no se podía hacer en París pero sí en Alejandría. Acabó siendo la actriz de Hiroshima Mon Amour y la actriz  fetiche  de Alain Resnais. Sobre el Baudrot estaban las oficinas donde había trabajado Kavafis, al que yo ya conocí ya de muy mayor, porque murió en el ´33 y yo nací en el ´18.   Los alejandrinos, sobre todo los griegos,  admiraban a Kavafis con una mezcla de escándalo y orgullo. No obstante lo mío no es el verso, sino la prosa.  Larry -yo no puedo llamarle mr. Lawrence Durrell- acababa de publicar en París «El Libro Negro». Cuando estalló la guerra,  toda la familia -a la cual él trató de animales en su obra-  abandonó Corfú; la madre y el hermano regresaron a Inglaterra; Larry y su esposa , Nancy Myers,  tuvieron una hija, Penelope Berengaria;  cuando Grecia cayó ante los nazis, se fueron a Creta con la idea de alcanzar El Cairo. El nacimiento de la niña  no logró salvar su malogrado matrimonio y se separaron. Ella se fue con la niña a Jerusalén. El, que tanto odiaba el mundo inglés, se vino a Alejandría para trabajar como press attaché del cuerpo diplomático británico. Me volvió loca desde el primer momento en el bar de Baudrot. Te estoy hablando de Larry cuando él tenía apenas treinta años, cuando aún no le había destruido el  tiempo dedicado al alcohol y el tabaco.  Me hablaba de su nacimiento en La India, de sus amistades en París con Henry Miller y Anaïs Ninn. El me abrió su corazón y  las puertas de Villa Ambrom -donde residía- y yo me abrí para él  como el Mar Rojo cuando pasaron los hebreos.

 

Rose de Menashe, pintada por Amelia Ambrom

No te llevo a  Villa Ambrom porque hoy es un aparcamiento de automóviles sin el menor interés. Demolida por ser propiedad de un kafir, un infiel a la fe mahometana. La villa , en su tiempo,  fue una de las mejores casas de Alejandría. Propiedad de un judío medio italiano, Aldo Ambrom. Larry ocupaba una torre octogonal  del palacete, una especie de faro alejandrino,  desde la que  se podía  ver el pilar de Pompeyo, la prisión de Hadra y  lo que quedaba del  lago Mareotis. Si mirabas hacia dentro casi veías a Cleopatra y Marco Antonio. A Larry de todos modos no le atraía especialmente la Hª: prefería criticar aceradamente la sociedad burguesa de su tiempo, de su decadencia. Ambrom , ingeniero y arquitecto, había fundado el banco Italo Egiziano, presidía el exclusivo club italiano. Su esposa, Amelia, y sus hijos, vivían abajo.  Yo hablaba poco; tenía la sensación de estar viviendo en un libro y,  a cada página,  estar alejándome más de mi vida anterior. Yo ya no era Yvette, ahora era Eve.  Amelia descendía de la familia que construyó el malecón del puerto. E. M.Forster dijo un día que  ese lugar era una obra de ingienería que resumía el espíritu de los Ptolomeos. A menudo venía a vernos Rose de Menasche, antigua amiga de Kavafis, y una gran amiga de Larry. Su padre, el barón de Menashe había construido el King David Hotel de Jerusalén. Gilda, la hija de Amelia Ambrom, estaba enamorada de Larry. Gilda pereció en un accidente de avión.  Será la única que aparezca en El Cuarteto con nombre y apellidos reales. Para mí, no obstante, aquellos tiempos  fueron los de  mi Edad de Oro. Nunca mi vida tuvo tal esplendor.

–¿Y cómo era tu relación con Larry?

Sapho con sus padres

Estábamos muy enamorados, aunque Larry no podía dedicarme todo el tiempo que yo hubiera querido. Estaba muy ocupado en escribir el primer volúmen del » Cuarteto de Alejandría», Justine, que es un personaje inspirado en mí. El vívía conmigo pero no con mi cuerpo, sino con mi persona a través de la tinta.  A mí me agobiaba  vivír  en concubinato. Imagínate mis padres, Moise y Stella, que en paz descansen.

En 1945, a Larry le ofrecieron un puesto decierta importancia  en la isla de Rodas, donde se había impuesto un gobierno provisional británico tras expulsar a los italianos.  El divorcio de su anterior esposa no llegó desde Jerusalén hasta 1947. Ese mismo año nos casamos. Y en 1951, en Oxfordshire, U.K, tuvimos a nuestra única hija, a la que llamamos Sapho Jane, en honor de la poetisa griega y de Jane Austen. Nuestra hija se suicidó a los 33 años de edad , ahorcada, poco después de la muerte de su marido, Simon. –Eve, en este momento,  deja que su mirada se pierda en la barra del bar y hace amago como de decirme algo que yo entiendo que no se atreve a decir. Luego, prosigue: –En Rodas estuvimos poco tiempo. A Larry le ofrecieron dirigir el British Council en Córdoba, Argentina. Estuvimos allí dieciocho meses. Después, muertos de aburrimiento,  nos mudamos a Londres y , también mediante el British Council, nos fuimos a Belgrado en 1952. Era como la ciudad del poema de Kavafis: fueras donde fueras, la ciudad va contigo.

Ese año de 1952 fue el peor de mi vida. Enfermé de los nervios y en una de las crisis me tuvieron que hospitalizar en un hospital de Inglaterrra. Larry , que -sabido es-  odiaba Inglaterra,  decidió que nos fuéramos  a vivir en Chipre. Y en 1955, nos divorciamos, porque en Chipre conoció a otra judía de Alejandría, Claude-Marie Vincendon, con la que se casó poco despuésde haber publicado «Justine» . Ella murió de cáncer cinco años después de la boda. Me  llevé conmigo a la niña a Londres y fui acusada, no formalmente, de haberla secuestrado. El dijo que podía freirme en algún infierno judío.  Luego se casó de nuevo, por poco tiempo también, con una modelo francesa.  Larry medía 1.60 ms. Se divorciaron en el ´79. Y después de 1985 su vida se vio terriblemente convulsionada:  salieron a la luz los diarios y papeles de Sapho, que insinuaba que su  padre  la sometió a abusos.  El 7 de noviembre de  1990, Larry   murió súbitamente  en su residencia de Francia.  Alrededor del cuello, dicen los que le vieron en el velatorio,  tenía anudada una bufanda de su hija  Sappho.

Eve Durrell, o si se prefiere Yvette Cohen,  falleció en Londres,  cinco años después de haber regresado a Alejandría con su amigo el periodista Michael Haag  , el 19 de diciembre de 2004 . z´´l.

Biografía básica:

«Lawrence Durrell and the Greek World» , Anna Lillios, London University, 2004

«Alexandria, city of  memory «, Michael Haag , 2004